Nunca te olvide /Popee&tu/ [tercera temporada]

Investigando

Hoy era el día, finalmente averiguaría que era lo que hacía Popee por las tardes y noches. Con forme paso el tiempo pude encontrar un patrón en sus salidas y llegadas tarde a casa, y hoy era uno de esos dias.

Me quede mas tiempo en la universidad, escondida cerca del aula donde se encontraba aquel rubio esa tarde y me quede a esperar su hora de salida. Al cabo de un rato comenzaron a salir todos los correspondientes de aquel salón.

Lo vi despedirse de algunos de sus compañeros y tomar su propio camino. Tratando de que no me notara tome una cierta distancia.

Tomo rumbo de una de aquellas colonias no muy transitadas, que de echo no parecía tener buena pinta. Entro en lo que parecía ser un bar. Ahi por medio de una ventana pude ver como saludaba a unas personas y conversaba con ellas.

No duro mas de cinco minutos en aquel sitio, cuando salio del bar subió a una camioneta con aquellas personas y tomaron un rumbo indefinido. Intente seguirles, sin embargo no lo conseguí.

Regrese al departamento desanimada pues no había logrado averiguar nada, por el contrario, ahora poseía mas dudas que antes, ¿quiénes eran aquellas personas? y ¿a donde se dirigían?. Al cabo de unas horas finalmente llego Popee al departamento, con un semblante animado.

- te vez feliz -mencione desde el sillón al verlo entrar dichoso

Popee: hoy conseguí esto -me mostro lo que parecía ser un látigo muy peculiar

- vaya, se ve muy filoso

Popee: ¡ja!, uno mas para la colección -mencionaba entusiasmado

- ¿es un artilugio de tortura? -pregunte casi que afirme al pensar para que se necesitaría un látigo así

Popee: ya lo pondré a prueba luego -sonrió maniaco

- ¿en qué usas esas cosas? -cuestione curiosa

Popee: en algo divertido

Menciono para retirarse y entrar a aquel sitio donde tenía su arsenal de armas. Siempre tuve curiosidad por saber si aquellos artefactos solo eran de colección o de verdad los usaba.

No me iba a dar por vencida. Averiguaría a donde va tarde o temprano.

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Unos días despues volvi a intentarlo. Esta vez salí de noche, un poco despues de que el se fuera. Le seguí a paso veloz o lo perdería de vista, por suerte fue a pie, por lo que me fue mas fácil seguirle.

Llego hasta lo que parecía ser una bodega en donde saludo a una persona que le dejo entrar. No había ventanas, ni mas puertas, había una única entrada y la persona que estaba afuera inspeccionaba a las personas antes de ingresar al sitió. No sabía como entrar, y en ese momento sentí una mano que se posaba en mi hombro izquierdo, provocando que me sobresaltara y volteara rápidamente alejando aquel brazo que me sujetaba.