Código de Amigas [#1]

C17: Inútil.

Existen dos formas para tratar los temas controversiales: la primera se basa en la neutralidad; ser una persona razonable, cuerda y mantenerse al margen de los problemas, de todo lo que pueda involucrar atención buena o mala desde toda parte del mundo, luego está la segunda, en la que, claramente, se define como exactamente lo contrario a la primera; es cuando te importa poco cómo pueda verte el mundo o qué tanto te puedan juzgar si es que decides hablar sobre aquello desde tu perspectiva, usando tu visión, tus sentidos y todo tu criterio.

Ambas te llevan a lo mismo, lo único que las diferencia es el hecho de que, usando la primera, puedes salvarte un poco de la repercusión que tendrá dicho tema de controversia. Porque, si decides ser neutral, alejarte de la opinión, pensando que la situación es de poca importancia para tener tu atención o por la simple razón de que tus enormes ganas de no tener contratiempos nubla tus acciones, tarde o temprano deberás caer en aquel contratiempo, porque se quiera o no, un tema controversial puede terminar en un enorme desorden global si no se atiende con revisión temprana.

¿Qué sucede si somos unos idiotas sin opinión, ni criterio? Además de que nos volvemos aburridos por el hecho de tenerle tanto miedo a que nuestra voz sea rechazada y cuestionada, también tomamos un puesto en los partícipes de nuestros futuros problemas.

El tema que no te importó ayer, en menos de lo que esperas puede volverse en tu enorme conflicto mañana, así es como la vida funciona; existe una dificulta mínima y sin interés, que luego, con el tiempo y la falta de revisión se vuelve algo más grave, ahí aparecen los tumores, tan chicos que cuando comienzan a notarlo lo más que pueden decir es «hay que tratarlo para prevenir algo peor», pero eso nunca sucede, porque, como otra de las tantas mañas estúpidas y tóxicas de los seres humanos, tendemos a pensar que si algo es mínimo y lejano jamás podrá llegar a afectarnos, cuando la verdad es que el mundo no es tan pequeño como creemos y los caminos de este siempre puede llevarnos hasta un mismo punto.

Cuando el tumor crece e invade todo el cuerpo es que realmente nos detenemos para apreciar y aceptar que existe el problema.

Somos realmente tontos, y me incluyo, porque yo soy el primer ejemplo de ineptitud e irresponsabilidad en este preciso momento, dejando todo para después creyendo que nada podrá alcanzar y seré capaz de huir durante toda mi vida de mis problemas.

Ahora sé que no puedes huir de lo que no te gusta, tarde o temprano tus piernas se cansan, o aquello de lo que te escondes aprende a correr mucho más rápido que tú.

El punto es que, cuando pienso en lo que quiero ser, no alcanzo a verme compartiendo sobre temas simples y vacíos, y, no es que quiera criticar aquellos que hablan sobre lo básico, pero simplemente nunca quise, ni quiero, pertenecer a ese grupo de personas que hablan solo lo que deben y no lo que desean o consideran correcto. Yo quiero profundidad, espero más de mí que solo páginas cortas sobre cosas que a nadie le importan pero que aun así las escuchan para tener algo a lo que aferrarse fuera del caos de sus vidas; yo quiero ser aquella que cree más caos, hasta obligarlos a sí mismo a encontrar una salida. Quiero mostrarle al mundo temas controversiales, tantas veces, que se les sea imposible tener una opinión neutra, a tal grado que ni, aunque quieran, puedan desligarse de lo que rodea al mundo entero.

Mi meta será hacer que dejemos de creer que somos inútiles, cuando en realidad, nos convertimos en ello justo luego de pensar que nuestra opinión y decisión no pueden cambiarlo todo, y cuan equivocados estamos.

—Saldrán a las cuatro en punto y no vendrá nadie el fin de semana, el lugar estará cerrado para algunas reparaciones que dejó la tormenta del miércoles —la rubia chasquea la lengua, pasando sus ojos por una página frente a ella—. Los que tenían que estar este fin de semana, deberán hacer doble turno durante dos días, entendemos que no es su culpa, pero no hay que reponer el tiempo perdido.