Cap 13

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El día estaba culminando y aunque mantenía una actitud neutra frente a Carmen que miraba una película en el televisor de la habitación, estaba muy animada por todo lo que en un solo día había conseguido saber.

Si solo un día fuera de esta habitación había resultado más productivo de lo que pensé, en un par de veces más podría encontrar hasta una salida mágica.

Había empezado a armar un plan en mi cabeza. Y lo primero que debía a hacer era hacer como que si la sola presencia del rubio no me irritaba, sí bien el miedo que le tenía también era un problema dejaría la piel en ser la persona más convincente para que el no sospechara nada. “Caería en sus encantos” ese era el plan, ese era mi boleto de salida y al mismo tiempo la manera que tenía de molestar a la pesada de Dana.

La puerta de la habitación se abrió abruptamente haciéndo que Carmen se levantará inmediatamente de la cama, yo por otro lado solo miré la puerta, él era el único que entraba de esa manera, y aunque sí me tomó desprevenida me mantuve quieta en mi lugar sin decir ni hacer nada.

Sabía a lo que venía, en nuestro encuentro en la mañana le había dicho a Carmen que debía hablar con ella frente a todas en la cocina incluyéndome a mí, y no se era necesaria tanta inteligencia para saber que era por mí, así que debía tratar que no fuera tan duró con Carmen.

Entró en la habitación cerrando la puerta a sus espaldas.  Camino hasta tomar el mando de la tv y la apagó, se paró frente a la cama con los brazos cruzados sobre su pecho. Aún llevaba la camisa negra de la mañana pero ahora tenía las mangas dobladas hasta los codos.

Puso su mirada sobre mí unos instantes en los que se la sostuve sin mediar una sola palabra.

––¿Por que lo hiciste Carmen? –– preguntó con calma poniendo su fría mirada sobre ella. Carmen abría y cerraba la boca intentando decir algo que moría antes de llegar a su garganta ¿Tanto miedo le tenía?–– ¡¿Por qué lo hiciste, maldita sea?!

Me sobresalté ¡era un jodido animal! ¿Como era posible que de un momento a otro pasara de estar calmado a gritar como lunático?

Carmen estaba a punto de llorar y me sentí culpable que le estuviera hablando de esa manera por mi culpa.

––Fue mi culpa–– dije levantándome de la cama. Volvió a poner su mirada en mí. Miré a Carmen y ella negaba varias veces. Yo la había manipulado para que me dejara ir con ella, sería muy ruín de mi parte dejarla lidiar sola con esté cavernícola.–– necesitaba aire fresco y le insistí. le supliqué que por favor me dejara ir con ella. No le grites. No se lo merece.

––¡Eso no la justifica!–– volvió a gritar hacia ella–– ¡Yo dí una órden y se debe cumplir al pie de la letra!

––Prometo que no volverá a pasar...

––¡Callate de una jodida vez, Ámbar!

Para estas alturas podía escuchar los sollozos de Carmen, y entonces mandé todo a la mierda. Mi paciencia, mi calma y hasta el plan podría salir jodido.

––¡Eres un maldito hijo de puta!–– igualé su tono desde mi lugar, él me miraba con furia pero ni eso, ni el miedo que le tenía me detuvo–– ¡Un maldito desagradecido! ¡¿Como puedes hablarle así a alguién que te ama como si fueras su hijo y que ha dejado atrás todo para dedicarse a tí?!–– grité refiriéndome a la hija de Carmen.

Él se acercó a mí a paso lento con agresividad, con altanería, estaba cegado por la ira, y aunque estaba muerta de miedo también estaba enojada y no despegué mi mirada de la suya ni siquiera cuando llegó hasta a mí y me miró desde su predominante imponente altuta.

No Puedes Escapar De Mí.©Where stories live. Discover now