Capítulo Dieciseis

9.8K 870 140
                                    

El miércoles me desperté más temprano. Me di una ducha, lavé la ropa que había estado usando durante esos días y me puse nuevamente un jean y un sweater rojo oscuro. 

Gasté más tiempo del necesario frente al espejo del baño, peinando mi corto cabello blanquecino y noté que mi rostro estaba perdiendo mucho de su tono rosado.
Me quité las vendas de la mano y me miré la palma. Era extraño. Los cortes habían sido profundos, pero mi piel solo estaba levemente sonrosada en esos puntos, ninguna herida cicatrizando, ningún tipo de dolor...

¿Seguiría surtiendo efecto la sangre que Cedric me había dado cuando me había clavado el cuchillo en el estómago?

Era imposible, a esas alturas debía haber sido expulsada del todo.
Me encogí de hombros tal vez simplemente no habían sido tan profundos como recordaba.

Bajé las escaleras y Peter me entregó un plato rebosante. Tenía carne roja, espárragos y dos huevos duros.

– Come, te ves muy mal– me dijo con una sonrisa – te hace falta proteína o un poco de sol...–

– Creo que sí– respondí con una mueca, mientras comenzaba a atacar el plato con hambre.

Charlamos un rato, lo ayudé a lavar los platos e incluso intenté sacarle alguna risa, pero era difícil, aquel hombre era tosco y guardaba mucho enojo en su interior, podías darte cuenta con solo intercambiar algunas palabras con él.

No lo culpaba, después de todo era un esclavo al servicio de las criaturas que más detestaba.

A medida que el cielo se fue oscureciendo, comencé a oír ruidos de la planta superior. Antes de que aparecieran, eché un rápido vistazo al papel que Daniel me había entregado, en donde estaban anotados los lugares a los que debía enviar a los vampiros, elegí uno y volví a guardar el papel.

– ¿Qué tienes ahí? – oí la voz de Godric, espesa y críptica, entrando a la cocina.

Me volví para mirarlo, sobresaltada. Estaba señalando el bolsillo de mi jean.

– No es nada– dije con una mueca intentando conseguir tiempo– Peter me dio su receta de pavo– mentí.

– ¿Eso es cierto Peter? – le preguntó Godric.

– No– negó el hombre, muy tranquilo.

Maldita hipnosis, gracias por resistirte tanto Peter.

– Volveré a preguntar– dijo Godric con una sonrisa irritante en los labios– ¿Qué tienes ahí? –

Mantuve los labios apretados. No sabía que rayos responderle y su mirada seguía clavada en mi bolsillo.

Sin más se acercó a mí y tomó el papel. Estiré el brazo para tomar el papel y tiré. Él tiró también, yo apliqué más fuerza. Nuestras miradas se encontrar un instante, como lanzándose rayos invisibles y finalmente él me quitó la hoja de entre las manos.

La abrió y su mirada color café, tan lúgubre, recorrió la hoja unos segundos.

– ¿Qué son estos lugares? – me preguntó frunciendo el ceño y mirándome con confusión.

– Lugares que me gustan– mentí descaradamente, como si él fuese idiota.

En ese momento Destiny entró a la cocina y observó cómo ambos nos estudiábamos con la mirada.

Estaba perfecta, como siempre. Tan arreglada con su vestido de volados y sus medias de encaje, aquel cabello oscuro y perfectamente peinado. Parecía una muñeca de porcelana, pero una endemoniada como "Anabelle".

Luna de SangreDonde viven las historias. Descúbrelo ahora