Lucharía, lucharía por lo nuestro porque realmente valía la pena. Las puertas del elevador se cerraron y con ellas la persona que amaba de pies a cabeza. Unos minutos viendo las puertas cerradas, me detuve a pensar sobre lo que había pasado. Sí, tal vez Margaret era guapa, pero yo solo tenía ojos para una persona en específico.
Volví a mi apartamento con un humor de perros.
—Vete. —Me dirigí hacia la nevera y saque una cerveza. Ella me miró sin entender.
—¿Quien es ella?
—Mi novia. —Vale, aún no tenía claro que éramos, o tal vez sí. Soltó una carcajada.
—No me jodas, tú no sirves para eso. —Volvió a carcajearse.
—¿Pues que crees? Al parecer sí y me va muy bien. —Dije con una sonrisa que más bien termino siendo una mueca.
—No te creó...
—Pues creetelo y vete, ya he tenido suficiente hoy. —Tomé un trago.
—Así que tu "novia"—Remarcó las comillas con sus dedos—se puso celosa de mí.
—Mi novia es más guapa que tú y no tiene nada que envidiarte. —Ojalá Kendra lo supiera.
—Vale... Eso no es posible, pero si tu lo dices... —Se encogió de hombros. Puaj.
Comenzó a caminar hacia la puerta y se detuvo cuando llegó al pasillo.
—Sabes perfectamente que no hay nadie que me remplace en la cama. —Ella te sobrepasa por mucho... No hay nada más plancetero que follar con la persona que realmente quieres. Se llama: hacer el amor y yo, ya lo había echo varias veces. Una sonrisa bobalicona se formó en mis labios.
Al recordar todas esas cosas. Busque las llaves de la moto, la chaqueta negra y me dispuse a bajar rápidamente. Necesitaba ir por ella, necesitaba luchar por esto y no dejarlo morir, pero... Si yo era el único que luchaba, esto no llegaría tan lejos.
Dure una media hora llegando hasta la casa de los gemelos, estaba lloviendo y tuve que ir con cuidado esperando que la moto no me resbalara. Entre rápidamente topandome con un Emilio limpiando el suelo.
—¡Eh, tío! ¿Me echáis una mano?
—No puedo, debo ir por...
—Se está duchando. Llegó mojadisima como si se hubiera metido a una piscina con todo y ropa. —Mierda.
—¿Llegó caminando?
—Sí, dijo que estuvo con sus amigos y empezó a llover, no había encontrado un taxi y el celular se le había apagado... Esperad, ¿estabais juntos? —Preguntó sospechando. ¿Por qué Kendra no le abra dicho la verdad?
—Sí... Esta molesta conmigo.
—Joder, que mentirosa es... ¿Por qué se molesto?
—Margaret estaba en mi casa...
—Mierda. —Asentí.
—Estabamos estudiando y...
—Esperad, ¿desde cuándo Margaret estudia?
—Vale, se lo que piensas, pero de verdad no, solo llegó para que le explicara un tema. Comencé a explicarle, pero de pronto, se acercó mucho hacia mí, y antes de que me diera tiempo de alejarme, apareció Kendra. —Me pegó un puñetazo en la barriga.
—Esto es por creer que Margaret buscaría tu ayuda para "estudiar", lo único en lo que buscaría tu ayuda seria para que le aliviaras el dolor de la vagina. —Me volvió a pegar en el mismo lugar—Y este por hacerle creer a la pringada que se estaban besando.

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365 Días Y... Él (Just Boggi)
Ficção AdolescenteLa vida de Kendra dará un vuelco, cuando, sin ella quererlo, debe viajar a España a intercambio... ¿Que familia la recibirá? ¿Será ella vulnerable ante el encanto de Bogdan? 365 días en España