Última nevada de enero

44 4 11
                                    

Al y Napoleón tuvieron sus clases de cálculo, literatura, historia, idioma y teatro donde sus compañeros practicaban su obra que sería en la primera semana de febrero, sus compañeros hacían la obra para que la profesora viera que no estaban holgazaneando.

Profesora Rebeca: Todos lo están haciendo bien pero Lisa... Debes dejar mostrar expresividad, Kahmunrah no te molestes por todo es solo una obra y Octavio sé menos eufórico.

Octavio: De acuerdo, es que me emociona ser Helios.

Kahmunrah: Eres igualito de chismoso que Helios.

Jedediah vestido con el traje de Eros (era una toga blanca corta) entró a defenderlo.

Jedediah: Kahmunrah! No te creas la gran cosa por ser mayor que todos, además Octavio es el más confiable de la clase.

Octavio: Técnicamente no eres el mayor porque Al es mayor que tú por un par de semanas.

Tilly: Eso es muy cierto, Al es el único que ya tiene 18.

Custer: Le tienes miedo a Al por la paliza que te dio en la secundaria.

Kahmunrah: Al me puede romper la cara pero si puedo meterme con su amiguito el francés.

Jedediah: Te meterias con el menor del salón? Eso es ser cobarde.

La maestra los calló.

Profesora Rebeca: No puedo creerlo! Sólo fui a prefectura para recoger las listas de asistencia y los exámenes parciales que desde hace 15 días hicimos, y casi se convierten en pandilleros.

Jedediah: Kahmunrah empezó todo! Le dijo chismoso a Octavio y amenazó a uno de los compañeros -dijo molesto.

Profesora Rebeca: Kahmunrah! Otra vez tú? Si sigues así tendré que reprobarte de mi clase.

Sacajawea: Profesora... Perdóneme por interrumpir pero quiero hacer un anuncio a los compañeros.

Profesora Rebeca: De acuerdo.

Sacajawea: Como ya lo saben, cada año los grupos de la mañana y de la tarde se organizan para hacer una fiesta, su costo de entrada será usada para recaudar fondos para la fiesta de San Valentín en nuestro salón, todos están invitados.

Todos se entusiasman, Al y Napoleón estaban fuera del auditorio leyendo un par de libros.

Al: Este libro sobre leyendas es interesante.

Napoleón: Me imagino pero yo prefiero leer esto.

Napoleón le da un libro de pasta celeste.

Al: El último unicornio de Eva Polski.

Napoleón: Sí, esa escritora rusa hizo mis cuentos favoritos.

Al: Que lindo, oye... Quisiera darte esto.

Al sacó un pequeño unicornio hecho de estambre.

Napoleón: Está muy bonito.

Al: Lo hizo mi Mamá para ti, porque le dije que te gustan los unicornios.

Napoleón: Tu mamá fue muy buena conmigo.

Al: Si, le agradaste mucho, le pareciste adorable y educado.

Napoleón: Primera vez que escucho eso de un adulto.

Al: Mi Mamá es fácil de notar cuando alguien le agrada.

Napoleón se quedó callado mientras tomaba el unicornio con sus manos.

Al: Oye... Debemos volver a nuestra aula para recoger nuestras mochilas antes de la salida.

Napoleón: Es verdad, debemos irnos.

Ambos tomaron su mochila para caminar hacia sus respectivas casas.

Napoleón: Al... Crees que va a nevar pronto?.

Al: La última nevada usualmente sucede a fines de enero.

Napoleón: Quisiera conocer y jugar con la nieve porque en mi pueblo natal no me dejaban salir a jugar.

Al: Noto bastante tu entusiasmo.

Al acompañaría a dejar a Napoleón hasta su casa.

Napoleón: Gracias por dejarme en casa.

Al: Por ti haría lo que sea.

Al abrazó a Napoleón.

Napoleón: Gracias por comprenderme a pesar de ser un estúpido niñato.

Al: Aún así me encantas.

Napoleón: No digas esas cosas, me apenas.

Al: No pasa nada...

Cuando ambos se iban a separar sintieron como unas gotas de nieve en sus cabellos.

Napoleón: Uh? Eso que fue?.

Al miro hacia arriba.

Al: Frenchie, está nevando! Es tu día de suerte!

Napoleón sentía la nieve caer a sus pies, provocando su felicidad al ver la nieve caer por primera vez sentirla en vivo.

Napoleón: Genial! Hay nieve!.

Fue cuestión de minutos para que el suelo y las calles se llenaran de nieve, Napoleón fue abrigado con una bufanda roja que le obsequió el chico italo-estadounidense.

Al: Viste eso? Es tu día de suerte, así que disfruta de esta última nevada de enero.

Napoleón lanzaba bolas de nieve, se tiraba en los montones de nieve y giraba sobre ellos provocándole felicidad mientras sus mejillas se hacían rosadas y su cabello castaño se hiciera brilloso por el frío del ambiente.

Al lo observaba tan feliz como un niño feliz sin preocupaciones.

Al: Mi Frenchie se ve tan feliz, amo verlo brillar en todo su ser, su sueño se cumplió.

Napoleón: La nieve es muy divertida! Jajajaja Adoro la nieve! Es el mejor día de los 16 años que llevo existiendo -dijo bastante eufórico.

Al se le acercó.

Al: Adoro verte así de feliz, que nada te quite esa hermosa felicidad.

Napoleón: Ojalá nadie me arruine mi alegría.

Al tomó del mentón al francés para besarlo en ese ambiente de la nieve afuera de la casa del chico, los labios del mayor tocaban suavemente los del menor, era el beso más tierno que pudo darle porque Al consideraba que ese niño con cuerpo de chico de 16 que tenía escasos rastros de pubertad debía ser tratado dulcemente por ser una persona inocente y feliz.

Se separó del menor para darse un respiro.

Al: Te amo más que a otra cosa, esta nevada de enero terminará con derretir el calor de la tristeza de diciembre de tu corazón, nadie debe hacerte sentir infeliz.

Sin dejar hablar al menor, lo volvió a besar en sus labios esto mientras Al demostraba todo su amor a Napoleón.

A lo lejos, pasaba por allí un chico en bicicleta.

??: Qué? Se miran muy felices... Todo el mundo debe saber esto, ese Caperucito rojo tan ingenuo que se enamoró de un lobo feroz, quien lo diría!.

Ese chico misterioso tomó fotografías y grabó un poco a ambos dándose el beso, después de eso se fue del lugar, dejando a los chicos continuar con sus juegos de la última nevada de enero.

En el jardín (Al Capone x Napoleón)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora