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Laughing Jack

Tres días después

Creí que cuando saliera del Inframundo me olvidaría de ella, pero no podía. Ya tenía tres días pensando en ella, no podía sacarme de la cabeza a Anette y de verdad me molestaba. Lo último que quería era pensar en ella.

   Me levanté y miré por la ventana. Dalya entrenaba con Masky y Hoodie como siempre, estaba a unos minutos de terminar su entrenamiento y seguro no tardaría Slenderman en llamarnos para desayunar. Suspiré y cerré los ojos. Cuando los abrí estaba en el Inframundo frente al castillo de Zalgo. 

Zalgo.- Hola Laughing — entramos al castillo — ¿qué haces aquí?

Yo.- Necesito verla — se quedó callado por un rato.

Zalgo.- ¿Seguro? — asentí. Me llevó a las celdas y me acompañó a la de Anette. El cristal estaba oscuro, Zalgo lo tocó y se volvió transparente. Anette estaba en una esquina, en cuanto me vio sonrió y se acercó.

Anette.- Creí que no recibiría visitas en mucho tiempo.

Yo.- Quiero entrar.

Zalgo.- ¿Qué? Claro que no, ¿para qué quieres entrar?

Yo.- Déjame entrar, estoy seguro que no podría hacerme nada — miré a Zalgo — Sé lo que hago.

Zalgo.- Cinco minutos — asentí, Zalgo hizo que apareciera dentro de la jaula con Anette, ella sólo sonreía.

Anette.- Supongo que me has extrañado Laughing — se acercó — ha pasado mucho tiempo — me miró de pies a cabeza — no has cambiado ni un poco... Es increíble tu físico, ¿sabes? Eres tan delgado — paso sus manos por mi torso — parece que a la menor provocación podrías partirte por la mitad, pero tienes una fuerza y resistencia fantástica — me sonrió — Jamás te lo dije, pero siempre te he admirado.

Yo.- ¿Qué es lo que intentas? — la alejé.

Anette.- Tú sabes exactamente lo que intento.

Yo.- Quitarle sus poderes a Slenderman, Ben, Dalya, quien sea, no te ayudará en nada. 

Anette.- No tienes la menor idea — sonrió — Sólo con el poder de Slenderman y tu linda Dalya sería suficiente para someterte y poder quitarle su lugar a Zalgo — agarré a Anette por el cuello y lo apreté.

Yo.- Deja en paz a Dalya — Anette se rió.

Anette.- El payasito está enamorado — intentó pasar saliva —. Me das asco.

Yo.- Sólo deja de molestar a Dalya —la apreté más y después la solté, ella tosió un poco.

Anette.- Dalya es mi hija — me miró, su típica mirada de odio volvió — Tú deberías de ser quien la dejé en paz. Odio que estés con ella y mucho más que se gusten. ¡Te odio, me das asco! ¡No dejaré que Dalya arruine su vida contigo! — sonreí.

Yo.- Dalya es la hija de Slenderman y Anette, ella no es nada tuyo. Estoy casi seguro que te da miedo que tenga algo con ella porque se volverá más fuerte que tú. ¿Te imaginas que le dé a Dalya lo que tú siempre quisiste? — negó.

Anette.- No... no lo harías... jamás te atreverías a hacer algo así.

Yo.- Si Dalya tuviera mi caja tendría mucho más poderes de los que tiene ahora.

Anette.- ¡No! — se acercó a mí, pero antes de que pudiera tocarme aparecí fuera de la celda — No le darías tu caja a Dalya, no le darías tu caja a nadie — se acercó al cristal.

Yo.- Soy bastante impredecible, tú lo dijiste — le sonreí por última vez — haría cualquier cosa por vengarme de ti.

Anette.- ¡No! — comenzó a golpear el cristal, el cual se volvía oscuro — ¡Laughing! ¡Laughing! ¡Te odio! — golpeó con más fuerza el cristal.

   Zalgo y yo salimos de allí, no dijimos nada hasta llegar a su oficina.

Zalgo.- Estaba seguro que la habías reconocido.

Yo.- Jamás la olvidaría, su mirada, su voz, su odio hacía mí — sonreí — me alegra que siga obsesionada conmigo.

Zalgo.- No es un juego, Laughing. Ella hará lo posible para salir de allí y lo primero que hará será ir por ti o por Dalya.

Yo.- No importa, que haga lo que quiera, la vamos a atrapar y esta vez...

Zalgo.- No será tan fácil. Ella es más fuerte ahora, le quitó gran parte de energía a Anette, cuando decida dejar su cuerpo es probable que Anette muera.

Yo.- ¿Tienes idea de por qué eligió a Anette? 

Zalgo.- Supongo que por Dalya, al fin y al cabo es hija de un demonio y un ser con poderes. Lo que importa ahora es que escondas tu caja, no le cuentes a los demás de Maywenn por ahora, primero debo hablar con Slenderman.

Yo.- ¿Él para qué?

Zalgo.- Es el que mejor conocía a Anette, estoy seguro que si la ve a los ojos podrá reconocerla. Supongo que tú lo notaste.

Yo.- Por momentos... hace unos días que la vimos, en un principio no parecía Mayween, su mirada era muy distinta, al menos por unos segundos hasta que me vio, el odio con el que me miraba, sin duda era Mayween.

Zalgo.- Es mejor que vuelvas a la CreepyHouse — se levantó — recuerda que debes esconder bien tu caja.

Yo.- ¡Ya sé! No te preocupes, está perfectamente escondida, nadie la encontrara. Cualquier cosa que pasé con la loca me avisas — asintió — Esta vez me vengaré de ella, no dejaré que se vaya...

   Aparecí en la CreepyHouse y fui con Toby, Ben y Dalya. Me senté en mi sillón y miré la TV, como siempre, Toby jugaba con Ben y Dalya sólo miraba.

Ben.- ¿Dónde estabas? — preguntó sin despegar la vista de la pantalla.

Yo.- Salí desde temprano, quería caminar un poco.

Dalya.- Estás raro desde que fuimos al Inframundo.

Yo.- Es normal... Tenía mucho tiempo que no iba y en verdad no estoy muy acostumbrado, las pocas veces que he ido igual suelo sentirme raro.

Ben.- O será que estás así por la madre de Dalya. ¿Te gustó más la la madre que la hija? — se rió.

Yo.- Claro que no, ni la conozco y tampoco me agrada.

Dalya.- Y aunque ese fuera el caso, mi madre jamás te haría caso. No sé porque te odia tanto.

Toby.- Quizás ya se conocían.

Yo.- Del Inframundo los únicos que conozco son Zalgo, los fantasmitas que viven aquí y el demonio que te conté — miré a Dalya — no conocía a la madre de Dalya, ni siquiera me interesa saber sobre el Inframundo.

Toby.- ¡NO! — gritó de pronto.

Ben.- ¡Te gané! — suspiró — Esfuérzate un poco más Toby, ya no es divertido ganarte tan rápido. ¿Alguien más quiere intentar? — nadie dijo nada — ¿Dalya?

Dalya.- No creo... sólo he jugado un par de ocasiones, me ganarías más rápido que a Toby.

Ben.- Entonces inténtalo con él — le dio el mando a Dalya — juega primero con Toby, aprende un poco y luego jugamos los dos.

Dalya.- Bueno... no tengo nada más que hacer.

   Dalya y Toby jugaron por un rato. Sin duda Toby era mucho mejor que Dalya, al menos hasta que ella empezó a entender como era. Aproveché un momento que estaban tan concentrados en el juego para ir a mi habitación.

   Me quedé mirando por la ventana. Serían unos días difíciles, eso seguro, no pararía de pensar en ella por más que lo intentara. Tenía unas ganas infinitas de ir a su celda y acabar de una vez con ella, pero sería inútil, yo solo no podría vencerla y Zalgo no se arriesgara para que ella escape o lo posea. 

   No podía hacer nada más que esperar... esperar... 

   No iba a aguantar demasiado. Odio esperar, Maywenn lo sabe y sin duda usaría eso a su favor

Todo por una venganza (Laughing Jack y Tú)Where stories live. Discover now