3//Primer día

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Hoy era un gran día, pues especialmente hoy era el primer día de escuela para Popee y el primer día de trabajo para Kedamono, eran las siete de la mañana y el de menor edad se encontraba bañándose para bajar a desayunar mientras que Kedamono se encontraba preparandóle el desayuno, le tocaban panqueques y un vaso de jugo de naranja
~¡ya está listo el desayuno!~ gritó el lobo mientras él también se iba a prepararse pues ya se había bañado más temprano, se vistió con un suéter color morado y un pantalón decente, no iba a andar por ahí con el pecho descubierto y en pantalones cortos, era muy exótico ese tipo de vestir en la ciudad (si quieres que sea lobo, sigue con su ropa habitual).
El menor se sentó a desayunar mientras el mayor se cambiaba y se amarraba su cabello en una coleta algo despeinada pero con estilo
~ire a recogerte cuando salgas de la secundaria~ dijó nervioso como si se tratará de una novia hablando de su cita, el de coletas solo asintió, olvide describir que el rubio llevaba una chamarra muy parecida a su traje de conejo, y su uniforme escolar encima de este, ya no llevaba su gorro dejando ver sus dos coletas...

Terminó su desayuno, cogió su bolso y se fue dando un portazo, el mayor suspiró, desayuno lo más rápido posible y se fue a su trabajo.
Caminaba por el centro de la ciudad, aún no amanecía, llegando a una esquina dobló hacia la derecha y llegó... frente a él se alsaba un local, era una cafetería muy conocida por los lares cercanos, al entrar sonó la campanita de entrada, los ventanales con marcos negros eran hermosos, adentro abundaba el olor del café tostado y de fondo se escuchaba música jazz, en el mostrador había un chico más joven que el lobo, de cabello color rosa y rapado de un lado, con aretes y con una playera color negro que era cubierta por un delantal que tenía el logo del café
~todavia no abrimos, esperé unos momentos más afuera, por favor~ dijo sin voltear a ver a Keda pues estaba muy concentrado viendo su celular
~oh, no, yo vengo por el puesto de empleado~ dijó el orejudo con una sonrisa nerviosa, primero el chico lo vió de soslayo y se volteó sorprendido al verlo
~¡woah!, eres el nuevo~ dijó con una sonrisa, salió disparado hacia una habitación para después volver con un delantal igual al suyo
~¡ten!~ le dijó, una vez que el morado cogió el delantal, el chico lo arrastró adentro del mostrador
~¡muy bien! tu trabajo va a ser atender a los clientes~ dijó sin soltarlo, lo llevó con los demás trabajadores y se los presento uno por uno, la verdad es que ninguno de ellos importaba, excepto el chico de pelo rosa y una chica que seguramente era la que estaba a cargo, el chico se llamaba Aarón y la chica María, ambos se habían portado bastante bien, se prepararon para abrir el café y cuando lo hicieron Keda comenzó a atender a los clientes, todo iba bien, el lobo iba muy apurado de aquí para allá con cafés en mano para después servirlos y volver al principio, los gerentes tenían que ser rápidos, no por nada era uno de los mejores cafés de la ciudad.
Kedamono estaba muy ocupado en su trabajo que no se dió cuenta que llegó un nuevo cliente, tampoco se dió cuenta de que las chicas empleadas se cuchicheaban hablando de él y otras cuantas suspiraban, en conclusión, todas querían acercarsele pero ninguna tenía el valor. María hacía también sus cosas de encargada y cuando se dió cuenta de lo que estaba pasando llamó al lobito
~¿acaso me llamó?~ preguntó gentilmente el morado a lo cual la chica lo observó unos segundos con una expresión divertida para después indicarle que debía atender a ese cliente ya que ninguna muchacha quería ir, aunque también ella se lo encargo por mera diversión, llamó a Aarón y juntos vieron divertidos como el mayor se acercaba tímidamente hacia el cliente
~buenos días, señor, ¿desea ordenar?~ el cliente levantó la vista del menú y ahí ambos se dieron cuenta de que ya se conocían, a él cliente de pelo azul le brillaron los ojos para después decir alegrado
~¡tú eres el chico/lobo de la tienda!~ Keda estaba igual
~si~ pero estaba en su trabajo y no podía hacer un circo, se carraspeó la garganta, le sonrió amablemente y tomó su orden, las chicas estaban que se morían de la envidia mientras que el maestro le pidió amablemente que si un día podrían salir a tomar un café juntos y se fue del lugar, María se acercó al lobo
~¿A qué horas planeas borrar esa boba sonrisa de tu cara?~ era cierto, en su rostro se había formado una torpe sonrisa, en fin, regresaron a trabajar y a la salida unas cuantas chicas le pedían ir un día a comprarse ropa todas con el lobo ya que, bueno... es un lobo.
Kedamono llegó a la secundaria de Popee justo cuando la campana sonó, había corrido todo el camino para apresurarse,en fin, se quedó sentado en una banca a recuperar el aire mientras los adolescentes salían del edificio, algunos correteandose, otros besandose, en fin, tardó un poco pero al fin, Popee salió, acompañado de la vecina, si, esa chica coqueta de la otra vez, esto molesto un poco al lobo pero no dijó nada, solo los saludo y cuando se iban a ir, la chica, de nombre Katy si no recuerdan, dijó que había olvidado algo, se dió la vuelta y se acercó a un maestro, era Bruno el mismo qué acaba de ver en el café en la mañana, hablaron algo y luego ella se despidió del dúo de Keda y Popee, dijó que tenía que quedarse a ordenar algo, Bruno vió al lobo y lo saludo para después acercarseles a entablar una conversación
~hola Keda~ dijó con algo de nervios, a lo que el lobo sonrió amablemente y se acercó
~asi que... eres maestro aquí~ dijó con esa dulce voz que tenía
~o sí, enseño matemáticas~ respondió el mayor
~¿ustedes dos se conocen?~ preguntó el conejo con cierta molestia en su voz no sé, quizás fueran celos o parte de su personalidad...
~o sí Popee~ dijó el lobo nervioso, el conejo vió de reojo al maestro para después saludar
~hola profesor~ el mayor lo vió y le dedicó una cortés sonrisa
~hola alumno~ Popee lo miró unos segundos y de repente, sin importarle el hecho de que su profesor de matemáticas lo estaba viendo, el rubio tomó bruscamente del brazo a Keda y molesto le susurró
~yo ya me voy a casa así que puedes quedarte a fajar si quieres~ lo soltó bruscamente, ni siquiera se despidió y se fue caminando dejando atrás a su amigo
~¡Po-Popee!¡espera!~ estaba a punto de correr para alcanzar a su amigo pero el maestro lo detuvo con un brazo
~creo que es mejor que se valla~ dijó calmado a lo que el lobo lo meditó para después simplemente asentir vencido, para olvidar lo ocurrido mejor comenzaron a caminar por los parques y esas cosas
~veo que Popee no es muy bueno socializando~ dijó el azul rascándose la nuca
~perdonelo, es que no está acostumbrado a estar con personas y mucho menos con gente de su edad~ el mayor lo volteó a ver sorprendido
~¿A qué te refieres?~
~es que nosotros no vivíamos en la sociedad~ el profesor tenía toda su atención centrada en Kedamono
~entonces...¿dónde vivían?¿en el desierto?~ preguntó a modo de broma, el lobo se quedó mudo a lo que el maestro se quedó en serio
~¿estás bromeando... verdad?~ a lo que Keda negó nervioso
~entonces me estás diciendo que me crea eso de que ustedes dos sobrevivieron en el desierto que está tan lejos... eso no es posible~
~es que no solo éramos nosotros dos...~ fue interrumpido por el azul el cuál le indicó que se sentarán en una banca
~entonces quiero que me cuentes todos los detalles~ a lo que Keda se sonrojó un poco por la atención del maestro el cuál estaba tomando fuertemente de su mano, no tanto cómo para lastimarlo pero lo suficiente cómo para retenerlo, así es como se pasaron la tarde, con Kedamono contándole como era su vida en el circo, con Papi, la rana, el alien, Paula, etc. Cuando por fin terminó ya era el atardecer y Bruno insistió en acompañarlo, caminaron hacia la casa de Popee y Keda, en el camino el mayor le dijó como preparar pollo con arroz al vapor para cenar y una vez afuera de la calle que está para llegar a su casa, ambos se despidieron.
Keda había estado tan maravillado con la presencia de su nuevo amigo que por momentos se le había olvidado que Popee estaba enojado, estaba jodido, tardó unos minutos en entrar pues, tenía ganas de salir corriendo de ahí y quedarse a dormir en una banca del parque, pero bueno, tenía que entrar ya que si no lo hacía iba a ser peor, puso la llave y abrió la puerta, adentro estaba un rubio ocultando su rostro dentro de un libro
~¿por qué mierda tardaste tanto?~ preguntó molesto
~es-es que se me hizo tarde, no me dí cuenta del tiempo que pasó...~ fue interrumpido por un cuchillo que rozó su cuello provocando que un hilo de sangre saliera a flote, comenzó a temblar y ahí fue cuando se fijó que Popee alzó la vista, estaba lleno de ira, su expresión sólo le decía que si tenía suerte saldría con unos cortes y moretones, el de menor edad lo vió unos momentos más y se le acercó con aires de superioridad
~que no vuelva pasar~ Keda sólo atinó a asentir con la cabeza.
Cenaron y se fueron a dormir, en silencio, nadie habló sobre nada, "Dios, esto da miedo" pensó Keda, afortunadamente cuando se acostó y abrazó su almohada de pollo todo pareció un poquito mejor y... cayó dormido.

Camino de espinas [popkeda]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora