Era un vampiro, por el amor acongojado,
viviendo entre criaturas atadas a su cruz.
Ni en mil años se había enamorado,
mas de un bello mortal, lo atrajo con su luz.
Su amor me alimentó de forma desenfrenada
y transformó sus torpes palabras en ternura...
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Sus ojos se ilumino al compás del movimiento que tuviera, una amenaza detras de sus espaldas.
La preocupación de ser descubierto era incierta, manteniendose quieto al voltear su mirada, solo se cubrió entre sus alas, para no ser lastimado ante la amenaza de la sombra más grande que el vampiro, volteando su rostro, se dio cuenta que era un inofensivo gatito blanco, con ojos azules y hermoso pelaje, traía un ratón de tela en su patita, pareciendo adorable y juguetón, al acercarse al inofensivo gatito sólo fue amable con el tierno felino...
-¿De dónde saliste, quién es tu dueño?-el inofensivo gatito, siendo muy tierno solo ronroneo al murciélago.
-Vamos, ¿por donde entrar a tu casa? -el gatito dio una vuelta de 380 grados queríendo jugar con Tae.
-Vamos gatito, ¡llévame adentro!-el inofensivo y adorable felino, fue al camino donde podría entrar a su casa.
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Con sus patas largar trepó hasta una ventana de lo alto de la mansión, al verlo entrar vio una gran habitación oscura con una luz de linterna que solo reflejaba aquel escritorio, donde habían varios libros y una laptop.
Al entrar, el felino se recostó en aquella cama, viendo una habitación ordenada en medio de la oscuridad, con muchas cosas interesantes, había un libro de historias de cosas góticas y diferentes que no podría imaginar leer, solo podría ser de un chico rudo he intrepido, sin nada que ver con aquel felino de color blanco, que solo lo miraba al pequeño murciélago. 🦇
Al ver lo interesante que podría ser ese espacio, se dio cuenta que era la habitación de Jin, siendo que había una foto de él en el escritorio de estudio, su sorpresa fue tan sorprendente que viendo aquella foto, se transformó en vampiro para poder cargarla...
-Ohhh...¡mortal! al fin te encontré, se donde duermes y gozas de tus sueños por las noches, ahora te visitaré todas las noches y velare tus sueños, aunque no vuelvas acordarte de mi-el pelinegro solo miro a la ventana, viendo a la luna brillante, sus colmillos lambio con su lengua, el felino atento, porque se acercaba alguien a la habitación.
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