6.

3.3K 43 5
                                    

Joan

No había podido dormir en toda la noche después de lo que había pasado en la fiesta. Aún no me podia creer que hiciera... eso con Miki. Ahora lo miraba mientras dormía desde mi cama. Tenía una expresión relajada y aún llevaba la ropa de ayer, como yo. Seguramente al llegar ayer de madrugada y borrachos no se nos pasó por la cabeza cambiarnos.
Al cabo de un rato me empezó a entrar algo de hambre y oía voces que provenían del salón. Intentando no hacer ruido, me quité la camiseta y los pantalones que olían a alcohol y a sudor, quedándome solo con unos slips negros que me iban algo pequeños. Abrí la puerta con cuidado y recorrí el pasillo de puntillas para no despertar a los chicos hasta llegar al salón, donde no esperaba encontrarme a Alfred sin camiseta preparando el desayuno en la cocina, que estaba abierta al salón.
—¿Alfred? ¿Que haces aquí, tío?
—¡Hey! Aquí, preparándole el desayuno a la bestia.— Hizo un gesto señalandome el sofá, donde estaba Cepeda.
—Me refiero a que haces aquí, dijiste que tenías que acabar de componer algunas canciones y que no podías venir.
—¿Eso dije? Bueno, he cambiado de opinión. Puedo componer tanto en mi casa como aquí. Estuve hablando con Carlos ayer y me dijo que lo estabais pasando bien, así que hice las maletas y vine lo antes posible. He llegado esta mañana y me he encontrado a Luis tirado en el patio. ¿Que hicisteis ayer?— Estaba a punto de responderle cuando Raoul y Carlos salieron de la habitación. Se saludaron todos y pude oír a Cepeda soltar algún gruñido desde el sofá. Estuvimos charlando un rato y Ricky no tardó en unirse también. No sabía si Miki ya estaba despierto, igual ya lo estaba desde hacía rato pero no salía para no verme ni para hablar de lo que pasó.
Mientras desayunabamos, Alfred propuso que fuésemos a la playa. No había caído en que ya llevábamos un día en el pueblo y aún no la habíamos pisado. Todos estuvimos de acuerdo y el resto se fue a cambiar mientras yo me daba una ducha y salía del baño con una toalla envuelta a la cintura. Todos los chicos estaban preparados menos yo, así que les dije que fuesen tirando y que yo iría más tarde cuando Miki se hubiera despertado. Cuando se fueron, aproveché la soledad para dejar caer la toaya al suelo y quedarme como dios me trajo al mundo. Entré a la habitación, no sin antes comprobar que mi amigo seguía dormido, y empecé a buscar algún bañador para ponerme. Justo cuando lo tenía a medio poner y mi trasero aún quedaba al aire, oí una voz detrás de mí.
—¿Joan? ¿Que hora es?— Dijo Miki, algo adormilado todavía. Me acabé de subir el bañador lo más rápido que pude.
—Son las once y media. Los otros chicos han ido a la playa, no están esperando.— Él se limitó a hacer un gruñido y salió de la cama aún medio dormido. Mientras el desayunaba yo llene una bolsa con las toallas, el protector solar y un libro. Cuando ambos estuvimos listos salimos de casa y nos dirigimos a la playa. Sólo llevábamos el bañador puesto, ya que hacía demasiado calor para llevar camiseta, y puede ver de reojo como algunas gotas de sudor le caían por el pecho y por todo su abdomen. Después de llevar caminando un rato, decidí romper el silencio.
—Miki, creo que tenemos que hablar, tenemos más de una conversación pendiente... Lo de anoche...
—Joan, —me cortó— para empezar, lo de la foto fue un accidente, era para mi novia y te la envié a ti sin querer.— Dijo, algo serio. Por un momento pensé que quizás se había olvidado de lo que había pasado la noche anterior, de que de alguna forma Rania nos había convencido para que nos besaramos y para que hiciésemos todas esas cosas. Pero como he dicho, solo fueron unos segundos.— Y en cuanto a lo de anoche, no se que decirte. Simplemente pasó, ¿no?
—Si, supongo pero... Mira, Miki, tu eres muy importante para mí, eres mi mejor amigo y no se que haría sin ti, y no estoy dispuesto a dejar todo eso por una noche de borrachera y un par de mamadas.— Miki me miró a los ojos y me sonrió. Ya estábamos a punto de llegar y nos paramos un momento para poder acabar la conversación.
—¿Un par de mamadas? Debe haber sido la mejor mamada que te han hecho en tu vida, cabrón.— Bromeó y me dio un golpe en el hombro.
—Entonces... ¿Amigos?
—Si, amigos.— Estuvimos callados unos segundos hasta que él volvió a romper el silencio.— Que coño, a la mierda.— Y se abalanzó a mi para besarme mientras me rodeaba con los brazos. Yo le correspondí al beso y estuvimos pegados unos instantes. El joven se separó de mí no sin antes susurrarne al oído "La foto debería haber sido para ti." y se fue, dejándome allí de pie, aún asimilando lo que acababa de pasar.

