𝓒𝓾𝓪𝓽𝓻𝓮

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Abrió la puerta corriendo, sintiendo cómo el frío de la noche calaba sus huesos viendo la silueta de Baz caminar por las calles vacías.

-¡Baz!- gritó con todas sus fuerzas al tiempo que corría detrás de él.

Baz sintió el peso que se estrellaba contra él, casi perdiendo el equilibrio por un momento.

El más alto le tomó de las mejillas y le besó, fue un beso corto, apenas un roce de labios.

Baz se separó en shock.

-¿No me odias?-Dijo sin poder creerlo.

-Pase años diciendo odiarte y pensado que conspirabas cuando no era así, no puedo odiarte-Frunció el ceño dispuesto a refutar- Pero, dolió que me dijeras cosas que no sentías, tal vez tratar de olvidarme no fue tu mejor decisión. Pero -Dijo mirándole a los ojos - aún así te amo, sólo por favor, no le prestes atención a todos esos comentarios, el único que puede decidir quién está bien para mí soy yo. Y yo te elegí hace mucho.

Baz no se pudo contener y lo besó, lento y largo, cómo quería hacerlo este tiempo que se habían separado.

Simon correspondió el beso rápidamente, pasando sus brazos por la nuca de Baz, y este a su vez acomodó las suyas en la cintura del chico.

Permanecieron un rato así, hasta que la falta de oxígeno les hizo separarse, se miraron y sonrieron cómo estúpidos.

-Lo amo demasiado- Pensó Baz sonriéndole a aquella rizos color trigo y mejillas de manzana.

Simón tiritó de frío, ahí fué cuándo recordó que estaban afuera en pleno otoño a las cuatro de la madrugada.

-Baz, entremos hace frío-Dijo abrazándose a si mismo.

Se sentaron en el sofá de la estancia arropados por una manta.

-Simon -dijo llamando al chico- creo que deberíamos buscar más mantas -Dijo preocupado por ver a su novio tiritando de frío aún dentro de la casa.

-N-No-dijo el chico- así estoy bien.

-Al menos voy a hacerte algo de tomar para qué no estés temblando tanto y entres en calor.

-Entraré en calor si estás aquí conmigo.

Baz lo ignoró y se dedicó a buscar las tabletas para hacer chocolate caliente y de paso busco algunos bollos de cereza, conocía muy bien la cocina de su novio, ya que había ido millones de veces a cenar en su casa.

Simon seguía envuelto en la manta, cuándo escuchó la voz de Baz hablar.

-Simon- dijo derrepente, el chico asintió para hacerle entender que lo estaba escuchando.

- ¿Qué hacías en la universidad hablando otra vez con Agatha?

-¿Te refieres a que vino a visitarme para darme un recado del doctor wellbelove?- dijo dándose cuenta de la punzada de celos que tenía Baz. - creo que estamos seguros que él que e gusta es cierto pelinegro.-acto seguido Simon le besó el cuello.

Baz sintió un leve sonrojo, mierda.

Simon estalló en risas por la actitud de su novio.

-Baz, eso que dijiste de qué, me amas -dijo dejando de reírse- ¿Es verdad?

Baz volteó a mirarle confundido.

-Claro que lo es Snow, deberías estar agradecido - dijo con tono petulante - mas agradecido porque no sabría que hacer sin tí. -dijo en un tono más bajo.

Simon se acercó y Baz lo besó tiernamente, hasta que sintieron el humo indicando que el chocolate se estaba quemando.

Simon tomó un bocadillo y se fueron a dormir, aunque en la mañana las llamadas de Fiona por salir de la casa sin decir a dónde las cuatro de la mañana no faltaron.
-The end-

Weno, que decirles.

Espero que les haya gustado, sí lo hizo voten y comenten (los comentarios son mis memes personales, me encanta leer sus reacciones) siento que el final me quedó flojo.

Bueno no lo hice tan sad cómo la canción pero tomé la premisa de esta. Marina es una súper Diosa y espero que sigan buscando sus canciones.

Cuídate y mantente hidratado/a/e.
Les quiero.

All the love.

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