El Inframundo De Raven. [En Edición]

Capítulo 3.

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¬ Descubrimientos ¬

Hades me observaba con intriga. Por primera vez no vi burla o diversión en sus ojos, sino genuina preocupación.

Antes de que fuera capaz de responderle, sus brazos me envolvieron en un cálido abrazo.

¿Por qué repentinamente se comportaba tan dulce? ¿Su madre le había reprendido?

-¿Quieres ir a dar un paseo, Raven? Hay algo que quiero mostrarte.

-Pero está anocheciendo. — contesté dubitativa.

Debía parecerle una cría.

-Sí, está anocheciendo. ¿Le temes al lobo feroz? — contestó juguetón pero frío.

Mi curiosidad crecía a grandes pasos. Asentí lentamente.

-Estoy segura que tú eres más feroz que el lobo, pero ya está. — susurré sin intención de que escuchara.

Mi respuesta le pareció graciosa y pude oír su risa melodiosa por primera vez.

-No sabes cuánta razón tienes, Raven.

Lo seguí a su motocicleta y comencé a replantearme la situación.

-No hay oportunidad para arrepentimiento, R.

Sonreí ante su forma de darme coraje y subí.

Quizá me llevaba a un lugar frío y oscuro, donde me asesinaría sin piedad.

Muchas novelas, Raven. Me reprendí.

Cerré mis ojos ante la brisa que el viaje nos proporcionaba y me dejé llevar por Hades a donde-sea-que-estuviésemos-yendo.

-Hemos llegado. — murmuró al cabo de unos diez minutos.

Al abrir mis ojos pude observar un pequeño claro junto a un hilo muy fino de agua. Un pequeño ciervo pastoreaba en los alrededores.

Al verlo no pude evitar recordar a Bambi.

Si Bambi estaba ahí debía huir, el Gran Lobo Feroz salía a esta hora... y los Adler también.

Al mirar a Hades observé en él una sonrisa burlona, parecía estar escuchando lo que pensaba. ¿Pero por qué no lo, uhm, percibía como a los demás?

-Es por mi don, Raven.

Alcé una ceja reacia. Las ilusiones parecían ser cada vez más realistas.

¿Seguía en Inglaterra y estaba sedada? Porque sentía todo tan real.

-Puedo explicarte si quieres... — comentó con una sutil sonrisa.