2.¿¡Reencarne como la melliza de Harry Potter?!

CAPITULO 11:Es dificil mantenerse callada

NARRA(Harley)

Ya sabiendo lo que hiba a suceder a continuación me puse instintivamente delante de Harry, solo por seguridad.

(Filch):¿Qué pasa aquí? ¿Qué pasa?

Atraído sin duda por el grito de Malfoy, Argus Filch se abría paso a
empujones. Vio a la Señora Norris y se echó atrás, llevándose horrorizado las
manos a la cara.

(Filch):¡Mi gata! ¡Mi gata! ¿Qué le ha pasado a la Señora Norris?

chilló. Con los ojos fuera de las órbitas, se fijó en Harry.

(Filch):¡Tú! ¡Tú! ¡Tú has
matado a mi gata! ¡Tú la has matado! ¡Y yo te mataré a ti! ¡Te...!
(Harley): ¡No se atreva a tocar a mi hermano!
(Filch): ¡Aparta Mocosa!
(Dumbledore):¡Argus!

Había llegado Dumbledore, seguido de otros profesores. En unos segundos, pasó por delante de Harry, Ron ,Hermione y yo, sacó a la Señora
Norris de la argolla.

(Dumbledore):Ven conmigo, Argus

dijo a Filch, quien seguia exaltado por su gata.

(Dumbledore):Vosotros también, Potters, Weasley y Granger.

Lockhart se adelantó algo asustado.

(Lockhart):Mi despacho es el más próximo, director, nada más subir las escaleras.

Puede disponer de él.

(Dumbledore):Gracias, Gilderoy

respondió Dumbledore.
La silenciosa multitud se apartó para dejarnos paso. Lockhart, nervioso y
dándose importancia, siguió a Dumbledore a paso rápido; lo mismo hicieron la profesora McGonagall y el profesor Snape.
Cuando entramos en el oscuro despacho de Lockhart, hubo gran revuelo en las paredes; me dio cuenta de que algunas de las fotos de Lockhart se escondían de la vista, porque llevaban los rulos puestos, no quiero ni saber que tan vanidoso es este hombre como para que sus propios retratos tengan esa clase de sueños de belleza. El Lockhart de carne y hueso encendió las velas de su mesa y se apartó. Dumbledore dejó a la Señora Norris sobre la pulida superficie y se puso a examinarla. Mientras que yo veia atentamente las paredes y el techo, preguntandome ¿como pasaba un bicho tan grande entre estos sitios?!. Harry, Ron y Hermione intercambiaron tensas miradas y, echando una ojeada a los demás, nos sentamos fuera de la zona iluminada por las velas.
Dumbledore acercó la punta de su nariz larga y ganchuda a una distancia de apenas dos centímetros de la piel de la pobre Señora Norris. Examinó el cuerpo de cerca con sus lentes de media luna, dándole golpecitos y reconociéndolo
con sus largos dedos. La profesora McGonagall estaba casi tan inclinada como él, con los ojos entornados. Snape estaba muy cerca detrás de ellos, con una expresión peculiar, como si estuviera haciendo grandes esfuerzos para no sonreír, aunque no lo culpo, todos odiabamos a esa gata, que era una metiche. Y Lockhart rondaba alrededor del grupo, haciendo sugerencias.

(Lockhart):Puede concluirse que fue un hechizo lo que le produjo la muerte..., quizá la Tortura Metamórfica. He visto muchas veces sus efectos. Es una pena que
no me encontrara allí, porque conozco el contrahechizo que la habría salvado.

Yo rode los ojos con fastidio ante los comentarios sin sentido de Lockhart , ¡¿como demonios , Dumbledore permitio un maestro tan terrible?!
Los sollozos sin lágrimas, convulsivos, de Filch acompañaban los
comentarios de Lockhart. El conserje se desplomó en una silla junto a la mesa, con la cara entre las manos, incapaz de dirigir la vista a la Señora Norris. Pese a lo mucho que detestabamos a Filch, Harry y yo no pudimos evitar sentir compasión por él.
Dumbledore murmuraba ahora extrañas palabras en voz casi inaudible.
Golpeó a la Señora Norris con su varita, pero no sucedió nada; parecía como si
acabara de ser disecada.