Regreso.

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Los niños estaban dormidos, habían pasado las 5 horas, junto a los niños estaba un bolso con lo suficiente, y sus consolas para el largo recorrido, los vigilaba desde la sala a través de una tablet, disfrutaba de un tequila tratando de conservar una falsa paz, sabía lo que se avecinaba, Cutt Buzz no le respondía las llamadas, y Jian Yi le había dejado un mensaje claro a su hijo. 

Tomó entre sus manos la copa y la bebió de golpe, logrando que la sensación líquida, agria y fuerte pasará a través de su garganta, necesitaba de esa sensación fuerte para enfrentar al peor de los demonios.

En la mesa estaba su pistola, regalo del mismo He Tian cuando entro en aquel mundo, era una Beretta, traída desde Italia con su inicial marcada en el mango del arma, era negra, estaba cargada y lista para cualquier situación, la sostuvo entre sus manos, dejándola de nueva cuenta en la mesa.

—Recuerdo que muchas veces, nos íbamos al bosque escapado de mi padre, para practicar tu puntería, así yo me sentía más tranquilo cuando te tocaba viajar. — Audaz como un gato, se encontraba sentado en el sofá, su semblante era frío, calmado, peligroso, enmanaba autoridad, odio y rencor, una careta de completa neutralidad. — Hola Mo.

Ahí estaba, era real, mostraba sus modales, su elegancia, entre sus dedos el interminable vicio hacía la nicotina, su mirada era sombría, la sonrisa de victoria daba escalofríos, seguía igual de guapo, atrayente, todo un hombre de verdad, parecido al vino mientras más sean los años mejor, por legalidad era su esposo porque habían firmado un papel, era su amante porque aún no deseaba, era su amigo porque nunca lo dejaría mal. Era su amor porque su corazón no dejaba de latir con euforia, anhelo, pasión, definitivamente era el.

—No vas a decir nada, o es que ya no hablas. — Expresó de forma bromista, sin dejar de ser cruel y directo.

—Si quieres a tu hijo, está ahí, en la habitación, es un niño un poco complicado, no pude evitar pegarle alguna malas costumbres, pero es un niño, aprende rápido. — Respondió de manera automatica, mientras se levantaba para alejarse de él.

— No puedo alejar a mi hijo de su padre, ¿Para que criarlo entonces? Tu y el vienen conmigo, y verás que seremos la familia perfecta. — Sonrió, con sinceridad, ese sueño se escuchaba demasiado bien, y más si eres junto a su pelirrojo.

—¿Perfecta? No me hagas reír, nada más con las reglas de tu padre, tu insoportable ego, tus ofensas, y tú forma de ser, es suficiente como para que cualquier ser humano quiera huir de ti. — Respondió de forma agria, cuando intento tomar su arma para guardarla una mano pesada cayó sobre la de el.

Tian sujeto su mandíbula y lo estampó contra la pared, estaba muy volátil, por ende aquel comentario en cuestión de segundos lo había sacado de su zona pacífica.

—Pues no hiciste nada por huir, este cuerpo de zorra que tienes en cierto punto anhelaba sentir mi toque, vienes conmigo a China, así tenga que llevarte muerto. — Beso sus labios con furia, dejándose llevar por el deseo que le provocaba ver a Mo bajo su mano, sin poder hacer nada.

Este como reflejo mordió su labio con fuerza, ocasionando que se alejaran con brusquedad, lo que nunca espero fue recibir una fuerte bofetada, la cual hizo girar un poco su cabeza al lado, y quedar en esa posición, con frustracion lo vio de nueva cuenta, y fue con los chicos.

—Hey niños, arriba, vamos a viajar en primera clase para conocer a sus abuelos en Beijing. — Esto como impulso se levantaron emocionados, y tomaron cada uno una mochila.

Y ahí se encontraron, cara a cara, verde contra gris, se miraban con asombro, confusión y tal vez un poco de ansiedad, Liu miraba a su progenitor con muchas incógnitas, pero a sabiendas de quién era, y para que estaba ahí.

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