54. De vuelta

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Narra Volkov

- ¿Entonces?, ¿me vas a decir algo? - me crucé de brazos.

- Que responda él, porque yo también tengo curiosidad. - le señaló.

- Siento cosas por ella, sí.

- Vale, ¿y eso qué significa? - me puse borde.

- Que intentaré que sea mi pareja, y tarde o temprano lo conseguiré. - ___ estaba paralizada. Yo me puse de pie y caminé hacia él.

- No existe nadie en quien confíe más que en usted para que esté con ella, - puse las manos sobre sus hombros. - así que no hace falta que se escondan de mi, que también os he visto. - reí. - Lo digo sobre todo por ti. - miré a la chica.

- Si supieras... - dijo rodando los ojos.

- Bueno, yo ya debería irme. - dijo Conway incómodo rascándose la nuca.

- Espera. Quédate. - rogó la chica.

- No creo que sea lo mejor. - dijo apurado el superintendente por si yo decía algo al respecto.

- Señor, mi casa es su casa. Si se quiere quedar, adelante.

- No os preocupéis. Ya nos vemos mañana en comisaría. - ___ le acompañó hasta la puerta mientras yo esperaba en la cocina.

- ¿Estás bien? - apreció por la puerta.

- Sí, solo que aún estoy procesando el día de hoy.

- ¿Es por lo de Jack?

- No, no, eso ya me lo esperaba. - sonreí. Me levanté y la tomé por la cara. - Si él te hace feliz, adelante. Además, te puedo asegurar que no me pudiste dar mayor alegría al elegir estar con Conway, es en las personas que más confío. Me ha protegido muchas veces, y sé a ciencia cierta que contigo hará lo mismo. - se sonrojó. - Anda, es hora de dormir, ha sido un día muy largo.

Al día siguiente.

- Vamos, ____, despierta. Te recuerdo que sigues siendo parte del cuerpo y debes trabajar a pesar de tus brotes de rebeldía. No te voy a mantener siempre, tienes que ganarte el respeto del superintendente para que sigas subiendo de rango. - la sacudía mientras decía mi monólogo.

- Cinco minutos más, papá. - se burló.

- Vamos, anda. - saqué ropa de su armario y se la lancé encima.

- ¡¿Qué haces?! - elevó el tono.

- Obligarte a que te vistas.

- Que sí, que ya voy. - se quitó las sábanas de encima.

- Te espero en la cocina para desayunar.

Narra ____

- ¿Qué es esto? - me dijo Volkov mientras yo llegaba para comer. Me mostró una caja negra con un lazo rojo. - ¿Es tuyo?

- No... - respondí con miedo.

- Pues entonces es para ti, porque lleva una etiqueta con tu nombre. - me la entregó. - ¿Es de Conway?

- Cre-creo que sé de quién es, y no te va a hacer gracia... Piensa lo peor, porque solo así vas a acertar.

- ¿Calavera? Trae acá, ni se te ocurra abrirlo. - se enfadó y me lo quitó.

- Dame. Si lo abre alguien, seré yo. Es mi problema, y no te pienso involucrar. - suspiró este.

- Lo abrimos los dos.

- Está bien. - hablé no muy convencida. Retiré la tapa y dentro se encontraba un papel escrito, un babero y un biberón. - ¿Qué coño?

- Lee la nota. - me indicó. - En alto. - recalcó esa parte.

La sobrina de VolkovDonde viven las historias. Descúbrelo ahora