Vuelta a clases

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Cat estaba terminando de contestar el examen intentando mantenerse despierta, el regreso a clases había tomado por sorpresa a todos y Cat no podía estar menos preparada. 

Una vez que logró terminar el exámen lo entregó y salió del laboratorio a sentarse en el verde pasto mientras esperaba a que Alex terminará la prueba. Se recargo en un árbol y cerró los ojos repasando en su mente todo lo que habían vivido en el concierto.

Todos habían ido y se habían divertido lo suficiente, había servido para animar los corazones de cada uno. Aún podía visualizar los rostros de sus amigos y escuchar sus carcajadas mientras se divertían y saltaban al ritmo de la música. Recordaba a Sara y Diego tomados de la mano y luciendo tan enamorados como nadie en la vida, recordaba a Alex quien reía con tanta fuerza que desbordaba alegría en la mirada, hacía demasiado tiempo que no podía ver a su amiga brillar de esa manera. 

Recordaba en su mente a Zahid y Nat que finalmente parecían haber pasado página y lograr quedar como amigos mientras disfrutaban su ámbito y su música que los conectaba de una forma especial, y a César brincando y riendo alegremente con Zahid mientras compartían esa complicidad que solo los grandes amigos pueden tener. En su mente también repasaba el rostro de Uriel y aunque estar con él y sentirse fuera del mundo en un momento en que podían ser ellos dos sin recordar ni pensar en nada más, un rictus de dolor se formó en el rostro de Cat, abrió los ojos y sacudió su cabeza.

Cat constantemente se repetía que no podía dejarse querer ni querer a alguien, no tan profundo, no tanto, la gente al final era mala, Cat tenía experiencia y aunque quería olvidar sus miedos y entregarse completamente algo siempre la retenía

- Parezco el chiste favorito del amor - musito

- Eso es porque le tienes miedo - dijo de pronto una voz, Cat levantó la mirada y vio a Alex que se acercaba a ella, una vez a su lado se tumbó en el pasto - ¿Cómo te sientes? -

- Podría dormir dos días seguidos sin problema alguno - dijo Cat - ¿A quién demonios se le ocurre levantar el paro de la nada y hacer los exámenes? - 

-Bueno, no podían posponerse más - agregó Alex - Pero tienes razón, fue demasiado injusto, ayer estuvimos como locos saltando y hoy me estoy muriendo - 

- Y así va a ser el resto el día - murmuró Cat

Se quedaron en silencio cuando vieron pasar a una chica, Fernanda quien era conocida de ambas y siempre se  veía bastante alegre sin embargo esta vez iba cabizbaja lo cual extraño a Cat pero le resto importancia

- ¿Vamos? - preguntó Alex mientras se ponían de pie, Cat asintió e hizo lo mismo mientras se encaminaban en dirección a su siguiente clase

Una vez que llegaron ahí Alex saludo a Fernanda la cual le regreso el saludo tímidamente, Alex entró al salón seguida por Cat

- Hola - dijo Cat a Fernanda

- Hola - dijo Fernanda mientras se acomodaba un mechón de cabello detrás de su oreja descubriendo un poco su rostro, fue ahí que Cat pudo visualizar un enorme moretón que se encontraba mal cubierto por maquillaje, Cat levantó una ceja como hacía siempre que algo la extrañaba y Fernanda quien se percató rápidamente desacomodo su mechón de cabello escondiendo el moretón, miro a los lados y entró rápidamente al salón a sentarse en una de las bancas del fondo

- ¿Qué pasa? - preguntó Alex a Cat una vez que esta última llegó a la banca a sentarse

- Nada - respondió Cat extrañada

Obviamente si pasaba algo.

Diego estaba despierto viendo a Sara dormir profundamente, se sentía bastante bien estar a su lado sin nada más en qué pensar, sin embargo se sentía culpable pues no habían asistido a clases a pesar de que habían retirado la suspensión de estás mismas. En ese instante Sara abrió lentamente los ojos y miró a Diego

- Buenos días dormilona - dijo mientras le daba un beso en la frente

- Hola - respondió ella con voz ronca - Tengo hambre - 

- ¿Vamos por algo de desayunar?- preguntó Diego, la chica lo miró y asintió

Ambos se vistieron y arreglaron rápidamente para posteriormente salir a buscar desayuno, iban tomados de la mano y era aún más notoria la diferencia de altura que había entre ambos. Llegaron a un local en el cual había bastante gente, vendían chilaquiles y era bastante famoso por ser bueno

- ¿Me esperas o entras? - preguntó Diego

Sara miró al interior del lugar que estaba abarrotada y negó con la cabeza

- Te espero aquí - dijo

- Espero que no se tarde mucho - dijo el chico mientras le daba un beso a Sara y entraba al local

Sara estaba parada afuera mirando pasar a los estudiantes, realmente la población del lugar donde residían en su mayoría estaba conformada por estudiantes así que no era una novedad ver las calles abarrotadas de ellos, fue así que a lo lejos pudo visualizar una silueta grande, corpulenta y redonda. Sara rodó los ojos y saco su celular nerviosamente fingiendo estar ocupada con el móvil mientras la silueta se acercaba

- Hola Sara - dijo una voz gruesa, la chica levantó los ojos y miró a un chico redondo y alto, se llamaba Armando, era un chico que constantemente acosaba a Sara, es cierto que habían tenido cierta historia en algún punto pero eso había quedado atrás sin embargo el tipo parecía no entenderlo, cabía recalcar que la relación entre Armando y Diego no era la mejor

- Hola - respondió la chica indiferente

- ¿Qué haces aquí? ¿Vas a comprar comida? - pregunto Armando intentando establecer una conversación

- No, me gusta pararme afuera de los locales - dijo Sara con aire burlón

El chico soltó una carcajada que tomó por sorpresa a Sara

- Eres muy graciosa, lo había olvidado - el chico se acomodó las gafas y miró fijamente a través del cristal a Sara, estuvo en silencio alrededor de un minuto mientras la chica enviaba stickers al azar en su móvil intentando parecer ocupada - Te ves muy bonita -

- Y está más bonita cuando está con su novio - se escuchó decir, Sara miro detrás y vió a Diego quien llevaba su desayuno ya empacado en una bolsa y se dirigía hacia ellos - ¿Te dijo algo amor? - preguntó Diego a Sara sabiendo ya a ciencia cierta las intenciones de Armando

- No - respondió Sara

- ¿Qué ya eres muñequita de cristal para que nadie te hable ni te toque? Que quede claro que no es de tu propiedad campión - dijo Armando

- Nunca dije eso - respondió indiferente Diego - ¿Vamos? - 

Sara comenzó a caminar seguida de Diego quien volteo antes de alejarse para lanzar una mirada de desprecio a Armando y prosiguió su camino.

Armando se quedó ahí de pie con los puños cerrados sabiendo que no podía dejar las cosas así.





Amistad a BordoWhere stories live. Discover now