Capítulo 48

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- ¿Qué es esto? - la voz de Madame Elroy sonó molesta.

Neil entrecerró los ojos y a regañadientes miró el periódico que la anciana le puso sin contemplaciones frente a su cara.

-No hagamos caso tía...este es un periódico amarillista,- resopló con desprecio alejándose, pero por el brillo de sus morenas mejillas, la anciana se dio cuenta de que Daniel ya lo había visto y muy probablemente, tuvo el disgusto de leer este artículo.

El autocontrol abandonó a la anciana. -¡Sí, eso es lo que es éste vulgar periodicucho!,- gritó, agitando el periódico, - ¡pero les dieron una entrevista, inclusive sacaron fotos!...tú y Candy aparecen en primera plana, ¿y que más?...¡muchos detalles de su vida privada!...las peleas, toda la historia de su primer compromiso...¿me quieres decir porque lo hiciste?, ahora toda la sociedad conoce los detalles sobre la ropa sucia de los integrantes de la familia Andrew!.-

-No entiendo por qué me alzas la voz tía abuela.- Neil levantó las cejas, como si estuviera terriblemente sorprendido.

Por alguna razón, Madame Elroy estaba confundida y tosiendo dijo en un tono completamente diferente: -Neil, sabes que no debes permitir esto, es inaceptable poner a nuestras familias en boca de todos. Es imposible que todos los periódicos pongan en entredicho el buen nombre de los Andrew y los Leagan, ¡Dios!. -se llevó una mano a la frente teatralmente. - Desde que esta chica terrible fue adoptada en nuestra familia, he tenido que sonrojarme constantemente, ¡y ahora esto!.-

Daniel miró rápidamente a su alrededor, como si temiera que Candy pudiera estar detrás de ellos y escuchara la desagradable discusión y, yendo hacia la puerta, la cerró con fuerza. Cuando se volvió, no había rastro de la calma anterior. -¡Qué demonios, tía Elroy!, - Leagan maldijo en un susurro y apretó los puños.

-Una vez más, ¿me vuelves a reiterar que no apruebas mi elección? ¿Por este artículo miserable? ¡si...es mi culpa que esta entrevista se haya publicado!, lo admito, pero de cualquier manera no puedo garantizar que no escriban sobre nosotros en absoluto ¿Y qué hacemos ahora? ¿rasgarnos las vestiduras por algo que no está en nuestras manos?.-

La anciana suspiró. -Sabes que no quise decir eso, ¿pero cómo podemos manejar a la prensa? - Ella apretó el periódico.

Neil lo tomó y lo arrojó a la chimenea. - En mi opinión, debes aprender a no prestar tanta atención.-

-No es tan simple como eso Neil... –

-¡Sí, lo entiendo! Pero si esto sucedió, tenemos que fingir que no nos molesta en absoluto. Las personas que están arriba, como tú y yo, a menudo se vierten con barro como estos pequeños periódicos. Esto no se puede evitar.-Daniel miró por la ventana.

-Pronto se celebrará la boda y ya no toleraré tales tonterías, al menos trataré de controlar lo que este cerca de mi alcance.-

-Bien, dejemos las cosas así, no discutamos más,- la señora Elroy estuvo de acuerdo, -Pero aún así intenta hacer menos contacto con la prensa, son tan terribles todos estos chismes.-

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Pasaron los días y se acercaba el día de la boda. Patty siguió el consejo de Candy e invitó a su amigo Peter Harris al festejo, él aceptó gustoso y al día siguiente llegó a Chicago.

Realmente a Candy le fascinaba la idea, él era un joven encantador y guapo que se mostraba tan atento con Paty que la pecosa estaba segura de que su amiga estaba en buenas manos.

Pero Annie recientemente evitaba su compañía: cada vez que se trataba de reunirse en un restaurante para comer o cenar, e inclusive se negaba rotundamente a ir al teatro con Candy, Neil, Patti y Peter, y por supuesto a ayudarla en los preparativos de su vestido y detalles de la iglesia.

Vorágine de pasiónWhere stories live. Discover now