Carlos

Hacía ya un rato que habíamos llegado a la playa y yo ya estaba tumbado en la toalla tomando el sol después de haber estado nadando un rato. Me había puesto un speedo azul y le había dejado uno rojo a Raoul, ya que se los había dejado todos en casa. En aquel momento solo estábamos, el yo, y Joan, que había llegado hacia poco con Miki, el cual ya se estaba bañando. Joan se puso a leer un libro y yo le propuse al rubio de ir a dar una vuelta por una zona más rocosa, donde no había casi nadie. Quería hablarle de lo que había visto en su móvil, me sentía culpable por haber violado su privacidad y debía contárselo. Estuvimos dando una vuelta hasta que decidí sacar el tema.
—Raoul... Te tengo que hablar de una cosa importante.
—¿Que pasa? ¿Has hablado con Ricky o algo?
—¿Ricky? No, ¿por? Te quería hablar de una cosa que pasó ayer. Verás, cuando llegamos a la casa, por la mañana, quería llamar a los chicos para saber donde estaban, pero mi móvil estaba sin batería, así que, aprovechando que estabas en el baño, decidí usar el tuyo.— Pude notar como el joven se empezaba aponer nervioso, pero intentaba disimularlo.— Y bueno, cuando lo encendí, vi... Vi un video. Ya sabes de lo que hablo...— Él se quedó callado unos instantes, pensado en lo que iba a decir.
—No... No se que decirte, tío. De vez en cuando lo hago, me gusta grabarme o que me graben mientras me... Masturbo.— Yo notaba como se iba formando una erección bajo mi bañador, y Raoul no tardó en notarlo.— Tío, no pasa nada, es por estar hablando de esto, es normal.— Me dijo, intentando tranquilizarme.— Es decir... Si te apetece... Nos vamos a un sitio más vacío y... Dejo que me grabes.— Me quedé mirándolo, atónito.
—¿Lo dices enserio, tío? Es decir... No me importaria, pero solo quiero que lo hagas si tú quieres...
—Claro que quiero, tonto. Me siento cómodo contigo.— Me cogió del brazo y me llevó a un sitio más escondido entre las rocas. Allí encendí el móvil, me senté en el sueño y empecé a grabar. Raoul se puso delante de mi y se empezó a bajar tímidamente el speedo, dejando a la vista su miembro con algo más de pelo que en el video. El joven se empezó a acariciar las pelotas con una mano a la vez que con la otra se recorría todo el cuerpo, desde el cuello, pasando por el pecho y acabando en la zona púbica, donde se agarraba los vellos rubios y se los estiraba, gimendo un poco. Mi rabo ya estaba a cien y se me salía por la pernera del bañador, chorreando gotas de precum. No me daba ningún tipo de pudor, en ese momento solo estaba centrado en ver a Raoul completamente desnudo, tocandose y mordiendose el labio para intentar evitar inútilmente sus gemidos. El chico se masturba a frenéticamente mientras olía y lamía su propia axila, donde también empezaba a crecer algo de vello y el agua salada se había mezclado con el sudor. Ninguno de los dos tardamos en correr os, aunque yo, a diferencia de él, lo hice sin tocarme ni una sola vez para poder sostener el móvil. Cuando el rubio acabó de correrse, cogió la leche que había caído en su propio pecho y se la llevó a la boca, después se acercó y hizo lo mismo con la mía para después besarme, pasándomela a mi boca. Nos quedamos allí acurrucados un rato, sin decir nada y con los bañadores quitados. Ya no había vuelta atrás.

VeranOT hotWhere stories live. Discover now