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Tomé mi guitarra y subí al escenario, hacia el cual miles de fanáticos gritaban nuestros nombres. Me senté en una silla alta que habían dejado para mí y me posicioné para comenzar a tocar, pero papá tomó mi mano y me miró a los ojos.

- Sé fuerte, cariño. Prometo que nunca dejaré que se lleven la luz de tu mirada.

Dicho eso, comenzó a cantar y los demás tocamos nuestros instrumentos.

Esa canción me hacía emocionar cada vez que la escuchaba. Siempre sentí que había sido escrita para mí, por muy loco que suene, pero así lo sentía. Y eso era.

A medida que la canción transcurría, las lágrimas caían por mis mejillas. Tanto papá como yo estábamos llorando.

Hace algunos años, antes de conocerlo, vi una entrevista suya donde le preguntaron acerca de esa canción. Él contestó que la había escrito para alguien pensando que ya no le quedaría mucho tiempo en este mundo debido a los problemas que estaba atravesando con su salud, tanto mental como física. La canción era para mí. Sólo pensar en la posibilidad de que pude no conocerlo nunca me provocaba un horrible cosquilleo frío en la espalda.

Cuando terminó, dejé mi guitarra y me eché a sus brazos.

- No sabes cuánto te eché de menos todos esos años, cariño - susurró en mi oído, con la voz entrecortada por las lágrimas.

Luego del emotivo momento, llamó también a Bandit al escenario y la cargó en brazos.

- B, hay una canción que a ti te gusta mucho, siempre la cantas y es una que papá escribió para mami. ¿Cómo se llama?

- Summertime - dijo tímida en el micrófono, se oyó un suspiro colectivo de ternura en el público.

- ¡Muy bien!¿Me ayudas a cantarla para mami?

Yo me paré y fui hacia las bambalinas para traer a mamá hacia el escenario. Dio un beso a papá y nos abrazamos.

Agradecía todos los días por mi familia. Por tenerlos a todos conmigo. Durante muchísimo tiempo sólo fuimos mamá y yo, y ahora éramos cuatro. Agradecía por tener a mi mamá, mi mejor amiga que estuvo siempre conmigo a pesar de todo. Agradecía por tener a Gerard, que era un padre excepcional con el que podía contar siempre para lo que sea, agradecía porque ellos me dieron a Bandit, mi hermana y mi debilidad, la niña más dulce y adorable que conocí jamás.

Comenzamos a cantar y tocar Summertime, la canción que papá escribió para Lindsey hace muchísimos años.

Nunca conocí a dos personas tan enamoradas como Lindsey y Gerard. Cruzaban miradas entre ellos que delataban demasiado amor como para poder disimularlo. Se apoyaban mutuamente en todo, se animaban siempre y aspiraba a tener a alguien en mi vida que me quiera como ellos se querían. Sin condiciones, sin límites de tiempo, sin obstáculos.

Una vez terminado el concierto, estábamos en los camerinos con los chicos y sus familias. Los adultos iban a cenar juntos y yo me llevaría a Bandit conmigo a casa.

Nos despedimos de todos y salí del camerino con mi hermana, cuando se adelanta corriendo.

-¡Andy!

-¡Hey, Bandit!¿Cómo está mi artista favorita?

Levanté la mirada de mi celular y casi me caigo de culo al ver al sujeto que estaba cargando a mi hermanita.

- Tú debes ser Vanya, ¿No?

- S...sí. Hola... Eres...

Una voz detrás mío nos interrumpió.

-¡Andy!¡Qué gusto verte!

- Hola, señor Way, felicidades por el concierto, estuvieron increíbles.

Famous Last Words II • Gerard WayWhere stories live. Discover now