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Hace algunos días, quizás algunas semanas, la verdad no es muy claro, pero desde entonces existe el sentimiento de que algo no anda bien, es como si tuvieras algo ajeno y estuviera molestándote, imcomodándote, y cuando lo quieres devolver, ya es muy tarde porque ahora tú eres el dueño. No es una gran comparación, pero es mutuo, algo que comparten al fin.

-No fue fácil ¿De acuerdo? Tener que aceptar que algo andaba mal y como sea que estén sucediendo las cosas... No hay motivo para estar aquí.

James mira a Natasha desde su asiento, esperando a que le dé la razón, pero ella simplemente está quita escuchándolo, mirando al terapeuta, que aún trata de entender qué es lo que sucede ahí.

-Lo entiendo, aveces puede parecer complicado, pero si ambos están de acuerdo, tomen en cuenta que es de por sí un gran avance.

-Lo sabemos -menciona ahora Nat, ladeando un poco la cabeza con una sonrisa que no es ni de cerca empática.

El terapeuta apoya la espalda en su asiento, teniendo ahora un amplio vistazo del matrimonio frente a él. Toma aire para la siguiente pregunta, su bolígrafo gira sobre su eje entre sus dedos, James lo observa y no puede entender cómo es qué terminó allí.

-Bien, comencemos ¿Hace cuánto están casados?

-Cinco años -Responde Bucky.

-Seis -lo corrige Nat.

-Cinco o seis años - aclara, ahora sin mirarla.

El terapeuta anota las respuestas en una tabla, la verdad nadie sabe cómo porqué siempre se hace ese procedimiento, tampoco es como si les interese tanto.

-En escala del uno al diez ¿Qué tan felices son en su matrimonio?

-Ocho.

Bucky se reincorpora un poco, dispuesto a protestar y Nat comienza a lamentarse internamente.

-No entiendo que quiere decir con eso -el terapeuta le dirige una mirada inquisitiva -, es decir ¿Extremadamente feliz o solamente eso de plenitud y re-?

-Responda instintivamente, señor Barnes.

-Ocho.

El terapeuta vuelve a hacer anotaciones bajo la mirada atenta de ambos. Cuando termina, levanta la cabeza.

-¿Qué me dicen del sexo?

-No entiendo que quiere que respondamos - Natasha borra esa sonrisa incómoda para ahora fruncir los labios.

-Sí, tampoco yo, es decir, de acuerdo a la escala ¿Es cuestión de uno a diez?

-Bueno -la pelirroja se acomoda mejor en su asiento, interrumpiendo al terapeuta que estaba por contestar, haciendo ademanes para darse a entender -, porque si uno es poco o no es nada, hablando técnicamente, el cero sería nada.

-Bueno, ¿Qué me dicen de ésta semana?

Bucky no se atreve a responder y parece que Nat tampoco lo hará. Es increíble porque ni siquiera son capaces de recordar cuándo fue la última vez que estuvieron juntos. La pelirroja decide mentir, luego de esa mirada insistente que el terapeuta les está dirigiendo, es imposible no hacerlo; finge que está pensando antes de responderle.

-¿El domingo? -pero hay duda en su voz y claramente el hombre que los atiende no sé creé una mierda.

-Bien -es todo lo que dice y Nat libera el aire que no sabía que estaba conteniendo -¿Y cómo se conocieron?

Pero eso es algo que si saben responder y no hay torpeza en sus voces como al principio.

-En Alemania -responde Natasha instintivamente.

Mr and Mrs Barnes » buckynatOnde histórias criam vida. Descubra agora