Epílogo Vergas

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—Es una lástima que hayamos llegado a esto —dijo tristemente Hiro con un leve suspiro—. Tanto amor, tanto trabajo y tantos compromisos.

Baymax le dio una leve palmada en la cabeza a modo de consuelo, que solo hizo que el japonés soltara otro suspiro.

—Todo para que terminara en una traición —soltó haciéndose bolita miserablemente contra el robot.

—Todo se resolverá, Hiro.

—Hay cosas que no se pueden resolver, Baymax —dijo frunciendo el ceño con tristeza—. A veces el amor no es suficiente. A veces crees que son felices y luego dejan de funcionar.

El genio se paró para acomodar sus cosas en el laboratorio. Ahora debía pensar en cómo lidiar con la situación, cuál era el mejor camino que tomar ahora. Se dio el tiempo para ver de manera melancólica una foto que guardaba ahí en la que aparecían Miguel y él juntos en un evento. Se veían tan felices. Ese día habían bailado como si nadie los estuviera viendo y le habían quitado sus postres a unos invitados que los habían dejado por toda el azúcar que tenían ¿Cómo es que habían llegado a esto?

De pronto se abrieron las puertas de golpe, revelando a Miguel que estaba entrando con desesperación.

—Hiro ¿me puedes explicar esto? —le pidió mostrándole una foto en su celular.

—Tú sabes que es —le dijo con altanería.

—Te pasaste —recriminó el policía masajeandose las sienes—. No tenías porqué llevarlo tan lejos.

—Es la única forma que conozco de reaccionar a una traición.

Sus miradas se encontraron. Reinó el silencio por unos segundos.

—¡¿TODO ESTO PORQUE ME COMÍ TU PAN EN LA MAÑANA?! —exclamó Miguel sin poder creerlo.

—ERA EL ÚLTIMO —exclamó Hiro con indignación. Era su maldito pan y se lo había estado saboreando todo el dia para encontrar que Miguel lo había traicionado de la peor forma posible.

—Pero no era necesario que salieras como Kitsune a hacer un graffiti de mi cara con orejas de cerdito con la palabra MALVADO encima —dijo Miguel intentando no reírse de todo lo que estaba pasando. En la oficina lo habían molestado mucho pensando que era una referencia a que era policía, sin saber qué se refería a que se había comido el pan de su esposo.

—No me contestaste cuando te mande un mensaje preguntándote por qué te lo habías comido —le reprochó con un puchero.

—Okay, sinceramente pensé que esto podría esperar a que llegara a la casa —Miguel aceptó con una mirada adorable que hizo que el enojo de Hiro bajara un poco—. Sí ví los mensajes pero no pensé que te molestará tanto.

—Ya habíamos dicho en terapia que no debes de asumir como me voy a sentir al respecto de ciertas cosas —le respondió con un tono un poco más comprensivo—. Y no te comas mis cosas.

—Bueno, perdón por comerme tu pan. Fue sin querer pero igual fue desconsiderado de mi parte —aceptó Miguel abriendo los brazos para iniciar un abrazo.

—Bueno, te perdono —aceptó Hiro cayendo en los brazos del moreno y rodeándolo con los suyos—. ¿Crees que el graffiti cuente como actividad del Kitsune lo suficiente para esta semana?

—Yo creo que sí —contestó con confianza—. Sobre todo porque la firma del zorrito deja en claro que fuiste tú.

—Me quedó genial y lo sabes —Hiro dijo desde su cómodo lugar contra el pecho de Miguel.

—Es creativo, no te lo voy a negar —comentó acariciando su cabello—. Oye, ¿qué te parece si vamos con Doña Carmen para comprar otros panes? Yo invito.

—¡Sí! —exclamó emocionado, dejando atrás su berrinche e ilusionado por comer. Ambos se fueron moviendo hacia la sala para alistarse para salir—. ¿También podemos pasar a ver a tus primos? Le prometí a los más chicos que podrían probar el nuevo celular antes que nadie. Sus comentarios sí son útiles.

—¿Cómo cuando te dijeron que si le ponías otro lente a la cámara iba a parecer estufa?

—Justamente —le dijo entre risas—. Así no pasamos la vergüenza que pasó Apple con los memes.

—Bueno y de paso puedo practicar con Coco un ratito —dijo tomando su guitarra del stand de la sala—. Esa niña me dejó atrás en la música hace tiempo pero todavía le falta agarrar paciencia.

—Bueno, tú tendrás que enseñarsela —le dijo depositando un leve beso en sus labios mientras tomaba su mano.

Su vida no era perfecta, a veces peleaban, ambos trabajaban largas horas, la tía de Hiro seguía sin reconocerlo y la abuela Elena había fallecido poco después de que se casaran. Pero tenían buenos amigos, una familia que los apoyaba y el uno al otro. La vida era tan buena como podía ser.



Hola! Perdón por la tardanza, la vida no me había dejado publicar el epílogo que escribí hace meses. Entre todo de la vida según yo ya lo había publicado y de repente me acordaba de que no lo había hecho. Cosas que pasan (?) Si aun están leyendo esto, muchas gracias por leerlo.  Este fue el segundo fic que me anime a escribir en toda mi vida y siempre tendré en mi corazón que tanta gente lo leyó y le gustó. Seguramente mas gente leerá esto que mi tesis, pero la verdad esto fue mucho mas divertido. 

Le quiero dar las gracias a Nagi por haber impulsado el fic y por todos los dibujos tan  bonitos que le hizo a esta historia toda mensa. 

Tambien a mi beta, que no tiene Wattpad ni esta en el fandom pero le valió y se puso a corregir con cariño toda esta historia.

Y a todos ustedes, muchas gracias. 

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⏰ Última actualización: Jun 27, 2020 ⏰

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