3. Kendra

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Fue muy incómodo bañarme sin música. Siempre me baño con música, pero cuando eran mis primeros días en una casa, no escuchaba música en la ducha hasta que comprobara si a ellos no le molestaban.

Me puse un chandal gris y una blusa de tirantes negra con unas medias de la casa de papel.

Baje a la cocina. Para mí felicidad, estaban los tres sin cerebro sentados en la isla. Abrí el frigorífico y saque sumo de naranja. Luego cogí una galleta y me senté al frente de ellos. Saque mi celular y me dispuse a navegar en mi Instagram. Pasaron varios minutos donde solo se escuchaba un silencio. Hasta que uno de ellos habló.

-¿Están seguros que es ella y no una desconocida que solo quiere estar con nosotros?

Los mire extrañada.

-¿Por que alguien quisiera estar con ustedes?- Levante la vista de mi celular y los mire con cara de desagrado. Los gemelos eran muy iguales, no se como hacía Marisol para distinguirlos. Luego estaba uno que parecía un hongo, está guapo, pero su pelo parece como el de Dora la exploradora.

-¿Vives debajo de una roca o que? -Dijo Dora.

-¿Que son entonces? ¿Algún influencer o un tiktoker?

-¿En serio nos lo pregunta? -Dijo el gemelo numero uno.

-Somos los gemelos Martínez. -Seguía sin saber quiénes era, así que me escogí de hombres y le di un sorbo a mi sumo. Oí a alguno de ellos refunfuñar.

-Increíble -Dijo Dora poniendo los ojos en blanco y golpeando la isla.

-Creo que es lo mejor que nos ha pasado -Dijo el gemelo uno. Los otros dos lo miraron con cara de 《¿Que te pasa?》 -¿Que? Lo digo por que al menos sabemos que no será una fanática y no nos estará persiguiendo ni oliendo nuestros boxers. -Todos hicimos una mueca de asco.

-¿Y quien garantiza que cuando lo sepa no lo haga?- Preguntó el gemelo dos.

-¿La podemos reportar en esa tonta agencia de intercambios?- Preguntó Dora.

-A ver. Me vale una mierda quienes sean. ¿Me estáis tomando el pelo? ¿Creéis que a mí me gustaría alguno de vosotros? Joder, tíos. Admito que están lindos, pero tampoco para tanto. No me interesaría un gilipollas como Dora - Lo señalé- ni mucho menos unas Barbies como vosotros- Señale a los gemelos.

Los tres se me quedaron viendo con una mirada amenazadora pero a la vez sorprendida. Hasta que estallaron a carcajadas.

-Joder, está tía es un coñaso. Me cae bien. Nos la quedamos.

-Tampoco soy un animal, gilipollas.

-Espera, espera. ¿Me habéis dicho Dora?

-Imposible no decirlo.

-Me cae bien esta tía.

Cuando acabe el sumo y la galleta, me levanté para mirar que más hay en el frigorífico, aún tenía hambre.

-¿Que es esto? -Dije tomando un tapper y enseñadosenlo. Gemelo numero dos hizo una cara de asco.

-Eso está malo. Votalo en el basurero. -Mire el tapper. Contenía como un caldo, lo iba a votar pero se me ocurrió una idea.

Pase por detrás de ellos, le quité la tapa al tapper y el líquido de este lo fui echando rápidamente en cada cabello de estos tres. Empezando por Dora y terminando con el gemelo dos. Cuando termine, tire el tapper y salí corriendo al umbral y me quedé ahí riendo a carcajadas por sus reacciones. Cada uno se tocaba el cabello, hacían una mueca de incredulidad mezclada con sorpresa y enfado. Cuando vi que gemelo dos se aproximada hacia mí, corrí lo más rápido que pude, llegue hasta el pie de las escaleras, puse un pie en la primera grada, el frío piso de cerámica hizo que mis medias resbalaran, así que caí tendida en las putas gradas. El gemelo uno me levanto y cuando pensé que tendrían compasión me colocó sobre su hombro. Grite, patalee, le pegué con los puños cerrados, pero todo mi esfuerzo fue en vano.

-¿Podrías quedarte quieta?

-Ni de coña, capullo.

-¿Como me dijiste? -Se detuvo. Si volvía a ver a mi izquierda, podría apreciar una piscina a través de unas puertas de cristal corredoras.

-Capullo -Me traía sin cuidado lo que me podría hacer, así que repetí mi insulto.

-Oye, Emilio. ¿Habéis puesto el agua fría? -Mierda, mierda, mierda.

-Sí, tío.

-Perfecto. -Y sin más, como pato en agua, caí.

El agua estaba más fría que la puta Antártida. Sentía que cada hueso se quedaba sin vida. Cada músculo se negaba a reaccionar. No podía salir. Intentaba mover cada músculo, pero mi cuerpo no reaccionaba. Desde afuera se escucha el sonido de sus risas amortiguadas por el agua. Intentaba gritar pero...estoy bajo el agua.

Miedo, es el sentimiento que empezó a invadir mi cuerpo rápidamente. Necesitaba salir. No podía salir.

Mi inconsciente colectivo abrió los recuerdos del maldito accidente y empezaron a llegar a mi cabeza en una velocidad tan rápida que ni comprendía que sucedía en cada uno de ellos, pero mi cuerpo recordaba exactamente lo que ocurrió esa misma noche. Así que lo manifestó. Notaba como el pánico, los gritos y muchas emociones más se acumulaban dentro de mí y en cada pequeña parte de mi cuerpo. Luche contra los pensamientos, contra esas imágenes que intente enterrar durante años. Luche para que se detuvieran. Pero... luche en vano.

365 Días Y... Él (Just Boggi)Where stories live. Discover now