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Capítulo Ocho:
Almas Gemelas«────── « ⋅ʚ♡ɞ⋅ » ──────»
Sentía que solo éramos Carlisle y yo en la sala, como si en ese preciso momento el mundo entero hubiera desaparecido y solo existiéramos los dos. Sus ojos se fijaban en los míos con una intensidad llena de amor, alegría y admiración, como si pudiera ver directamente en mi alma. La calidez de su sonrisa transformaba el peor día de mi vida en el mejor del mundo, irradiando una paz y felicidad que me envolvía por completo.
Perdida en su mirada, no me di cuenta de cuánto tiempo había pasado. Cada segundo junto a él se sentía eterno, como si el reloj hubiera dejado de avanzar y todo lo demás se hubiera desvanecido. Su presencia era tan absorbente que nada más parecía importar. Solo cuando, finalmente, aparté la mirada de él, noté que la sala se había vaciado por completo. Los demás se habían ido sin que yo me percatara, dejándonos en una burbuja de intimidad que parecía hecha solo para nosotros.
—Cuando me fui, Bella quedó en la playa con algunos chicos de la reserva y no me sorprendería si Jacob le cuenta alguna historia de la tribu —dije, cambiando de tema.
—Ella lo descubrirá pronto —murmuró Carlisle, a lo que yo asentí.
—¿Puedo hacerte una pregunta? —dije, un poco nerviosa, jugando con mis manos.
—Adelante.
—¿Soy tu compañera? —pregunté sin titubeos, aunque por dentro sentía que me moría de los nervios.
—Sí, eres mi compañera —respondió él tranquilamente.
—¿Por qué no me lo dijiste antes? —dije, un poco dolida—. Yo... no soy lo que esperabas.
—¿Qué? —preguntó él, sorprendido por mis palabras—. Llevé esperándote durante años —se acercó y se arrodilló frente a mí, acariciando mi mejilla—. Eres hermosa, simpática, y mi familia te ama... incluso Rose. No te lo dije porque no quiero que te sientas presionada por estar conmigo. Además, para Forks soy mucho mayor que tú.
—Carlisle, la edad solo es un número para mí —respondí divertida, causando una pequeña sonrisa en él—. Y te agradezco que no me presiones —dije, colocando mi mano sobre la suya.
—Algunos vampiros suelen ser posesivos cuando encuentran a sus compañeros —explicó Carlisle.
—¿Y tú no lo eres? —pregunté divertida.
—No del todo, pero lo seré aún más cuando me aceptes —respondió, mirándome a los ojos.
—Supongo que podré con eso —dije, poniéndome de pie para caminar hacia la cocina.
—¿Me estás aceptando? —preguntó Carlisle, sorprendido—. ¿Qué dirán tus padres y tu hermano?
—Lo comprenderán, ellos solo quieren mi felicidad —expliqué, mientras sacaba una jarra de jugo de la nevera y me servía en un vaso.
—¿Sabes que puedo esperar hasta que estés preparada? —comentó, y yo lo miré con el ceño fruncido.
—¿Por qué lo haría, cuando puedo pasar ese tiempo a tu lado? —Me sorprendió verlo al frente mío, con una amplia sonrisa, envolviéndome en un abrazo que me hizo colocar el vaso en la barra.
—No tienes idea de cuánto te esperé —dijo, aspirando mi aroma.
—Ahora tendré que llamarte "mamá" —comentó Emmett desde el umbral de la entrada.

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Bad Vibes - Carlisle Cullen EDITANDO
RomanceCharlotte Gilmore Swan, una joven de 17 años que había vivido toda su vida en Londres, pronto se verá envuelta en el mundo de lo sobrenatural, donde los vampiros y hombres lobo coexisten en un pequeño pueblo donde casualmente Charlotte vivió sus pri...