🔥 Capítulo 1 🔥

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Esus:

¡Oh Dios! Tener dinero y sexo sin compromiso era una de las mejores cosas que me habían tocado en esta vida. En estos momentos tenía a una rubia con un cuerpo exuberante con su cabeza enterrada entre mis pies haciéndome una de las mejores felaciones. Estaba tan concentrado, que no oí la puerta del despacho abrirse de forma violenta...

—Señor— me llamó Nikólai, mi mano derecha.

—¿Por qué carajo me molestas? ¿Se puede saber que rayos te pasa por la cabeza? — le recriminé de forma brusca.

—Tenemos problemas...

Eso me hizo removerme incómodo en mi silla, separando de mi lado a la mujer que ni se había inmutado en parar aún con la intromisión. Le hice un gesto con la mano indicándole que se terminara de vestir, hizo un pequeño puchero, pero se le borró de la cara con una mirada penetrante mía, marchándose sin mirar atrás. Nunca me habían gustado las mujeres frágiles y lloronas...

—¿Qué problemas?

—Es su hermano y su cuñada señor...— bajó la cabeza sin encontrar palabras precisas

—¿Qué les pasó a Meglin y Victoria? — noté como se me tensaba el cuerpo entero.

—Ellos... Ellos han sido asesinados...

No, no, no puede ser. Noté como mi mundo se hacía añicos, grité encolerizado tratando de soltar toda la importancia que sentía en esos momentos. Empecé a romper todo lo que veía, haciéndolos añicos, cogí un portarretrato, pero al fijarme en él, me dejé caer en el suelo. Este tenía una foto de los tres el día de su boda. Mi hermano, mi pequeño hermano me lo habían arrebatado y mi dulce Victoria con la que podía hablar de cualquier tema sin miedos, ni tabús, la que se había convertido en mi hermana pequeña y la que nos dio el mejor regalo del mundo mi sobrino Fabio el único heredero de la fortuna Ivanov. ¡Un momento! ...

—¿Dónde está mi sobrino? — dije parándome como un resorte.

—No lo sabemos señor, no se encontraba en la casa.

—¿Crees que se lo llevaron los hijos de putas que hicieron esto?

—No lo creo, tenemos un guardia que sobrevivió , él nos comentó que el cabecilla hizo registrar la casa entera en busca de él y nunca lo encontraron.

—¿Pero cómo diablos va a desaparecer por arte de magia? ¿Quién más estaba en la casa?

—Aparte de los guardias, su cuñada y su hermano, estaba también la madrina del niño.

—La famosa Júpiter, Victoria me confesó que si debía poner la seguridad de ella o del niño sería en las manos de esta. Nunca entenderé por qué le tenía tanta fe ciega. Ella lo tiene— afirmé—. Debemos encontrarla cuanto antes, ellos están en peligro.

—Si señor.

—También averigua todo lo que sepas de ella. Otra cosa...

—¿Qué? — preguntó éste sabiendo mi respuesta.

—Quiero los responsables y vivos, yo mismo me encargaré de demostrarle que se metieron con la familia equivocada y provocaron al dios sanguinario...

Ya habían pasado tres malditas semanas y todas nuestras búsquedas habían sido en vano no habíamos podido encontrar ni rastro de Júpiter ni de los asesinos. Tenía a los mejores investigadores privados sobre sus pasos, pero la muy maldita había hecho bien su trabajo, al parecer se habían esfumado los dos ¡Ni una mísera pista teníamos sobre ellos! ... Sentí como la cabeza se me quería reventar, ese mismo día había sido el entierro, a pesar de no haber derramado una lágrima mi corazón lloraba sin contemplación. Me dirigí al aparador buscando un analgésico ¡Esto es infernal! Escuché como tocaban suavemente la puerta...

—Adelante— dije frotándome la sien.

—Señor— entró Nikólai.

—Dime que has encontrado algo de ellos— rogué.

—Lo siento señor, pero no hay rastros. Aunque tengo otra noticia... Encontraron a uno de los que atacó la casa de su hermano.

—Perfecto y ¿dónde está? —ya me imaginaba como iba a ser su tortura.

—Muerto...

—¿Cómo que muerto? — grité exasperado.

—Al parecer se nos adelantaron. Pero eso no es todo.

—¿Más sorpresas? —pregunté sarcásticamente.

—Se encontraron marcas de torturas, verdaderamente no quiero estar nunca en su pellejo. También llevaba la marca del clan del fuego...

— ¿El clan del fuego? ¿Qué es eso? ¿Algún libro infantil? —reí a carcajada burlándome sin poder creerme esa broma.

—¿No sabe de quién hablo? — negué— Pues debería, porque no le aconsejo a nadie que se entrometa en su camino. Muchos han querido conocer a su jefa, pero nadie se atreve a buscarla por miedo, en este clan están los mejores sicarios de Europa. Hay una leyenda muy popular de ella que es recordada mucho por la gente del submundo, se dice que mató a diez hombres con un par de palillos chinos con tan solo con quince años... Hacía años que no se sabía de ella, todos la dábamos por muerta...

—Interesante. Aunque no entiendo que hace una de las mejores sicarias torturando a uno de los asesinos de mi hermano.

—No le puedo dar respuesta a ello, su motivo tendrá. Solo sé que ellos no asesinan a cualquiera, tienen códigos y leyes.

—¿Asesinos con leyes? ¿No estarán filmando ellos la cuarta parte de John Wick? — esto era surrealista, aunque yo también tenía mis normas a la hora de asesinar, nada de niños y personas inocentes.

— Recemos por nunca toparnos con esa mujer. Cambiando de tema, me entregaron unos documentos sobre la vida de la señorita Júpiter— me tendió un sobre.

—Gracias, ya puedes retirarte Nikólai.

Bajó la cabeza a modo de despedida. Me senté en el sofá a revisarlos, al abrir el sobre me encontré con un expediente de un orfanato con varios papeles y un certificado de nacimiento. Júpiter Winter, nacida en Dublín, Irlanda el doce de marzo de 1994. Sus padres eran científicos nucleares, habían sido asesinados cuando ella tenía siete años frente a sus ojos, nunca encontraron al responsable. Había una foto donde aparecía ella de niña, tenía un cabello rojo como el mismísimo fuego, unos ojos verdes que parecían esmeraldas ¡Si así de niña era hermosa no quería imaginarme de grande, debía ser un monumento! Estuvo en varias casas de acogida, pero al parecer era muy conflictiva. Escapó del ultimo orfanato contando apenas con trece años. Después de eso no había rastro.
No es posible ¡Que esta chica no tenía ni una multa por exceso de velocidad! Cerré la carpeta tirándola sobre el escritorio, mirando fijamente su foto...

—¿Dónde estás cabellos de fuegos? — susurré dejando que la pregunta se la llevara el viento.

VINDICTATahanan ng mga kuwento. Tumuklas ngayon