Capítulo 20

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18 años antes...

Hogar de los Watson.

<...Y estas son las medidas que empezaremos a llevar a cabo. Somos conscientes de que será un proceso riguroso, pero esperamos que entiendan que lo que hacemos es por el pueblo...>

¿Puedes creerlo?

Por televisión un Teniente General está dando un discurso. La tensión se puede sentir en todo el país, se sabe que habrá caos. Por una sencilla razón, no todos los militares están de acuerdo con la medida que se tomó.

Sheyla mira a su esposo, que está sentado en el sillón con una copa de vino en la mano y con el control remoto en la otra.

No me sorprende, ya se venía hablando hace tiempo. Además, esto se estaba descontrolando.

En eso no mentía, la gente sufría de hambruna, la economía estaba hecha pedazos, el que podía huía del país, todo era un desastre.

Ya sé lo que era, Javier.

Su esposo no pareciera prestar mucha atención. Ella se levanta enojada del sofá y, se dirige hacia él. Le agarra el control y lo tira para atrás, se cruza de brazos, y levanta sus cejas.

¿Lo estás justificando?

Éste la mira y, si no fuera por la situación, le diría lo hermosa que se ve, con el pelo rubio cayendo por sus hombros y, con sus ojos verdes que combinan con su piel bronceada. Pero sabe que es preferible no hacerla enojar, menos ahora que está embarazada, aunque apenas se le note.

Cariño...

No me llames "cariño".

Esta vez, le saca la copa de vino y tira su contenido en una de las masetas. La deja sobre la mesita y, lo vuelve a observar. No entiende cómo puedes estar tan tranquilo, ahí tirado en el sofá como si nada estuviera ocurriendo.

Javier es del Norte, por ende, es más mestizo y más enojón. Si bien tiene el pelo bien corto, se nota que es castaño oscuro, y sus ojos marrones, que ahora la miran fijamente, la hace perder los estribos.

Sheyla, sabíamos que iba a pasar, incluso estábamos ahí cuando escuchamos al Teniente hablar, eso no significa que lo justifique.

Javier la agarra de la cintura y la coloca sobre su regazo.

Yo no quiero que mi hijo o hija crezca en un país así. ¿Cómo recuperaremos nuestra libertad, Javi?

Éste percibe su preocupación, si bien hay varias cosas que podrían hacer, conociendo a su esposa y a él mismo, saben que tienen una única opción.

Luchando, como siempre lo hicimos.

Ambos se miran a los ojos, saben todo lo que conlleva luchar. Ellos son soldados, incluso fue en el combate donde se conocieron, durante un enfrentamiento con un país del sur.

Sheyla, le salvó la vida, y desde entonces siempre pelearon codo a codo, nunca abandonaron a nadie, y jamás dejaron de ser leales.

Pero eso estaba a punto de cambiar.

Hogar de los Egeo

Mamá, ¿Por qué papá está enojado?

El pequeño Héctor alternaba su mirada entre el televisor y sus padres. La madre vio a su hijo pequeño, su pelo negro caía hasta cubrir sus orejas y, sus ojos azules la miraban con curiosidad.

Los Secretos de SvalnarDonde viven las historias. Descúbrelo ahora