Zerstörung. [TERMINADA]✔️

Capítulo 6

—¡No puedo creerlo, Böttcher te beso!— la pelirroja gritó con emoción.

—Podrías bajar el volumen — chille, al ver cómo los chicos del pasillo volteaban a verla —. Si me beso pero ya te explique porque no se lo seguí.

—No puedo creer que sea gay, aunque eso explica muchas cosas, ¿Y te gusta?

—Si, si me gusta, pero tengo miedo de que solo juegue conmigo.

—Bueno eso puede ser una alternativa pero siendo sinceros no creo que juegue contigo, te lo explico ¿No es así?

—Si, pero eso solo son palabras.

—En eso estoy de acuerdo en parte está bien que le hayas  dicho eso.

Abrí la puerta de la biblioteca y la pelirroja paso primero, para después yo entrar atrás de ella, hoy la acompañaría a terminar su proyecto ya que necesitaba que me diera un consejo por lo que acababa de pasar hace unos minutos con Michael.

Tomamos asiento en una mesa del rincón donde podíamos hablar sin ser escuchados.

—Sigo sin creerme lo de Michael — sonrió —¿Crees que sus amigos sepan que es gay?

—No tengo idea.

—Esperemos que cumpla su palabra y se gane tu amor.

—Espero que realmente lo haga.

En parte me gustaría que Michael si cumpliera su palabra y me conquistará pero otra parte de mi no quería que jugará conmigo, y después salir lastimado, ya había sufrido el dolor de un corazón roto.

Y aunque mi capacidad para ver las cosas fuera de una forma madura y en ocasiones de una forma inmadura, sabía que si Michael jugaba bien su partida tendría el maldito poder de destruirme o hacerme feliz. Pero vamos esto no era un cuento de princesitas y principes dónde todo salía bien, dónde todos vivían un "Felices para siempre", no esto no era así, porque en esta partida tenía dos posibilidades una salir con él corazón roto, o jugar bien mis cartas y lastimarlo a él.

—¿En qué tanto piensas?— la voz de la pelirroja me saco de mis pensamientos.

—En nada importante.

—Ese nada importante es el beso que tuviste con Michael, ¿Cierto?— ella movió sus cejas juguetóna.

—Talvez, no puedo evitar sentir miedo.

—Tranquilo las cosas saldrán bien.

Estuvimos unos minutos más en biblioteca, hasta que Lydia termino su proyecto, salimos de ahí y caminamos a la salida de la universidad, al llegar a la salida mi cuerpo se paralizó.

Estaba ahí.

Tenía un cigarrillo en su mano y su mirada estaba en su reloj de muñeca, voltee a mirar a Lydia, ella tenía una sonrisa divertida en sus labios.

—Al parecer te están esperando.

—No...— murmuré no muy seguro.

—Yo digo que si — sonrió. Mi vista cayó de nuevo en Michael quien ahora me miraba cauteloso.

Apagó su cigarrillo y camino hacia nosotros, la maldita tranquilidad con la que caminaba me ponía nervioso, era como si no le importará nada.

—Hola.— sus ojos azules hicieron conección con los míos haciéndome perder los sentidos.

—Nos vemos mañana Nash— Lydia me dió un beso en la mejilla para luego alejarse de nosotros.

«Judas»