El famoso detective de Baker Street

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Atrapó en el aire el libro que se había resbalado y lo volvió a apresar contra su pecho junto a los demas, dejando salir un suspiro. Salió de la biblioteca y cruzó el campus hasta el edificio de habitaciones, subió las escaleras hasta el cuarto piso y entró en la habitación 221. Dejó los libros sobre el escritorio que le pertenecía y se tiró en la cama mirando al techo, pero enseguida se levantó cuando algo se clavó en su espalda; una tapa de botella. Revisó el cuarto con la mirada y encontró la botella plástica asomando bajo la cama de su compañero de habitación. La lanzó con dos dedos hacia el sector ajeno y volvió a acostarse.

Ese día le habían asignado un proyecto en su clase de Literatura, debía leer tres grandes obras literarias y desglosar las historias en un largo trabajo escrito a mano. Tenía varios meses para acabar y entregarlo, pero ganas era lo que le faltaba.

Alzó la cabeza cuando su compañero entró al cuarto oliendo como gimnasio abarrotado. Se cubrió la nariz y lo vio sentarse en la cama.

–Apestas

–Dimos un buen partido, vale la pena

El chico se llamaba Greg, era parte del club de fútbol de la universidad. Tenía cabello castaño pero se lo había pintado de plata para ser "mas genial", era cómico y un buen amigo, aunque parecía no saber de higiene personal. Se quitó los zapatos deportivos y dejó caer su cuerpo sobre el colchón tal como lo había hecho John.

–Estoy muerto

–Mira mi escritorio

Desde su cama Greg alzó la cabeza, el solo ver esos libros le provocó mas cansancio. Soltó un quejido y devolvió la cabeza a la almohada.

–¿Por qué los profesores hacen eso? Tenemos una vida también

–Ellos no. Viven para revisar trabajos

–Ser profesor debe ser muy aburrido

John le dio la razón a su amigo con un asentimiento de cabeza. Se levantó, estiró la espalda y tomó asiento frente a su escritorio. Greg se dio la vuelta para descansar después de tan arduo partido. El rubio tomó uno de los libros junto a un lápiz y hoja para hacer anotaciones y comenzó a leer.
Las primeras palabras que vieron sus ojos fueron "El sabueso..".

🎻🎻🎻

Lo despertó un ruido insistente de pasos. Separó la cabeza de sus brazos viendo que había caído dormido en el escritorio, los tres libros que había tomado estaban frente a él recordándole su tedioso trabajo. Los pasos seguían retumbando en sus oídos, como molestas moscas que interrumpían su sueño. Pasó una mano por su rostro y suspiró cansado.

–Greg,creí que estabas dormido

Se apoyó contra el respaldo de la silla y estiró los brazos, al bajar la mirada y ver las hojas en blanco se frustró; cayó dormido sin escribir una sola palabra. Pero ese no era su trabajo, la hoja de notas estaba a un lado con el lapiz encima, lo que estaba vacío era el libro. Bajó las manos para tomarlo, totalmente confundido, y lo revisó rapidamente, no había un rastro de tinta en el.

–¿Qué...?

Los pasos seguían. Cerró el libro de un golpe y giró para protestar, pero vio a su amigo dormido profundamente en su cama. Eso lo puso alerta, volteó lentamente el cuerpo y contuvo la respiración cuando vio a un hombre desconocido en su cuarto. Se levantó de forma brusca y tomó las tijeras del escritorio para apuntar al extraño.

-¿Quién eres?

Miró de reojo la ventana, era de noche. Pateó la cama de Greg para despertarlo pero debió saber que no lo haría, el chico tenía el sueño pesado. El hombre lo ignoró y siguió con lo que parecía una búsqueda por la habitación. No parecía ser un profesor, y si lo era, entonces uno muy anticuado. Llevaba un traje de tres piezas, zapatos formales, un largo abrigo con capa a cuadros y un ridículo sombrero con visera.

וAnti-héroes Literarios•×Donde viven las historias. Descúbrelo ahora