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Una sonrisa adornó sus labios al leer aquel último mensaje antes de guardarse el móvil en el bolsillo de su pantalón, regresando su atención a la puerta que el guardia del edificio abría para él al verlo con las manos ocupadas, agradeciéndole el gesto con un pequeño asentimiento de cabeza antes de seguir el camino hacia su oficina.

Se había levantado temprano porque su jefe le había dejado claro que nunca antes se había despertado antes del almuerzo en su cumpleaños y este día no iba a ser la excepción, ni aunque fuera él quién se encargara de llevarlo todos los días al trabajo, esta vez estaba por su cuenta pero a Taehyung no le molestaba, estaba muy agradecido con él por desviarse todos los días y recogerlo puntualmente en la entrada del edificio donde se situaba su departamento para llegar juntos al trabajo. No sabía cuándo habían comenzado esta pequeña costumbre, pero no podía quejarse, hace no más de dos semanas le era imposible sostenerle la mirada a su jefe, pero no lo culpen, entendemos que se sienta abrumado por trabajar a un lado de una de las personas que más admira.

Apenas han pasado dos semanas desde que le dieron el empleo, pero parece que se conocen desde hace años, a veces se pregunta qué fue lo que llamó tanto la atención de el a su jefe para que insistiera tanto en ser amigos, y tampoco sabe cómo fue posible que en tan poco tiempo hayan creado una relación tan fuerte, pero solo pasó. La primera vez que salieron a comer juntos fue lo que desató su amistad, compartían su hora libre de trabajo para llegar a conocerse más, sin contar las horas que pasaban juntos en su oficina compartida, donde su jefe se encargaba de hacer bromas de vez en cuando, provocando que el menor se sintiera cómodo y en confianza. La primera vez que salieron fuera de su horario laboral fue a un restaurante, de aquella interminable lista que le había hecho Jeongguk, que para su suerte, el mayor conocía pues solía frecuentarlo con sus tan mencionados amigos, y después se hizo su pequeño ritual. Visitaban un lugar diferente todos los días, ya fuera a la hora de la comida o al terminar su trabajo, incluso habían comenzado a salir los fines de semana.

Taehyung no sabía que era posible poder llegar a confiar tanto en alguien en tan poco tiempo, al punto de compartir secretos, salir todos los días y simplemente pasarla bien compartiendo su tiempo juntos, pero Seokjin le había mostrado que era posible. A veces se preguntaba si era porque era su primer amigo en la vida real, por su puesto que tenía a Jeongguk y Jimin, pero las cosas no eran iguales, con ellos no podía pasar el rato y visitar nuevos lugares como con su hyung, era una nueva experiencia y no le desagradaba para nada la idea de tener alguien cerca en quien pudiera confiar.

Es por eso que ahora mismo se encuentra caminando cautelosamente hacia su oficina, sosteniendo un pastel en una mano mientras en la otra sostenía la bolsa de aquel regalo que había comprado con la ayuda de Jeongguk, no era mucho pero era lo único que podía hacer por su hyung, al menos de aquella manera le demostraría que es afortunado de tenerlo en su vida, o al menos ese era el mensaje que quería darle. Lo primero que hizo al salir de casa fue ir al centro comercial, donde intercambió unos cuantos mensajes con su mejor amigo para que le ayudase con el regalo, pues la videollamada del día anterior donde se suponía lo ayudaría, había sido interrumpida por el cumpleañero, así que una vez hecha su compra, se dirigió a la pastelería que estaba cerca del edificio de su trabajo, donde después de una pequeña discusión con sus amigos entre cuál pastel comprar, se decidió por escuchar al menor de los tres de nueva cuenta. Tenía que agradecerle por haberle ayudado tanto aquel día, no podía olvidarlo.

La pequeña sonrisa que adornaba sus labios al saludar a sus compañeros de trabajo se desvaneció al llegar al piso donde trabajaba cuando vio a lo lejos la figura de una persona entrar sin permiso a su oficina, causando que su ceño se frunciera y acelerara su paso. Había calculado su tiempo perfectamente, aún tenía tiempo de sobra antes de que su turno comenzara, era imposible que alguien estuviese buscándolo a él o a su jefe pues el horario laboral aún no comenzaba, a parte, ninguna persona estaba autorizada para entrar a aquel lugar.

¿Qué hice? (Taegi/Yoontae AU)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora