🕯 Tócame 🕯

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Se la había pasado el resto de la tarde mirando el techo sin pensar precisamente. No hacía nada más que estar acostada boca arriba dejando que su mente descansara y a la vez se atormentará con todo lo que había pasado con ella. Se sentía presa pero no sabía exactamente del que o porqué.

Tal vez estaba siendo paranoica pero se excusaba diciendo que era una de esas típicas crisis de pre adulto, además no era fácil volver a lo de antes como si nada hubiera pasado, había perdido a alguien muy importante en su vida, y aún le dolía como el infierno.

Quería dejar de ser tan débil, maldiciendo un millón de veces al sentir sus ojos picar, solo de recordar a Yami todo se iba por un tubo, su estabilidad se veía afectada al tener fragmentos de recuerdos con la menor, era su pequeña hermana después de todo y el amor que le tenía era tan grande, nunca le iba a olvidar y por esa misma razón se dijo así misma que estaba bien, estaba bien desahogarse y soltar todo lo malo que retenía, porque más daño le causaba guardarse todo ese dolor.

Valia la pena llorarle a Yami.

No supo en que momento sintió su cuerpo ceder al cansancio y el ardor de sus ojos, solo cayó en un profundo sueño, otro de esos que le causaban muchas cosas. Se sentía tan relajada, descansaba en lo que podía deducir eran nubes por la textura y comodidad que sentía, siendo que en realidad se encontraba en la misma cama de su pieza.

Observó su alrededor, todo estaba exactamente igual, suspiró.

No estaba ocurriendo nada a pesar de ser la misma escenografía en la que sucedía la acción en sus oscuros sueños, hizo un puchero sintiendo decepción, podría sonar a locura pero de verdad ansiaba sentir las manos de aquel chico por su cuerpo.

Aquellas manos que le tocaban con delicadeza y dulzura, mientras se paseaban por sus muslos sacándole suspiros y alguno que otro jadeo, le encantaba los suaves que se sentían pero a veces se confundía al cambiar la textura a tersa, manos tersas.

Agradecía que en ese mismo momento fueran las manos más suaves le estuvieran tocando con tanto afán, no lo vió venir y por un instante pensó que está vez no pasaría.

Había sido tan ilusa.

Miró abajo y ahí estaba él, mirándole con una gran sonrisa pícara que contrarrestaba con aquellos incisivos de conejo que le hacían ver tan adorable.

Así era Jeon Jungkook, una mezcla de seriedad con perversión. O al menos eso era lo que Gguk quería que ella pensará.

Pasó un lapso del tiempo en el que se sintió perdida y ensimismada en las caricias que eran impartidas por su cuerpo que no tomo mucha importancia al hecho de que al abrir los ojos que permanecían cerrados para mejor deleite, pudo percatarse de la ausencia de ropa que presenciaban en esos instantes, deseaba con ansias al azabache.

—J-Jungkook, por favor..—. dijo en un hilo de voz suplicando por más, el chico parecía muy entretenido besando su cuello, marcando esa parte de su anatomía que si se ponía a pensar por lo seguido que hacía esa acción tal vez le gustaba mucho.

Y ella no podía quejarse pero se sentía impaciente, lo necesitaba a la de ya.

Sintió su cuerpo colocándose por encima del de ella, y sus manos por inercia como si fueran imanes y su anatomía metal buscaron la tersa piel, quería acariciarle con ganas. Sabía de sobra que él se encontraba igual que ella, desnudo y sudoroso todo lo sabía por el simple tacto que sentía en sus manos, pues extrañamente no podía verle.

Jamás podía verle el rostro.

No obstante sentía aquella pesada mirada llena de hambre junto a la sonrisa que le brindaba, y eso era suficiente para ella, era Jungkook.

Quiso gritar del placer al sentirlo dentro, tan grande y haciéndose espacio en su interior, era maravilloso el maldito placer que le causaba solo las simples estocadas que el chico hacía. Mina para eso no sabía controlarse, gritaba y gemía su nombre como nunca, o como siempre lo hacía en el sueño.

—Más, tócame más..—.pedia más sin pudor, sin vergüenza alguna y supo que le divertía al joven por la pequeña risa burlona que dió junto a una estocada, había utilizado mucha fuerza.

Todo se sentía tan mal y sucio pero no sé sentía con las fuerzas para pararle.

Poco después sintió desfallecer junto a una sensación de liberación, respiraba agitada y quería con urgencias acurrucarse en un abrazo con su acompañante, pero como siempre este solo se quedaba expectante o hasta que ella durmiera, no se sentía conforme.

Nunca le besaba, nada pasaba más de caricias o sucias acciones. Pero ni un mísero beso.

Uno con el que comenzaba a fantasear, intentando acercarse el chico no se movía. Se sintió decepcionada pero aquella amarga sensación no evito que cayera rendida.

Gguk se sentía igual o peor, sabía que algo faltaba, algo más explosivo y satisfactorio después de todo lo hecho previamente.



—Pronto podremos hacer muchísimas cosas más ama mía, y no podrás decir que no o escapar... no... Tú no.

Gguk se había hecho una promesa, cuidaría de Mina más que con Yami, o eso intentaría pues no sabía que todo se le saldría de control.

𝐉𝐞𝐨𝐧'𝐬 𝐌𝐨𝐧𝐬𝐭𝐞𝐫; JJK [+18]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora