『Día 03』

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Niñero

Era la cuarta vez que les pedía a sus padres que no le dejasen con un niño pequeño, pero los adultos no le hicieron ningún caso a su hijo

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Era la cuarta vez que les pedía a sus padres que no le dejasen con un niño pequeño, pero los adultos no le hicieron ningún caso a su hijo. Kaminari les suplicaba agarrado a su madre, y la mujer desesperada ya con su hijo mayor le hizo una seña a su marido para que fuese saliendo de la casa con las cosas.

-Denki, tienes que cuidar a tu hermano, no puedes simplemente pedir que paguemos a alguien para que tú te vayas de fiesta. Tienes edad para hacerte cargo de él.

-¡Pero mamá! Van a ir todos mis amigos, venga porfa déjame ir. Si no quieres pagar a alguien que Shin se quede solo.

Tenía unas ganas terribles de ir a esa fiesta básicamente porque iría su novio. Llevaba saliendo en secreto con Sero durante tres meses y había conseguido que nadie de su familia se enterase.

Ese tipo de ocasiones eran las únicas cuando podía escaparse sin preguntas extrañas por parte de sus progenitores porque iba todo su grupo de amigos, porque cuando les decía que iba a quedar solo con Sero sospechaban.

-He dicho que no, ahora pórtate bien Denki, volveremos mañana por la tarde.

Su madre le dio un golpe en la cabeza y salió de la casa, dejándole solo con su hermano pequeño, que de inmediato se acercó a él comenzando a molestarle.

-¡Nii-san, quiero ver la tele!

Le tiraba de la camiseta como un niño de cinco años a pesar de que cumpliría los once pronto. El niño era lo más molesto que existía en el mundo, bueno, todos los hermanos pequeños lo eran. Para que le dejase en paz decidió darle lo que quería y le puso la televisión.

Mientras Shin se ponía a jugar con la videoconsola Denki le escribió a su novio diciéndole que no podría ir a la fiesta de esa noche porque tenía que quedarse con su estúpido hermano. Su plan era escuchar música, pero cuando Shin se conectó con sus amigos en el Fortnite ni con los cascos la escuchaba.

Tenía ganas de tirarle una silla, pero se contuvo y fue a su cuarto, encerrándose allí y tratando de no escuchar los gritos de su hermano que provenían del salón. Ni con todas las puertas cerradas podía librarse de él.

-Por qué tiene tanto pulmón... No lo soporto, al final lo mato.

Estaba por bajar y desenchufar la consola para que se callase de una maldita vez, pero el ruido se detuvo. Suspiró tranquilo y cerró los ojos para relajarse, pero Shin apareció segundos después en su cuarto.

-Nii-san quiero comida.

-Pues prepárate un bocadillo, aún no es hora de cenar.

-¡Pero quiero las galletas de chocolate y no alcanzo!

Kaminari abrió los ojos viendo como las lágrimas amenazaban con salir de los ojos de su hermano y se levantó rápidamente. Si Shin lloraba estaba muerto, la última vez berreó tan fuerte que la vecina de la casa de al lado estuvo a punto de llamar a la policía pensando que pasaba algo horrible en la casa.

Serokami week 2020Where stories live. Discover now