Despertar.

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Narra West.

Sentí como iba recuperando la consciencia, una consciencia que hasta ahora, no era consciente de haber perdido. Me sentía mal, increíblemente mal, por más que lo intentaba no podía abrir mis ojos. Escuchaba murmullos, pero se sentían lejanos.

Sentí como alguien se sentaba a mi lado y como para tratar de descubrir su identidad inspiré su aroma, el aroma de Khalessy inundó mis pulmones y una punzada de felicidad me atravesó.

De pronto lo recordé todo, Dracko, el secuestro, aquel almacen derrumbándose y después... oscuridad. Sentí preocupación, e inmediatamente alivio, supuse que estaba sentada a mi lado ella estaría bien, o al menos, en mejor estado que yo. Luché por abrir los ojos, por moverme tal vez, pero fue en vano.

Sentí la piel tibia de Khalessy sobre mi mano y una corriente eléctrica me recorrió la espina dorsal. Sonreí internamente mientras ella comenzó a hablar. Me explicaba que se sentía mejor, que mis lesiones ya estaban sanando y las suyas mejoraban con el paso de los días, eso me hizo feliz.

-West, despierta por favor.- su voz salió temblorosa, estaba al borde de las lágrimas y eso me dolió y reconfortó a partes iguales.- te necesito...- susurró. Y entonces mis fuerzas, esas que creí haber perdido, regresaron. Todo por ella.

Cuando sentí que se disponía a levantarse, haciendo uso de toda la fuerza que me quedaba apreté su mano, fue casi un roce, era obvio que mi estado era grave, pero ella lo sintió, y eso fue suficiente.

Abrí ligeramente mis ojos y cuando posó los suyos sobre mi no pude evitar esbozar una débil sonrisa. Sus ojos se abrieron por la sorpresa y casi sin poder evitarlo saltó sobre mi, dándome un cálido abrazo que me llenó el corazón, pero también lastimó mis lesiones sin intención.

-Vaya... yo también me alegro de verte.- mi voz salió temblorosa debido al cansancio.- odio tener que decir esto, pero... en verdad me estás lastimando.- ella me soltó casi como si hubiera recibido un choque eléctrico y una suave risa escapó de mi garganta.

-Dios... estaba tan preocupada ¿cómo te sientes?- sus ojos estaban clavados en los míos, mientras jugueteaba con sus manos, nerviosa. Se veía increíblemente tierna.

-Cómo si me hubiese atropellado un camión.- traté de bromear y para no preocuparla traté de incorporarme, hize una mueca de dolor.- ¿cuánto tiempo llevo aquí?- pregunté sobandome la cabeza.

-Una semana. En verdad creía que no ibas a despertar.- su voz se rompió al pronunciar esa frase. Acaricié su mejilla con ternura.

-Khalessy... tengo que decirte algo, en realidad iba a callarme, pero... creo que tú te sientes igual y jamás me perdonaría no haberlo intentado.- me miró con confusión, presioné mi mano sobre la suya.- Pequeña, necesito decirte que te...- varios golpes en la puerta me interrumpieron, nuestros ojos se dirigieron a la puerta cuándo esta fue abierta.

Era... aquella chica, si... ya sabéis, la de la fiesta. Y no, aún no recuerdo su nombre y, debo decir que dudo que lo haga. Un escalofrío me recorrió cuando la rubia posó su mirada de preocupación sobre mi, caminó con rapidez en mi dirección y en ese momento lo supe, todo se iba a arruinar.

Ella paró frente a nosotros, se cruzó de brazos y nos miró con desagrado al notar que estábamos tomados de la mano. En ese instante estaba furioso ¿qué hacía ella aquí? Nada podía salir bien, sabía que Khalessy iba a odiarme cuando supiera todo y... no sin motivos.

Te tocará llorar.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora