Me desperté sobre las once y cuarto de la mañana y me quedé tumbada en la cama un rato más para acabar de despertarme. Ojeé mi instagram como de costumbre hasta que al rato me aburrí. Dejé mi teléfono a un lado y me levanté de la cama. Entré al baño y me di una ducha. Salí con el albornoz puesto y me peiné el pelo. Me hidraté la cara como de costumbre y busqué algo de ropa de mi maleta. Agarré lo primero que vi y me vestí así:
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Me perfumé y salí del cuarto con mi teléfono y mis llaves en la mano. Bajé al salón y me encontré a mi padre ahí sentado en el sofá mirando la tele.
Yo: buenos días papá (le di un beso en la mejilla)
Papá: buenos días hija mía (me dio un beso en la frente)
Yo: ¿cómo estás?
Me senté a su lado.
Papá: bien, pero un poco triste porque ya te vas.
Yo: volveré en unos días, después de solucionar las cosas.
Papá: ¿de verdad?
Yo: te lo prometo. Se lo diré a Rauw, a ver si se quiere venir.
Papá: vale. Dile también a los chicos que vengan, no los conozco a todos.
Yo: de acuerdo, se lo diré. Bueno, ¿ya has desayunado?
Papá: sí, te he dejado un par de tortitas en la cocina.
Yo: de acuerdo, gracias. Voy a desayunar.
Papá: de acuerdo, que te aproveche.
Yo: gracias.
Me levanté del sofá y me encaminé a la cocina. Me preparé el desayuno y desayuné. Cuando acabé recogí el pequeño desorden y volví con mi padre.
Yo: quiero ir a ver a mamá y a disculparme con ella.
Papá: me parece bien, cariño.
Yo: gracias. ¿Me pasas su dirección?
Papá: sí, ahora te la mando.
Sacó su teléfono y tecleó sobre el.
Yo: ¿me dejas tu coche?
Papá: sí, toma (dijo distraídamente)
Sacó las llaves de su bolsillo y me las dio mientras él seguía mirando y tecleando su teléfono.
