El Supremo Overlord: Ainz Ooal Gown

CAPÍTULO 48

Elvenor Kingdom

Una belleza élfica abrió los ojos porque el sol estaba saliendo y alegraba su habitación. Ella era la gobernante de los altos elfos, la reina Alea Nylaathria. Cuando los Reyes de la avaricia llegaron a las puertas de Elvenor, Alea todavía era una princesa.

Su padre intentó luchar contra los Reyes de la avaricia, pero él y su ejército terminaron siendo aplastados por el poder invencible de los invasores. La mayoría de la familia real fue asesinada por los sirvientes de los Reyes de la avaricia, pero la reina envió a su hija a un lugar seguro donde solo algunos altos elfos lo sabían.

Pero su gobierno no duró mucho, dos de estos reyes lucharon hasta la muerte y destruyeron casi todo el reino. Miles de altos elfos murieron ese día a causa de esa batalla.

Pasaron tres años y los altos elfos aún vivían con miedo. Temían que los Reyes Codiciosos regresaran, pero ninguno de ellos apareció nunca más. Los sirvientes de los altos elfos escucharon las últimas palabras de la reina antes de morir, y ella les dijo la ubicación del último alto elfo real.

La princesa fue encontrada y fue coronada como la Reina de Elvenor. Su reino comenzó a levantarse nuevamente y formó un poderoso ejército que recuperaría los territorios que se perdieron.

Todos los traidores de los altos elfos que trabajaban para los Reyes de la avaricia fueron ejecutados frente a los ciudadanos. A Alea no le gustaba hacer algo así, porque la mayoría de estos "traidores" servían a los Reyes de la Codicia por miedo.

Pero Alea quería mostrar a sus ciudadanos que era una gobernante fuerte que no perdonaría a los traidores de la nación.

"¡Haaah!"

Alea se levantó de su cama y se enfrentó al gran espejo. Ella era una belleza absoluta incluso cuando se despertaba. Largo cabello negro, ojos azules morados y un cuerpo curvilíneo. Como era de esperar, Alea era la mujer más bella de todo el continente, esa era la razón por la cual la Emperatriz Oscura deseaba casarse con ella y unir a las dos naciones como una sola nación.

" Ridículo".

Escuchó un golpe en la puerta.

"Adelante."

La puerta se abrió y una criada entró en la habitación. Tenía el pelo dorado, ojos verdes y vestía ropa blanca clara.

"¡Buenos días, Su Majestad!" dijo la criada con una dulce sonrisa.

"Mañana."

"¿Qué preferirías hoy, majestad?"

"Un baño."

La criada inclinó la cabeza y salió de la habitación para preparar el baño para Alea. La alta reina elfa se miró en el espejo por un momento y pensó en el futuro. ¿Ella siempre estará tan cansada?

Ella había logrado todo, elevó el Reino de los Elfos y el ejército a su gloria, contuvo la invasión imperial y orca cada vez que atacaron sus territorios. Había creado buenas amistades con la República de Et'hem, el Reino de Lorestir, el Reino de Egrond y el Sacro Imperio Celestial que era la única nación humana en el lejano oriente.

Su reino está floreciendo, y los ciudadanos están felices, pero ella se ha olvidado de sí misma ...

Después de un buen baño caliente, Alea terminó la cena y ahora estaba sentada en un trono dorado. A su lado había una mujer con cabello largo y rubio y ojos azules. Llevaba una túnica blanca que dejaba al descubierto demasiada piel. Solo una pequeña parte de su pecho estaba cubierta y usaba largos calcetines blancos.