¿Porque fue que te traje aquí alguna vez en primer lugar?
No estabas.
Comenzó a llover, las flores se bañaban bajo la misma.
Y aún así no estabas.
Lloré, porque aún si no era mi culpa que esa vez las flores se mojaran;
me recordaba a cuando si lo fue.
Froté mis ojos con la manga de mi blusa, y después de dar una última mirada a aquellas flores con las cuales me odiaba mutuamente, me fui del parque.
¿Porqué tuviste que decirme que te gustaban las flores?
Los pensamientos y las preguntas me atormentaban.
Y el cielo comenzó a hacerlo también.
La lluvia se puso más fuerte, y ahora caían chaparrones que no me dejaban siquiera ver bien el camino por el que iba.
Corrí hasta alcanzar una pequeña entrada de una tienda cerrada, la cual afortunadamente tenía un techo que cubría la vereda.
Perdón por haberme ido a refugiar de la lluvia allí.
