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Veintiséis.

Louis suspiró, rascando sus ojos, sentando en la cama, rogando que la convivencia con la omega fuera soportable, hoy llegaba a mudarse con ellos, y no estaba muy feliz con la idea. Empezando por el hecho de que Zayn ni siquiera le había avisado que le iría ayudar y se había despertado solo y de muy mal humor. Se levantó, sintiendo el frío subir por la planta de sus pies, se estremeció, incómodo por la invasión de esa pequeña ráfaga en ese cuerpo, su pierna izquierda flaqueó, al no poder apoyarla sin el constante dolor, decidió no esforzarla y caminar a cómo podía. O sea cojeando.

—¿Por qué no podías hacérmela más sencillo destino? — se quejó en su soledad, caminando con pereza al baño. —Que mi destinado fuera un alfa sin lazos con nadie más que conmigo.

—Eso pedía yo también y resultó que el destino tenía algo más preparado para él. — escuchó la voz que antes le gustaba y ahora lo irritaba, y claro, el fuerte aroma de la chica llegó a su nariz aturdiéndolo, se volteó hacia ella.

—Oh, creí que estaba solo. — se excusó, rascando su cabellera castaña, la cual estaba desordenada. Genial. No quería verse así de miserable ante Gigi y allí estaba, recién levantando, probablemente viéndose terrible.

—Zayn fue a terminar de recoger algunas cosas que faltaban. — explicó la rubia, su mentón estaba en lo alto y su ceja arqueada, dándole un aire de superioridad, y siendo honesto si lo estaba intimidando. —Todo un caballero. Me ofrecí a ayudar y se negó.

Louis asintió, comenzando a caminar hacia su antiguo destino, arrastrando un poco su pierna lastimada, le dio la espalda para seguir su camino pero antes de desaparecer de la vista de la rubia decidió decir algo.

—Zayn es un caballero. En eso tienes razón. — concordó. —Me ha tratado muy bien desde que estamos juntos.

Sin esperar respuesta entró al baño, sintiéndose abrumado, esta estadía iba a ser increíblemente pesada.

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Zayn llegó a su hogar, sacando unas cuantas cajas de las cosas que Gigi había asegurado que necesitaría en ese tiempo, pero siendo honesto la mitad de ellas era completamente innecesarias. Entró a la casa, dejando las cajas en el suelo, buscando con su mirada a Louis o Gigi, quien apareciera primero. Sabía que había sido una mala idea dejarlos solos, pero él necesitaba un tiempo a solas también para intentar lidiar con lo que estaba por ocurrirles por un tiempo.

—¿Alfa? — Gigi lo llamó, la miró, y ella sonrió, acercándose para tomar las cajas, se lo impidió, volviendo a agarrarlas. —Déjame ayudar.

—Estás embarazada. No tienes que hacer ninguna clase de esfuerzo y más por la situación que tiene nuestro cachorro. — sermoneó, Gigi sonrió al escuchar la palabra nuestro en ese pequeño regaño.

—Sí. — asintió, acomodando su cabello hacia atrás, sintió una pequeña patada en su vientre, jadeó, inclinándose. —Joder.

Zayn dejó caer las cajas en el suelo, acercándose a la omega, preocupado por que estuviera bien, la sostuvo por la espalda. —¿Estas bien?

—Estoy bien, si. — asintió, inhalando y exhalando continuamente para relajar su vientre. —Ya está dando pataditas más fuertes, y tal vez por lo inestable que ha estado mi cuerpo se sienten muy dolorosas.

Zayn alzó sus ojos sorprendido, no sabía que su cachorro ya estaba moviéndose dentro de la barriga de la omega, mordió su labio y sin pedir permiso puso su mano sobre la pequeña panza de Gigi, y justo en ese momento sintió una patadita.

—¡Se mueve! — dijo, sonriendo, llenándose de felicidad y el lugar de feromonas, Gigi sonrió también, conmovida por la alegría que su cachorro les brindaba a los dos. —Hola, cachorrita.

—O cachorrito. — agregó, el alfa asintió rodando los ojos divertido, acariciaba la pequeña barriga, con tantas ganas de tener a su bebé entre sus manos, el cachorro comenzó a moverse más al sonido de la voz de Zayn. —Le gusta escucharte.

Zayn se agachó en el suelo, dejando su boca a la altura de la barriga de la omega, Gigi sonrió al verlo. —Pronto estarás con nosotros, mi pequeño bebé.

—Con su familia.

—Con mami y papi. — concordó el alfa, acariciando la pronunciada barriga de la rubia..

—Deberíamos comenzar a hablar de nombres, alfa. — pidió la omega, se sentía feliz, con Zayn acariciandole la barriga y hablándole a su bebé.

—Si, tengo unos cuantos en mente. — acordó, embobado con las pataditas que daba el bebé. —El problema es que te gusten.

—Recuerdo que teníamos unos cuantos pensados. ¿No te gusta ninguno?

—¡Cierto! — recordó, elevando su mirada hasta la de Gigi, y asintió, recordando que eran unos muy lindos nombres. —Podemos pensar en ponerle uno de esos. Me gustaban todos la verdad.

—A mi también. — asintió, poniendo un manchón de cabello detrás de su oreja, para poder ver bien a Zayn. —Quedarán muy bien con nuestros apellidos.

—Hasta el más horrible nombre quedaría bien con nuestros apellidos. — bromeó, apoyando su nariz en el vientre de la omega, Gigi se sorprendió pero no se apartó, una pequeña esperanza comenzó a subir por su cuerpo, tal vez era posible que el amor que se habían tenido pudiera resurgir. Soltó una risa para apartar sus pensamientos.

—Tienes mucha razón. — sonrió, el alfa acariciaba la barriga con su nariz, viéndose increíblemente enamorado. ¿Del bebé? Era la verdadera intriga. —Como es nuestro hijo y lleva nuestra sangre, es fuerte y sé que saldremos de esta.

—Sip. — asintió, dejando un pequeño beso y apartándose, para quedar a la altura de Gigi. —Tiene unos poderosos padres. Y será una increíble e intimidante hija.

—O hijo, Zayn. — sonrió, negando con su cabeza, ante el rechazo del alfa de tener un hijo, Zayn asintió, chasqueando su lengua.

—Si, la misma cosa. — la miró a los ojos, sacudió su cabeza al saber que la estaba mirando más de lo que debía. —I-iré a dejar unas cosas a tu habitación.

—Puedo hacerlo yo misma.

—No discutiré más eso, Jelena. — bromeó, recogiendo las cajas de nuevo, para ir a dejarlas a la habitación de huéspedes la cual ahora era de Gigi.

—¡Siempre te ha gustado molestarme con mi nombre! — se quejó riendo, empujando al alfa, mientras caminaba detrás de él hasta el cuarto.

—Tu mamá no te quería, estoy cien por ciento seguro. — se escuchó una carcajada lejana para los oídos del pequeño espectador que los había estado mirando desde la sala.

Louis mordió su labio, sintiéndose fuera de lugar, sus ojos dolían, y un sollozó estaba quemándole la garganta, trago saliva intentando bajarlo, y tomó una bocanada de aire, retirando las lágrimas de sus ojos. Tenía que estar feliz por su alfa. No llorar por el miedo que lo envolvía.

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En los próximos capítulos espero que no me puteen mucho, los amo ejjejejeps

Qué piensan

cRRRRReo que esta semana actualizaré mucho, CREO.

Enlazados |Zouis. Where stories live. Discover now