«A veces me dan ganas de rendirme. Pero no puedo, no está en mi sangre.»
Fanfic de Bellamy Blake, de la serie The 100.
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5. Welcome to Trishanakru
Una fuerte puntada en la parte trasera de mi cabeza me regresa al mundo para mostrarme la situación en la que estaba viviendo. Mis sentidos estaban aturdidos, no podía oír más que el zumbido en mis oídos y el mareo conseguía que mi vista estuviera borrosa impidiéndome ver con facilidad donde me encontraba.
Cuando conseguí recuperar un poco de mis sentidos, el pánico invadió mi sistema. No solamente me encontraba sobre un caballo, sino que me encontraba amordazada, atada de pies y manos, incapacitada en todo sentido. Solo podía tener la movilidad de mi cuello, lo cual no era mucho, lo único que podía ver era pasto, árboles, el caballo que me llevaba y una persona guiando al animal.
Mi corazón se aceleraba con cada segundo que pasaba, el miedo no me permitía pensar con claridad. ¿No estábamos solos? Debimos ser tan estúpidos para creer que lo estábamos. ¿No es que la radiación había acabado con la humanidad en el planeta Tierra? Millones de preguntas invadían mi mente, pero sobretodo ¿Qué pasará conmigo?
No quería averiguarlo, no podía ser nada bueno si me tenían atada y amordazada ¿Cómo podría ser algo bueno? En absoluto no, comienzo a pensar en alguna estrategia para escapar. Pero Pike no nos había advertido sobre sobrevivientes del apocalipsis nuclear, solo como sobrevivir ante la búsqueda de agua, comida, una supervivencia básica.
Tampoco podía saber con exactitud dónde estaba, pero con tal de salirme de unas posibles manos asesinas, prefería buscar a mi suerte y conseguir escapar. Primero tenía que conseguir desatarme, tirarme del caballo sería fácil, pero tomaría nada en que aquella persona notara aquello y peligrar mi vida lo más rápido. No sé qué iría a hacer conmigo, cuales eran sus planes. Pudo haberme matado antes, lo cual no lo hizo, sin embargo, ello no me tranquiliza.
Cuando noto que los nudos son suaves, intento calmar mi respiración al ver una posibilidad. Las probabilidades de que falle son altas, mi plan no es tan bueno, pero considerando que estoy sola y no veo más que esa alternativa, es el mejor hasta el momento. Con cuidado de que aquella persona no voltee hacia mí e impida que realice mi plan, comienzo a quitarme el nudo, me apresuro y veo esperanza cuando la soga sede, ahora faltaba los pies, lo cual era la parte más difícil. Podía tirarme y desatarme, pero eso no resultaría en absoluto, el tiempo que me tomaría saltar y desatarme sería el suficiente para que regresara en donde estaba en segundos, si eso no conseguía apresurar las cosas y que me mate en ese instante.
Respiro profundo moviendo mis pies, con cuidado de que los movimientos no ajustaran el nudo, pero una tranquilidad pasea mi sistema cuando siento que es incluso más suave que el nudo en mis manos. El tipo es un inútil o confiado. Quito mis zapatillas, el ruido fue amortiguado por el largo pasto y el ruido de los pasos del caballo, por lo que pude quitármelos con facilidad, y de ahí quitar mis pies del nudo con esmero.
Estaba libre, quito mi mordaza de la boca, y planeo mi escapada. Tenía unos segundos para escapar y llevar ventaja, tenía que tomar la ventaja si no quería que mi plan no resultase. Pensé todas las posibilidades, pero me arriesgué. No estaba lista para morir, no lo estaba. Así que, miro que la persona no voltease, siguiera su andar, y veo mi oportunidad. Apoyo mis manos en el lomo del animal y de un empujón salto sintiendo un fuerte dolor en mis piernas que suben, pero lo ignoro porque como pensé, el animal suelta un resoplido llamando la atención del hombre.
