Desagradable sopresa y recuerdos buenos.

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Mo había llegado a su apartamento, uno muy cómodo con los justo y necesario para una persona que vivía sola y no era amante del lujo excesivo, dejo las llaves sobre la mesa, encaminándose hacia la habitación con cansancio, el efecto del relajante muscular poco a poco iba desapareciendo, aprovecho para darse una ducha y pensar en lo mucho que cambiaría su vida de ahora en adelante, la decisión estaba tomada, trabajaría como agente de narcóticos y fiscal, sonaba demasiado bien ese título, Agente y Fiscal Mo Guan Shan.



Era lo ideal, era su zona de confort, lo ayudaría la experiencia que tuvo en el barrio, las veces que se vio obligado a vender drogas, robar, humillar y cobrar, porque era así, el sentía que todo aquel criminal que cambiaba su modo de vida debía pertenece al cuerpo de la ley, porque se sabían las reglas de una simple comunidad violenta o las calles repletas de ellas.



Con aquel pensamiento de justicia, valor y valentía salió de la ducha directo a su habitación en la misma pudo observarse y definir un criterio de el mismo, estaba delgado, se miraba más pálido y dónde se supone que iban sus aretes ya la piel había cicatrizado.



Eso le traía recuerdos que lo guiaba a su closet, entre uniforme y camiseta la encontró, edición limitada, año 2015, Marca Adidas con las típicas rayas negras en las mangas y el logotipo en el pectoral derecho, no se había deteriorado mucho, conservaba la misma fragancia, esa que alguna vez He Tian le había regalado, en sus bolsillo estaba una cajita de color roja terciopelo, dentro un anillo que tenía historia y lo aretes negro, que hasta hace un año atrás se había dado cuenta que eran de oro negro, algo muy costoso y que solo las personas con muchos ceros en su cuenta podían tener.



-Maldito Tian y su obsesión con los lujos, le hace falta unas clases de humildad.- Expreso en susurros, mientras volvía a guardar los objetos y sentía una extraña presión en su pecho. - Te odio con cada célula de mi piel.




Jian Yi disfrutaba de un cigarro en la comodidad de su salón de arte, si era una práctica que estaba bien oculta, era una especie de habitación secreta donde había miles de cuadro, con paisajes, sentimientos, incertidumbre y los pocos momentos felices que había quedado en el tiempo, en su mano un pequeño vaso, delgado y alargado, estaba lleno un líquido transparente, era Sake el mejor de todos y la bebida favorita en Japón, uno de los gustos que había adquirido en una de las tantas reuniones con la mafia.



Estaba un poco tocado, sin estar ebrio, necesitaba fuerza de licor para enfrentar al hombre que nunca ha dejado de amar, termino el cigarro y de golpe se tomó el sake, miro una vez más su cuadro donde ya hacía Zhan Zhen Xi dando la espalda, como siempre, Jian Yi a lo largo de su vida fue lo que más vio de ese chico, su espalda porque siempre estuvo ahí, atrás, esperando mísero amor que al final terminó mal.



Se dirigió a su habitación, ahí escogió una prenda sencilla, pantalón deportivo, zapatos de igual forma, un suéter y su cabello recogido, llegar al lugar de encuentro fue lo más fácil, al verlo actuó neutral y como punto de encuentro escogieron un pequeño café.



-Tu cabello, está más largo desde la última vez que te Vi. - Comentó con naturalidad Xixi.



-Protocolo de belleza, mi manager y fotógrafo lo exigen. - Miraba su café, para luego observar al joven frente a el.



-Si, he visto la revista, en mi opinión creo que te exhibes mucho. - Argumentó con un deje de molestia.



-Puede ser, veo que te va de maravilla en tu trabajo como fiscal. - Se sentía incomodo, no era lo mismo de antes, todo había cambiado, la tensión era mucha.



-Si, me va bien, quiero aclarar una duda. - Lo analizo mirando sus ojos con detenimiento. - ¿Por qué mataste al Ministro de Salud Jhon Jeff?

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