«ERA COMO VER UNA DIOSA, UNA DIOSA TAN HERMOSA COMO AFRODITA, PERO TAN LETAL COMO LA MISMA ATENEA»
Salvar a su pueblo de ALIE suponía el fin de la guerra. Sin embargo esta recién estaba empezando. Con el tiempo en contra de ellos Lyanna, Bellamy y C...
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Después de que la masa de personas se hubiera balanceado sobre los Skaikru que Lyanna había dado permisión para que los mataran. Todos y cada uno se arrodilló ante su Reina antes de dispersarse. Lyanna se abrigó aún más con el abrigo de Roan y bajo elegantemente del estrado, los Lobos inmediatamente la olisquearon y se restregaron contra ella. Kane le había ido a reclamar a Lyanna sobre la muerte de sus guardias que según él no habían sido necesarias.
—Lyanna, eso no fue necesario. Necesitamos a cada hombre que pueda trabajar...
Todos los terrestres se cerraron alrededor de Lyanna y le apuntaron a Kane con sus espadas, sus armas, protegiendo a su Reina.
—¡Muestra respeto!—un guardia le gruñó a Kane con odio.
La chica lo vio con una mirada fría, mientras acarició el hocico de su Lobo.
—Eran violadores y asesinos—ella dijo sin un ápice de arrepentimiento en su su cara—. Merecían la muerte, y recuerda bien con quien hablas Marcus Kane Kom Skaikru, de vuelta en la coalición, yo soy tu reina y tú eres mi súbdito.
—¿Y ahora que?—Kane le preguntó.
—Haré lo que las reinas hacen. Reinare y lideraré a mi pueblo.
Lyanna sonrió un poco, recordando cuando había tenido quince años y había estado frente al concejo, débil y temblorosa, después de haber asesinado a su madre. Marcus Kane había pedido inmediatamente que la encerraran y la encontró culpable, con problemas mentales e indicó que no se revelará nada sobre el caso. Que nadie supiera sobre las atrocidades de Crystal LeBlanc para que no hubiera caos. Oh, cómo las cosas habían cambiado.
—Puedes vivir bajo mis reglas—Lyanna dijo encogiéndose de hombros, viéndolo con una mirada aburrida—. O vivir exiliado bajo las tuyas. Una vida de un asesino o violador es lo menos importante.
[...]
—Quiero que vengas conmigo—Bellamy le susurró.
—Bellamy la gente está pidiendo que cuelgue tu cabeza. Tienes que irte ahora.
—Estas embarazada, estas embarazada con nuestro hijo ¿y quieres que te deje?
—Nadie aquí me hará daño, además estaré segura aquí con Roan..
Bellamy bufó.
—Si, claro que si—él gruñó, ambos estaban en la habitación de Lyanna solos, aunque Neon no habia querido, Lyanna había insistido, ambos estaban sentados el uno frente al otro. Ella lo vio con ternura y le puso una mano en la mejilla, Bellamy cerró los ojs ante este acto, habia extrañado más que nada la ternura de Lyanna, su tacto sobre él.
