𝒀 𝑶 𝑼 & 𝑰- 𝒎𝒂𝒕𝒕𝒊𝒂 𝒑𝒐𝒍𝒊𝒃𝒊𝒐 (terminada)

Capitulo 22

Hoy era el primer día para demostrarle a Sofía que puedo cambiar por ella, puedo hacer un gran ejemplo y dejar todas mis malas costumbres o eso creo, hay cosas que no puedo remediar a pesar de muy arrepentido que me sienta. En fin tengo un plan perfecto, después de clases la iba a llevar a la playa, no hasta muy tarde.

Justo suena el timbre de la salida y me despido de todos mis amigos, hoy no teníamos soccer porque era viernes, PERFECTO. hablé con la mamá de Sofía para que me diera permiso de llevármela y también para que me dejara en un bolso sus cosas ya que iba a ser una gran sorpresa.

Agarre la mano de Sofía y la entrelace, ella se quedo viendo a estas juntas y después plasmo una hermosa sonrisa en su rostro. La dirigí al auto y me puse a conducir bajo las canciones de lil uzi vert, era un artista que nos encantaba a ambos, sobretodo la canción 20 minutes

Cuando por fin llegamos ella estaba totalmente asombrada y emocionada, en eso la vi salir del carro corriendo hacia la arena y empieza a dar vueltas mientras reía gustosamente, en eso yo salgo corriendo hacia ella y la abrazo pero no tuvimos control y nos caímos. La poca gente que se encontraba en aquella playa nos miraban un poco extraños, pero nosotros en aquel lío no nos importaba.

Le di la ropa a Sofía y esta se cambia en el auto y a los minutos la veo salir, wow, con ese traje de baño se le podían notar aquellas curvas que me traían loco.

- que tanto me miras?- me dice ella mientras me da una mirada inocente

- tú que crees?- le digo mientras juego con mis cejas. Ella me mira ofendida y yo salgo corriendo mientras ella me persigue. Llego al agua y empiezo a salpicarla poco a poco terminando por una batalla.

(...)

Estábamos bajo el agua abrazados viéndonos mutuamente cuando ella saca unas palabras y rompe el silencio acogedor

- gracias- dicho esto apoya su cabeza en mi pecho y cierra levemente sus ojos, era un momento de paz y calma.

(...)
Nos encontrábamos de regreso, estábamos en el auto, ella estaba en el copiloto con sus pies descalzos y una mano fuera del auto siguiendo las curvas de las montañas que nos brindaba la vista. Luego de esto apoya sus brazos en su regazo y cierra poco a poco los ojos, fue un día muy agotador y era muy probable que ya esté cansada. Amaba verla en sus puntos más vulnerables, era como tener una muñeca de porcelana al cual tienes que cuidar pero eres el martillo que la puede destrozar en segundos. Lamentablemente lo soy, y me da miedo el mal que le puedo hacer aunque no quiera, lo idiota lo tengo de naturaleza...