8. La trampa

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Vigilante, tras su roce con Los Halcones, decidió considerar terminada la noche y retornar a Silent Side

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Vigilante, tras su roce con Los Halcones, decidió considerar terminada la noche y retornar a Silent Side. Tenía el pendrive con toda la información interna de la empresa y no pudo evitar pensar cuánto jugo podría sacarle, después de todo, no sólo Rampage parecía tener conexión con ellos, sino que sus servicios habían sido contratados varias veces por empresarios que él sabía que estaban sucios. Sin embargo era consciente de que la tarea más urgente era detener al asesino que andaba suelto por las calles de Krimson Hill.

Contento con su trabajo él se adentró en su base, dispuesto a desvelarse revisando cualquier pista posible que pudiera unir a Hawk Security con Rampage, pero de inmediato fue detenido Rebecca, quien lo estaba esperando allí abajo de brazos cruzados.

Vincent intentó convencerla de que se encontraba en perfectas condiciones para pasar la noche en vela, pero bastó una de las miradas asesinas de su compañera para que él desistiera de sus mentiras. Ella sabía muy bien que Vincent era un verdadero idiota y que no dudaría en seguir destruyéndose poco a poco si eso significaba terminar con la misión. Ese era uno de los aspectos de Vigilante que más la sedujo para unirse a su lucha, él era totalmente desinteresado en sus actos y ella creía que gente así faltaba en el mundo, de forma que siempre que podía se tomaba una noche y lo revelaba de sus trabajos más tediosos, como la revisión de archivos y la búsqueda de pistas, él podía encargarse de usar spandex y patear traseros.

Sabiendo que no iba a poder convencerla de quedarse despierto y que en caso de insistir ella no dudaría en dispararle con dardos tranquilizantes, Vincent fue a dormir a la improvisada cama que tenía en el fondo de la base, mientras ella tomaba posición frente a los múltiples monitores del ordenador y se preparaba para una larga noche de trabajo.

Lo cierto era que Rebecca estaba absolutamente en lo cierto. El estrés de los últimos días, sumado a la intensa pelea contra Los Halcones, había drenado totalmente la energía del joven héroe, de forma que ni bien puso su cabeza en la almohada cayó víctima de un profundo sueño.

Fue recién cuando la alarma de su teléfono sonó para anunciarle que ya era casi hora de ir a trabajar que él abrió los ojos. Había sido su mejor noche de sueño en mucho tiempo y se hizo una nota mental de agradecer a su compañera por ello.

Sabiendo que todavía debía bañarse y cambiarse, Vincent saltó de la cama y se dirigió a la ducha de la base y al cabo de unos quince minutos ya estuvo listo para salir. Sin embargo, al pasar por enfrente de la computadora, notó que Rebecca le había dejado una nota pegada a uno de los monitores. La misma solamente decía: "De nada".

Vincent sonrió y movió el mouse, activando el monitor, y encontrando así el archivo que Rebecca le había dejado abierto para que vea. El mismo era una simple entrada en la agenda de la empresa, pero, a diferencia de otras, era particularmente vaga. En ella sólo podía leerse:

"Viernes 0300hrs.

Entrega.

Krimson Hill: Ciudad de la FuriaWhere stories live. Discover now