PARTE VIII

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Los chicos se arrodillaron todos a la vez y el concierto terminó.

Fuera luces, adiós a los gritos, bienvenido fuese el cansancio y poder ser ellos mismos.

Jungkook lucía sudado y desgastado, su ropa pegada al cuerpo y los músculos tensos por el agotamiento, pero tenía tal sonrisa en su rostro que se veía nada menos que angelical. Sus redondos y oscuros ojos estaban brillantes de regocijo por la presentación bien realizada. Los meses de ensayo habían, finalmente, valido la pena, por lo que, la sonrisa orgullosa de Jimin fue imposible de contener en respuesta.

—Te has lucido, Kookie —dijo en su dirección.

Jungkook se dejó caer en una butaca, recibiendo la toalla que una de las estilistas le alcanzaba y pasándola por su rostro.

—Gracias, creo que salió muy bien.

—Estuvo genial —Suga hyung se unió a la sala adjunta al escenario despojándose de la chaqueta que llevaba. —Los gritos de las fans nunca se escucharon tan fuertes.

La sonrisa de Jungkook apenas cabía en su rostro. Estaba tan feliz, no importaba el esfuerzo en su cuerpo o el sonido de la sangre corriendo rápido en sus oídos, pues al final todo había valido la pena.

Quería celebrar aquello.

—¿Dónde está Namjoon hyung? —preguntó poniéndose en pie. —¿Creen que permita una celebración en casa, esta noche?

Yoongi lo meditó.

—Posiblemente, creo que pasó directo a los baños, puedes ir a buscarlo allí.

Jimin siguió su figura con la mirada.

Cristo, cuando iba a dejar de anhelarlo.

—Se ve...

Él no pudo terminar la frase y Yoongi no lo presionó para que lo hiciera, en cambio dio una cabeceada como si entendiese sin más.

—Está creciendo tan rápido —mencionó con tono resignado. En ocasiones se le olvidaba que Yoongi era mayor que él. No en exceso, pero lo suficiente para verlos a él y mucho más a Jungkook como hermanos menores que se le escapaban entre los dedos. –Primero da un solo estupendo y luego ya quiere celebrar a lo grande, no sé qué esperar para el día de mañana. —Hizo un silencio significativo antes de aclararse la garganta. —¿Crees que tenga en mente invitar a alguien a casa?

Jimin guardó silencio ante eso.

Se le había cruzado por la cabeza la idea de que quizás JungKook había avanzado con aquella chica Yvi. No es que el maknae le diera a entender aquello, en la realidad, Jungkook había estado todo suave con él. Buscando instancias para ensayar juntos, incluyéndolo en sus charlas divagantes y hasta invitándolo a comer a medianoche con la mera excusa de un antojo.

Y si Jimin era sincero, bueno, él había disfrutado cada momento.

En la banda todos eran muy afines, encontrando temas que los unieran con facilidad, pero Jimin y Jungkook había calzado más que el resto.

Eran como almas gemelas, dos mitades de un todo.

Ellos podían terminar la oración del otro, descifrar sus enredos mentales, antelarse a sus estados emocionales.

Era tranquilizante saber, que incluso si no se tenían como una pareja, podían comprenderse en ese nivel.

Horas más tarde, bien pasada la medianoche y un montón de botellas de soju después, los chicos eran una revuelta de risas, música mal entonada y karaoke sonando en la sala común de la casa compartida.

Para tranquilidad del corazón de Jimin, nadie fue sumado a la fiesta. Solo ellos siete y una noche de posibilidades por delante.

Tae, Jin y Jimin estaban torturando los tímpanos de todos. Sus voces dulces se habían ido junto con su sobriedad.

Jungkook, apoyado contra una muralla, abrazado a una botella de alcohol, se tambaleaba según la melodía.

—Lo estás mirando con rostro de enamorado perdido. —Yoongi llegó a apostarse a su lado.

Jungkook no hizo nada por cambiar la expresión de su rostro.

Estaba enamorado, sí. ¿Cuál era el punto de ocultarlo?

—Qué puedo decir, amo ver esa sonrisa en su rostro, es tan... tan...

Jimin se carcajeó de manera queda y se volteó a mirar a su menor. Un escalofrío recorrió a Jungkook de manera visible. Yoongi aprovechó para pasarle un brazo por los hombros y darle un apretón.

—Sí, Jimin consigue ese efecto.

La cabeza de Jungkook se volteó violentamente, con los ojos como platos y la boca en una redonda o.

—Yo no... yo... —Maldita fuese su boca suelta y su mente nublada.

Yoongi lo miró menos que impresionado.

—No finjas conmigo, ahórrate eso. —Él estiró sus piernas, mirando el espectáculo ante ellos. —Es bueno verlo así. Verlo avanzar.

Jungkook tragó.

—Espero que pronto pueda salir al mundo y conseguir a alguien que lo aprecie.

Las manos del maknae se aferraron con fuerza a la botella entre sus dedos.

Él iba a mantener su boca cerrada.

La frente de Jeon se arrugó sin querer.

Jimin con alguien más.

Sí, cómo no.

Él no había pensado en eso. No había querido hacerlo. La idea de Jimin acostado con otra persona era... incorrecta. Sin importar quien fuese. Jimin había sido su primera vez. O, mejor dicho, ambos habían sido la primera vez del otro y el único.

—Debes dejar ir tu cosa con Jimin. —Sentenció el mayor. —Cerrar un tema es parte de crecer, Kook.

Sus dedos se aflojaron, al igual que él.

—No se olvida tan fácilmente a quien le diste muchas de tus primeras veces. Entre otras cosas.





InefableWhere stories live. Discover now