Capítulo 15

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POV: Adara

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POV: Adara


Salí bien parada después de que casi me vi en las garras de Tommy. Aparte de los rasguños solo me dolía el pie derecho, nada grave, porque podía apoyarlo, aunque resultara un poco molesto. Solo habían pasado unos diez minutos, quizá un poco más desde que me alejé de las ruinas, hablé con Tymora, vi a Tommy y sus hombres y caí al pozo en mi huida. Milagrosamente fue Berenice quién me encontró e hizo que todos se encontraran conmigo poco después. Les expliqué lo que me había sucedido y me miraban como si me hubiera salido una segunda cabeza. Yo tampoco seguía creyéndomelo.

—¿Estás segura? —objetó más de uno.

Puse los ojos en blanco.

—Completamente —volví a decir por enésima vez ya que lo veían demasiado increíble e irreal—. Tommy no me capturó y les dijo a sus hombres que no me había visto en el pozo, cuando fue todo lo contrario.

Se miraron entre ellos con un desconcierto que hasta yo también sentía. Berenice estaba más apartada, y sin saber por qué, desde que nombré a Tommy me rehuía la mirada. Pero no era ella quien me tenía de los nervios. Si no Enzo. Oh Dios. Desde que Berenice los llevó hasta mí no ha cruzado una palabra conmigo. Mala señal. Cuando nos reencontramos su rostro estaba envuelto por llamaradas emocionales, me revisó de los pies a la cabeza para asegurarse de que estaba de una pieza, y no me abrazó como tanto necesitaba, no me dijo nada, ni siquiera me preguntó si estaba bien. ¿Qué mosca le picaba?

—Eso no es lo que parece que suele hacer Tommy —Evelyn me sacó de mis pensamientos.

—¿Seguro que era él? —dijo Dan algo escéptico—. Es que es raro. Su objetivo es tenerte, no alejarte.

Apenas podía estar pendientes de ellos mientras hablábamos. Miraba a mi hombre, recostado en un árbol y de brazos cruzados. Tenía esa expresión que lo caracterizaba cuando estaba enfadado. Hasta este momento no había hecho ni una señal más, aparte de ese ceño fruncido, pero cuando Dan dijo eso, Enzo apretó los puños con un rostro glacial que intimidaba.

—Pero muy raro —añadió Uriel pensativo.

—Deberíamos movernos —sugirió Aliza echando un vistazo al lugar.

—Estoy de acuerdo —aceptó Dave—. Tal vez sea una especie de trampa y solo quieren conducirnos hacia un lugar concreto.

—¿Y Tymora por qué te dijo eso? —quiso saber Declan con una expresión chocante.

—No lo sé —me encogí de hombros. Si lo de Tommy fue raro, ya lo de Tymora no sabía cómo clasificarlo.

—¿Podéis dejarnos un momento? —alzó la voz Enzo después de mucho tiempo callado, y fue demasiado neutral, sin quitarme su penetrante mirada—. Quiero hablar a solas con mi esposa.

El latido del deseo. Parte 1 [Deseo Éire #3] © (+18)Where stories live. Discover now