La clase de oro

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[💥EPÍLOGO🌹]

Fueron las siete en punto cuando el cuarto reservado del bar Maeun Bam encendió sus luces. Los primeros en entrar, de la pequeña multitud ruidosa, fueron los miembros del antiguo grupo de decoración, que temprano ese día se habían reunido a poner bonito el lugar, con globos y decorados dorados y brillantes. La temática, en honor a su generación, era la Clase de Oro. Después de que toda la clase se graduara con impecables calificaciones, en el lejano 2020, las directivas del instituto los habían bautizado con aquel reconocimiento. Si iban a hacer una pequeña reunión de egresados, siete años después, lo mínimo era resaltar aquello que hizo sus años gloriosos.

La líder del grupo, con su cabello largo y ondulado hasta la cintura, sonrió con afecto al ver lo bonito que se veía el resultado del trabajo. El cartel de 'Golden class' al fondo ya no estaba torcido, y todos los globos estaban a alturas proporcionales. Esperaba que las personas disfrutaran del detalle y no hicieran mucho desorden, o estropearan algo; que de algo valiera el estrés al que había sometido a sus compañeros intentando ser precisa.

―¡Wow!

Escuchó de las personas tras suyo.

―¡La clase de oro ha vuelto!

―¡Los extrañé a todos, chicos!

Llenando su corazón con satisfacción por las reacciones, sacó el móvil de su pequeño bolso para contestar la llamada de su novio: Min Seung. Entre los vítores y las personas acomodándose en las largas mesas del cuarto para comenzar a ordenar comida y alcohol, logró escuchar que había llegado, y fue por él a las afueras del restaurante. Vio salir al hombre alto de un taxi, y sonrió yendo hacia él.

―Llegaste. ―exclamó, mirándolo con ojos brillantes―. ¿Te fue bien en el camino?

El hombre, de camisa de mangas y un abrigo gris encima recibió a la chica en sus brazos, resoplando. ―Claro que me fue bien, noona. Me pediste un taxi desde la estación teniendo fichada toda la información del conductor. Estás obteniendo las malas manías de tus padres. ―respondió, y aprovechando a arreglarle el cuello de la blusa, que estaba ligeramente remangado. Ella nunca se fijaba en esas cosas―. Ojalá fuera sólo de uno, ¿cómo le hiciste para crecer siendo tan controladora y desordenada al mismo tiempo?

―Que galante, Seunggie. No estás siendo lindo conmigo. ―espetó, abultando su boca. Quiso bufarle por el reclamo, pero lo reprimió―. Sí, sí... pedí el taxi y quizás... le exigí a la empresa de taxis que me diera toda la información del conductor, ¡pero fue por una buena razón! ―Min Seung estaba rodando sus ojos al escuchar eso―. ¡Es peligroso andar por ahí solo! La criminalidad evoluciona todos los días, y serán tus padres los que acaben conmigo después. Sigues siendo menor que yo.

Seung rio.

―No soy un niño. Deja de tratarme como un niño.

―Obedece a tus mayores. ―contraatacó ella, implacable siempre para discutir y tener la última palabra―. ¿Para qué sales con alguien mayor que tú? ¿Por qué no te fijaste en alguien más? ―bromeó, sonriendo con picardía, sabiendo bien que desde niños, ambos, con sus padres como amigos de años, no habían podido fijarse en alguien más. Amaba fastidiar a Seunggie con eso. Ambos eran el amor de la vida del otro, y eso no iba a cambiar.

―Tienes razón, no debí enamorarme de ti. Fuiste perturbadora desde que le llamaste 'papi' a tu padre.

La chica lo miró con odio, entrecerrando los ojos, y se cruzó de brazos. ―No seas tonto, tenía si mucho cuatro años cuando lo dije. Ni siquiera habías nacido, ¿por qué no lo dejas ir? ¿te gusta hablar de la vida sexual de mis padres? ¿quieres que les pida un trío por ti? Así podrás llamarlo 'papi' también.

Enemigo «KookTae» ©Where stories live. Discover now