Ebriedad

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Tal y como Kageyama dijo, por la noche se fue a beber y a comer junto a un grupo de amigos y compañeros de universidad. Por lo general el muchacho rechazaba ese tipo de invitaciones por el simple hecho de que no era de ese tipo de chicos, era mas reservado y tímido, simple y al que no le gustaba el alborto, pero esta vez accedió ya que sus amigos se lo habían estado pidiendo hacia ya mucho tiempo. Otra de las razones por la cual no iba era porque su resistencia al alcohol era demasiado baja y siempre terminaba poniéndose ebrio antes que todos los demás, trataría de ser cuidadoso esta vez.

Llegaron todos juntos al bar y pasaron a sentarse a una gran mesa, y pronto comenzaron a pedir jarras de cerveza junto a unas cuantas cosas para picar, Kageyama había tenido la gran maravillosa idea de comer algo antes de ir a beber, pues le habían comentado que si bebía con el estomago vacío, el alcohol se le subiría rápidamente a la cabeza y eso era lo que menos quería, o al menos es lo que intentó en un principio, porque de un momento a otro ya había comenzado a pedir más y más, hasta que sus compañeros decidieron no darle nada mas de beber.

- ¿Por qué? Si solo quiero beber un poco más - estaba mostrando un lado completamente distinto de su personalidad, estaba risueño y pegote, riéndose de todo lo que decían, en verdad no era el Tobio que todos conocían, claramente todo aquello le daría mucha vergüenza al día siguiente y le pediría disculpas a todos los que habían estado presentes.

- Ya has bebido demasiado por hoy - dijo uno de los muchachos

- Alguien debería llevar a Tobio a su casa - Mencionó alguien más.

- ¡No! -Exclamó de pronto el peliazabache alzando su mano - ¡yo ya tengo a alguien que vendrá por mi!

Todos le quedaron mirando con diversión, algunos se rieron un poco.

- ¿A sí? ¿Es tu novio acaso?

- ¡Claro que no! Se llama Oikawa y trabaja para mi familia - contestó Tobio para luego sacar su teléfono y llamar al castaño, quien no tardó en contestar la llamada.

- ¿Kageyama-kun?

- ¿Verdad que tu vas a venir a buscarme? - Aquella pregunta le causó algo de confusión al castaño hasta que se dio cuenta de que su amo estaba algo pasado de vasos.

- Oh, por supuesto que si, ¿Ya quiere que vaya por usted?

- ¡Aun no! Solo llamaba para que me creyeran que tu venías a buscarme. Adiós - Dicho aquello el ojiazul finalizó la llamada mientras todos los presentes se carcajeaban, ellos conocían la situación del chico, de que provenía de una familia adinerada y simplemente se imaginaban que su mayordomo era alguien viejo o de más edad.

Por otro lado, Tooru había quedado preocupado con aquella conversación y no lo dudó ni dos veces para ir a buscar al chico, se lo iba a traer aunque este hiciera un berrinche, prefería eso a exponerlo a otros peligros. No tardó en aparecerse en el bar, entrando a este y buscando la mesa en la cuál estaba Kageyama. Al divisarlo, se acercó a la mesa.

- Kageyama-kun - todos se voltearon a ver al joven guapo que llamaba al chico de ojos azules, quedando impresionados.

- Oikawa-san, te dije que no vinieras aún - le reprochó de manera infantil. Tooru le miró con seriedad y estrechó su mano hacia a él, para hacerle entender que debía ir con él.

- Ya bebiste demasiado y de seguro también te divertiste mucho. Volvamos a casa - sin más que decir, Tobio obedeció a las palabras del mayor, ¿La razón? Ni siquiera él sabía porqué, pero entendió que había venido por preocupación.

Tobio dejó dinero sobre la mesa y animadamente se despidió de sus compañeros, para luego salir de aquel lugar con la ayuda de Oikawa. El castaño nunca pensó que vería a su inocnet Tobio en ese estado, sin duda era algo digno de ver.

- Ah, apestas a cerveza - le molestó el mayor mientras le sostenía fuertemente por la cintura, por otro lado el brazo de Kageyama yacía por sobre los hombros del mas alto.

- Uhm, no será porque estuve bebiendo cerveza, ¿No es obvio? - Dijo con inocencia el chico, sin entender la burla que el contrario había hecho.

- Obviamente si - sonreía divertido y en menos de lo que esperaban llegaron al auto que le habían designado a Oikawa

Con cuidado acomodó a Kageyama en el asiento del copiloto, colocándole el cinturon de seguridad para luego sentarse en el asiento del piloto y emprender rumbo a casa. Le impresionó mucho saber que Kageyama tenía muy baja tolerancia al alcohol, se notó mucho, porque sus compañeros estaban disfrutando muy bien todo, Kageyama ya se había sobrepasado y solo estaba haciendo show, había llegado en el momento preciso antes de que causara más alboroto.

El trayecto a casa no era mucho, pero fue el tiempo suficiente para que el menor se quedase profundamente dormido. Oikawa no lo notó hasta que se estacionó, le observó con dulzura, pensando en que se veía realmente adorable durmiendo, luego tan solo le cargó entre sus brazos para llevarle a su habitación. Una vez ahí le quitó los zapatos y le arropó en la cama, volviendo a contemplar su pacifica manera de dormir, se veía calmado, tranquilo y sereno. No podía dejar de verlo y sonreír. Pronto sintió un nudo en su garganta y sus ojos se llenaron de lágrimas sin que la sonrisa en su rostro se borrase.

- En verdad te prometo cuidarte mucho esta vez - susurró luego de que una lágrima se deslizara por su mejilla - agradezco estés aquí, agradezco que nada malo te haya pasado aquel día, que me hayas olvidado es solo una pequeñes.

Limpió sus ojos con las mangas de su camisa y luego se inclinó hacia el rostro ajeno, dejando un pequeño beso en la frente de Kageyama.

- Descansa, Tobio - dicho aquello se retiró de la habitación, dirigiéndose luego a la suya, necesitaba de un buen sueño en esos momentos.

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⏰ Last updated: Jun 13, 2020 ⏰

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