Capítulo 12.

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{ advertencia: el siguiente capítulo contiene partes subidas de tono}

¬ Te tengo, Raven. Hoy y siempre.¬

Aquel bello fenómeno se movía a través del cielo junto al auto que llegaba a su hogar, el viento corría con fuerza fuera del vehículo y ella dormía profundamente en el asiento tras un día largo y agotador. Sus pestañas caían delicadamente sobre sus sonrojadas mejillas, su boca aún mostraba rastros del líquido negro que antes había expulsado, su ropa estaba considerablemente manchada y de su nariz salían los restos que aún no habían salido de su cuerpo. 

Zeus y Seid la observaban fijamente, la preocupación se dejaba ver en las facciones de los hermanos.

- Hades nos matará cuando sepa que se ha exigido de esa forma. —  murmuró Seid con temor.

- No. — respondió James, el padre de los chicos. — Deberá sentirse orgulloso. Raven es una guerrera y no dudó en descargar el infierno sobre todo aquel que interrumpiera mientras ayudaban a Hera. Estaré eternamente agradecido con todos ustedes por eso, pero especialmente con ella... no era su familia y estaba dispuesta a sacrificarlo todo.

Ambos hermanos miraron a la chica ahí tendida. Se veía tan pacífica que no serías capaz de imaginar el infierno que desataba si se enojaba, si alguien atacaba a sus seres queridos.

Zeus sonrió de medio lado. 

- Creo que sería más apropiado decir que Raven desataría el Inframundo sobre todo aquel que ataque a sus seres queridos. — musitó el castaño.

Los tres hombres en el auto largaron una sonora carcajada.

Hera se movió incómoda en el asiento del copiloto, también se había quedado dormida en el trayecto. Morir y volver de la muerte era un proceso agotador.

- ¿Ya vamos llegando? — preguntó sin abrir sus ojos.

James despegó los ojos del camino para observarla y sonrió.

- Sí, amor. — contestó derrochando ternura.

Los chicos sonrieron ante el gesto de su padre. Ella era su vida.

- ¿Qué haremos con las chicas, má? — preguntó Seid observando a la castaña en sus brazos.

Zeus asintió aún cuando su madre no podía verlo. Sobre su regazo estaba una menuda chica con cabello rojizo.

- ¿Qué clase de pregunta es esa, Poseidón? — musitó Hera severa. Aún no habría sus ojos. — Las llevaremos a casa, les daremos ropa y comida y cuando se encuentren en condiciones retornarán al clan Alba.

El Inframundo De Raven. [En Edición] Kde žijí příběhy. Začni objevovat