Capitulo 21

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Nicholas PDV

Me eche a dormir tarde. Aun me reía por lo que le había dicho. No podía creer que ella se lo haya tomado tan enserio. Me reía a carcajadas cuando vine acá, su cara asustada me causaba tanta gracia.

Y luego recordé ese mensaje.

"¿Por qué no me matas de una vez"?

No quería matarla. De cierta manera la quería pero me gusta que sea sumisa.

¿Qué tal...si ella decide suicidarse?

La idea me hizo parar de reír. No podía dejar que ella se suicidara. Yo la quería de cierto modo...no podría permitirlo.

Me levante rápidamente, tenía que verificarlo. Abrí la puerta de un golpe y empezó a correr por el pasillo. Llegue a su cuarto y empezó a tocar la puerta. Pero aunque toque y espere pacientemente no abría.

-¡Krimhild! ¡Ábreme la puerta!-grite pero no recibí respuesta

Me empezó a desesperar,

-¡Abre la puerta! ¡Ábrela!-

La empezó a patear pero no abría.

-¡Maldita sea Krimhild, abre la puerta!-

Por fin abrió la puerta después de muchos golpes. La vi sentada en el suelo con la cabeza hundida en las piernas.

-¡Krimhild! ¿Estás bien?-le dije preocupado mientras intentaba ver si tenía alguna herida

-..Ter...mi...na...da...-la oí susurrar

Y si las tenía. En las muñecas y algunas en el cuello. Me empezó a asustar viendo la sangre brotando.

-¡Despierta! ¡Mierda Krimhild no te duermas!-le grite

La cargue en mis brazos y la lleve a su cama. Salí al pasillo y empezó a gritar que necesitaba un médico. Si no llegaban en 7 minutos iba a mandar a decapitarlos. No necesito alguien que no me sirva como es debido.

Hoy era mi día de mala suerte. No venían. Empezó a rasgar las sabanas para usarlas como vendas. Intentaba reanimarla pero no pasaba nada.

Al día siguiente (Krimhild PDV)

Me desperté en mi cama. En verdad supuse que despertaría en el infierno, ya que "supuestamente" me había suicidado. Me agarre la cabeza y note las vendas que había en mi brazo. Empezó a sacar las vendas para ver que mi piel tenía los cortes que me había hecho anoche. Aún estaban algunos abiertos y otros ya habían empezado a cerrarse. Cerré mis ojos, sentía un gran cansancio a pesar de al parecer haber dormido mucho tiempo.

-Señorita Krimhild ¡que susto me ha dado!-

Abrí los ojos nuevamente para ver a Gertrud parada enfrente de mí con los ojos llorosos.

-Perdón-le dije sin saber que más decir...no quería preocuparla- ¿Por qué no dejaron que me suicidara tranquilamente?

-¿Por qué dice eso? La vida tiene muchas cosas buenas como...-dijo Gertrudis pero la interrumpí

-¿Tú ves...cosas buenas que me hayan pasado a mí? Hace casi 1 año y medio las cosas buenas si me llegaban-le dije

-Pero tal vez un día el amo....-me dijo

-¡Nunca va a pasar!-grite- Jamás he conocido tanta maldad en persona ¡jamás!

Se quedó callada. Cerré mis ojos otra vez...me empezaba un dolor de cabeza espantoso. Vi a Gertrud marchándose silenciosamente hasta la puerta pero paro y dijo:

-El no permitió que usted muriera-dijo Gertrud

-Eso es obvio...quiere torturarme un poco más-le dije y ella solo se retiró.

Por fin pude dormir.

...

Al despertarme por la tarde cerca de las 5:00 sentí mucha hambre y sobretodo sed. Intente pararme pero no pude unas manos estaban sujetando firmemente mi cintura y me aprisionaban. Ya sabía quién era porque ya he estado en una situación.

-Suéltame-dije

No me respondió nada.

-¡Te estoy diciendo que me sueltes! ¡Suéltame!-empezó a patalear

-Baja el volumen...-escuche decir

-¡No quiero estar aquí! ¡No quiero estar contigo especialmente!-le grite empezando a recordar todas las cosas que me había hecho

-Ya sé que no quieres estar conmigo- le escuche decir- Pero no voy a permitir que te suicides...además he venido a decirte que lo de tu hermana era una broma no quería...

-Eres un enfermo... ¿Cómo tomas algo tan serio como una. Broma?-le dije

-Está bien dime todo lo que quieras...pero por favor no quiero que vuelvas a intentar hacer algo como eso, ayer casi...-me estaba diciendo pero lo interrumpí

-¿Ahora me vas a decir que te preocupaste por mí?-le pregunte sarcástica- Solo quieres hacerme sentir miserable, ese es el único propósito por el que estoy aquí... ¿y qué crees? ¡Lo lograste! Ahora soy la persona más miserable

Dicho esto me soltó y me levante rápidamente para encerrarme en el baño.

La muñeca del ReyDonde viven las historias. Descúbrelo ahora