𝓤𝓷

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Se despertó al acercarse a mitad de la noche a su lado de la cama, buscando su calor corporal, estremeciéndose al no encontrarlo, se levantó desorientado, se dirigió a la cocina, pensando que tal vez estaría ahí.

Sus pantuflas hacían ruido caminando por el pasillo.

Llegó y se sintió cada vez más irritado, medio dormido como estaba decidió servirse un vaso de leche, se rompió el mil pedazos al chocar contra el fregadero, su mano se llenó de sangre la puso rápidamente en el agua tibia.

Recordó cuatro noches atrás.

- ¡Ya no puedo más con esto Simon!- ni siquiera sabía que estaba diciendo, lo amaba, pero no podía, se sentía insuficiente, Simon era el sol y hace mucho tiempo se sentía chocando contra él.

Había escuchado todo, literalmente todo el puto campus de la universidad hablaba de ello desde que Simon había aceptado ser su pareja.

«Ese estúpido amargado no se merece estar con Simon, él es es mucho mejor que eso»

«Simon merece más que esa porquería de persona que tiene por pareja»

«Simon debería estar con alguien que sí lo merezca»

Todos lo miraban mal al caminar, y cuándo Snow estaba con él, por eso debía hacer esto, para que Simon encontrara alguien que sí lo mereciera, alguien que estuviese a su altura, no un monstruo como si mismo.

- Ya no te soporto - dolía, quemaba, no soportaba la mirada de Simon a medida que decía esas palabras.

-¿Baz?-intentó acercarse- ¿Qué tienes, por qué me gritas así?- dijo Simon algo asustado, con las lágrimas queriendo salir de sus ojos.

Malditasea, ya no soporto esto!, ¡No te soporto! Te me haces despreciable, con tus caricias y con tu estúpido cabello rubio, ya no quiero saber nada más de tí- Dijo, sintiendo cómo partía el corazón del sol, del elegido de su corazón con cada palabra, pero era por su bien, no podía seguir con él, porque el Baz, era un monstruo, lo amaba, pero no merecía ser correspondido.

-No Baz, tú no sientes eso, tú me amas; siempre me lo has dicho -dijo el chico tratando de convencerse a sí mis mismo, se acercó a él y lo besó, empujó sus hombros.

-Quítate, ¿Que no ves que no te soporto?, Definitivamente no quiero saber nada de tí, terminamos esto Snow.- dijo corriendo hacia la puerta sin esperar su respuesta.

Los siguientes dos días tuvo montones de mensajes y llamadas por parte de Simón y Bunce, todos sin leer.

Todas las llamadas sin aceptar, incluso se hizo el que no estaba cuando fue a buscarlo a su apartamento, llorando mientras se dedicaba a intentar no llorar abrazando su violín.

Lo cuál ni servía de mucho ya que cuándo se le dañó el anterior Simon le había comprado este de regalo, al tercer día no tuvo llamadas y cuando se dignó a aparecer por la Universidad a llevar su trabajo, vió cómo Simon caminaba del lado de una chica de cabellera rubia ¿Agatha? Como le hablaba felizmente, "esa chica es opaca" se dignó a pensar, pero mejor que un montruo para él.

Lo vió, y simplemente desvío su mirada de él.

Llegó a llorar a su apartamento una vez más, toda la vida era una mierda y lo extrañaba demasiado ¿Qué mierda había hecho? no podía soportar estar sin él y el montón de recuerdos llenando su mente de sus rizos brillantes color del trigo y de sus ojos azules, de sus lunares como constelaciones.

Tomó una pastilla para dormír, nunca las había necesitado desde que tenía a Simon cuando lo llenaban las pesadillas donde el fuego lo consumía.

Se había levantado a mitad de la noche buscando sus brazos cálidos.

Y ahí estaba ahora, volviendo sentirse como una mierda por haberse dejado llevar por los demás y lastimar a Simon, lo amaba demasiado.

No podría vivir sin él.

Una idea loca cruzó por su cabeza y fue acogida por su falta de razón, con el corazón roto y el alma adolorida buscó rápidamente ropa, mirando la hora, eran las 2:30 AM, poco le importaba, salió corriendo sin nada más que sus llaves, al bajar sintió el frío de la noche calando en sus huesos, había dicho adiós para siempre cuándo no estaba preparado ni siquiera para dejarlo ir después de comer, aún sabiendo que volvería después.

Entendiendo todo en un momento de razón repentino, se había dejado llevar por el miedo y sus propias inseguridades y había lastimado lo único que realmente valía la pena en su vida.

Sí, lo amaba y no le importaba lo que dijeran, necesitaba a Simon cuando estaba asustado, necesitaba a Simon en su vida, porque sin él desaparecía el cuento de hadas.

Su mente lo buscaba, lo necesitaba a él, lo había necesitado tanto tiempo, pero tantas cosas los dejaron ciego por un momento.

Genial Basilton, casi pierdes al amor de tu vida por lo que digan unos estúpidos en la universidad.

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