Interacción 7 y Reencuentro 2 Muerte 1.

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- ¡Hey tú! Principito.- grito del otro lado un recluso.- No vayas a maltratar tus manos de niña.

- Cuidado nenita.

- ¡Dejenme en paz o lo lamentaran malditos! - Hans enfureció.

- Uy, perdón su majestad, es cierto que disfrutas de inmunidad diplomática. - dijo acercándose el hombre.

- Así es, aléjate de mi si no quieres problemas.- señaló el pelirrojo.

- No, tu ten cuidado, no eres bien recibido aquí. - dijo el presidiario alejándose de su presencia.

La prisión, lejos de transformar a los criminales en gente honrada, no sirve más que para fabricar criminales. La prisión fabrica delincuentes, a fin de cuentas, son útiles para el campo económico y para el campo político.

- Tiene visita su majestad. - dijo irónicamente un oficial.

- Deje de tratarme de "majestad".

Hans con ilusión caminaba por el pasillo. Sentía que era Elsa quien venia a verlo. Lo revisaron por todas partes para asegurarse que no traía nada raro. Le abrieron paso a la sala de visitas y no era Elsa quien lo esperaba, era su madre.

El pelirrojo se sentó en la silla y tomó el teléfono que colgaba a un lado. El vidrio que los separaba estaba empañado por la respiración tan tensa que había entre los dos.

- ¿Cómo supiste dónde estaba? - preguntó Hans.

- Elsa me llamó, dijo que no podría venir y me pidió que venga. - dijo la mujer con seriedad.

- ¿Elsa te llamo? ¿De dónde sacó tu numero? Ni siquiera yo lo sé. - Hans estaba confundido.

- Ella dijo que vendría lo más pronto posible.

- El tiempo aquí es limitado, ¿qué es lo que quieres? - preguntó el pelirrojo.

- Sólo quería saber cómo estás...

- ¡Ay mamá, por favor! No me hagas reír. Todo es color de rosa aquí, los presos y los policías me odian, vivo en la suciedad. - dijo Hans molesto. - TODO ES PERFECTO, SIMPLEMENTE, PERFECTO.

- Cariño, lo único que te pido es respeto. No es mi culpa que estés aquí. - la mujer estaba empezando a enojarse.

- Haces comentarios tan obvios que haces que me enoje. - dijo el pelirrojo tomándose la cabeza.

- De acuerdo, te dejaré en paz, me voy. - la madre de Hans se levantó abruptamente y se fue.

- Gracias al cielo.

Respiró.

Necesito botar esta opresión en el pecho que una vez más me está consumiendo, como evitar cada crisis que está volviendo, todo el miedo que se pensó esfumado y que de la nada renació, no sé como superar esto que por años me condena, que no me suelta, que me tiene preso, rehén, este demonio que me tiene entre sus garras y ya me convirtió en su propiedad, un demonio que tomó mi control en su mayoría, que me entierra sus garras para no dejarme ir, que hace permanente este dolor que me asfixia, las noches eternas en donde todo parece nada, llantos incesables, pesadillas no deseadas, ahogos innecesarios, sentimiento de pérdida, pena, rabia e impotencia conmigo mismo, como abandonar todo esto que ya se convirtió en mi, otra persona que nació desde lo más oscuro de mi interior y ya me dominó, la angustia, la pena, la ansiedad y mil cosas más que no me abandonaron ni lo harán jamás, que me condenaron a vivir en este infierno personal, en el cual estaré hasta el último de mis días.

"Cartas de amor para mi asesino" ~Helsa~Donde viven las historias. Descúbrelo ahora