cisne negro

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hoy escuchaste cierta canción.

estabas sentada en el escritorio frente a tu ventana realmente pensando en nada, aunque preguntándote sobre muchas cosas. 

hacía mucho que habías dejado tu hogar con tus familiares para vivir tu vida junto a hoseok. era diferente, abrumador y aterrador, pero te refugiabas en la música y las letras que escribías y leías. 

¿realmente valió la pena?

tenías un hermano y una madre que te creían egoísta, una familia extensa lejos de tu alcance y un padre que pretendía ser padre por teléfono, entonces, ¿realmente era eso una familia?

¿realmente podías confiar en alguien?

diste un suspiro cansino en muestra de agotamiento emocional, estabas agobiada. ya no podías más. 

en ese momento, pensando en toda la situación, caíste en cuenta de lo diferente que eras, o al menos, lo diferente que te habías convertido desde la última vez que recordaste haber sido feliz, jugando con muñecas y corriendo cuando la vida les prometía un futuro bastante normal; una familia de cuatro viviendo en los suburbios, una escuela normal, una infancia ideal y sin muchos ajetreos. 

vaya que te habías equivocado.

hasta cierto punto, creíste que que la vida era simple. vives, estudias, te enamoras y haces tu propia vida bajo tus reglas, trabajas, consigues dinero y disfrutabas del tiempo libre con tus pasiones y personas que comparten tus afinidades. no era mucho con lo que lidiar hasta que conociste la necesidad.

la necesidad de cariño. necesidad de ese algo que sentías que faltaba en tu corazón, y era tan difícil de no sólo descifrar, sino conseguir. aunque al final, ¿que era realmente la necesidad?

la habías conocido en persona y era tan normal cargar con ella que ya parecía que la vida era una constante necesidad. siempre habría alguien buscando saciar su necesidad.

y tu, estabas necesitada de la desconocida felicidad, efímera y triste felicidad. la que se te pasaría una vez volvieras a la cama por las noches. tu vida era un inevitable limbo desdichado de desgracias y soledad, en ese tipo de limbo vivías. 

ya no era sobre ti, nunca lo había sido. porque verdaderamente no eras la única que se sentia asi. todos se sentían miserables, lo suficiente como para darte cuenta, pero no lo suficiente como para ocupar tu mente en ello. no estabas bien, y no creias estarlo en un buen tiempo.

pero era normal, muy normal. y era tan normal que te preocupaba.

y así, te convertiste en un auténtico cisne negro.

no es fácil aceptar al inicio, pero no habian razones suficientes por las cuales te pudieses sentir feliz, ni siquiera el amor, no sabías que era y mucho menos como hacerlo. ¿cual era tu problema?

hoseok llegó a tus espaldas y te estrechó contra él, pasando sus tersos dedos bajo las bolsas de tus ojos limpiando las lágrimas que apenas habías sentido ahí.

— tranquila... no hay nada de malo contigo. 

soltaste un sollozo ahogado más intenso y cortaste tu respiración sintiendo que el corazón se te haría trizas justo ahí, era doloroso, desastroso, sin sentido, como tu persona y tu vida. 

¿era tu culpa? probablemente lo era.

aunque jamás habías pedido nacer, tal vez siempre fue tu culpa vivir así. 

beso de nocheOnde histórias criam vida. Descubra agora