Con la vida no se juega.

334 45 11
                                    

Era un lugar oscuro, le hacía recordar aquel sitio donde una vez lo llevaron cuando aun era estudiante, solo había una pequeña diferencia, este parecía un laboratorio, el hombre a su lado lo tenía esposado, frente al rubio ya hacía su esposa, la cual al verlo fue liberada de manera inmediata, sin darle tiempo a darle ánimos o decirle que todo estaba bien, Jian Yi no argumentaba nada, después de todo tenía la leve sospecha de quienes se trataban.

—Es gratificante tener al modelo mejor pagado de China en mis aposentos.— Le dio la bienvenida con una sonrisa amarga, dejó claro.— Y el asesino de unos de los hombres más importante de este país, si, estás de vuelta.

—Déjame adivinar, típico de la películas de acción, de seguro eres el hijo del cerdo, o un sobrino, alguien importante, quieres cobrar venganza y por eso haces este Show. — Se acomodo en una silla y cerró los ojos, solo debía conservar la calma, era la mejor enseñanza de Qiu.

—Eres un imbécil, pero como veo que aceptas tu final, es hora de disfrutarlo. — Lo tomó del cabello con violencia y lo llevaron a una camilla. 


3 doctores en total lo rodeaban, el chico estaba curioso, asustado, nervioso, pero lo cubría con la típica expresión de frialdad que le habían enseñado a mostrar, lo despojaron de su ropa y procedieron a inyectar su vientre, luego su brazo, por último su estómago, el dolor era desgarrador lo hacía gritar como nunca antes, por primera vez en mucho tiempo lloraba, maldecía y sollozaba con dolor. No sabía si había pasado minutos u horas, solo sabía que se estaba muriendo por dentro.

De un momento a otro hubo silencio, su cuerpo se libero de la tensión, el aire entraba con libertad, y su piel que estaba con una leve capa de sudor respiraba con algo de dificultad, pero anunciando que estaba vivo.

—Eres fuerte, mucho, pero vamos a ver si de ahora en adelante vas a soportar el hecho, de que eres un fenómeno. — Sujeto su cabeza con fuerza y la azotó con rudeza, logrando así su objetivo, atacar aquella zona que haría desaparecer recuerdo.

Jian yi se levantó, estaba en su hogar, su inmenso hogar, miraba a su alrededor su habitación era iluminadas por la luz gris, los días en Beijing se estaban tornado cada día más grises, es como si el cielo estuviera cansado de tanta gente muriendo y tanta contaminación ambiental.

—¿En qué piensas? — Pregunto con suavidad el chico castaño, mientras tomaba su mano que estaba fría. — ¿Cómo te sientes?

—Confuso, recuerdo que estaba contigo, luego un lugar y de ahí todas son las lagunas, ¿Dónde está mi esposa? — Se levantó tocando su abdomen que estaba morado, como si fueran golpeado con furia en esa zona.

—Sientate, cálmate y hablaremos, aún estás herido. — Como pudo lo ayudo a ubicarse de nueva cuenta en la cama y lo miró con tristeza, el no era bueno dando malas noticias. — Gerania Black murió, luego de recibir un tiro en el corazón, lo siento mucho. 


El rubio, lo miró con frialdad, estaba impactado, su corazón dolía, y la rabia se apoderaba de el, pero debía ser audaz, debía conservar la calma, aquella mujer sabía a lo que se enfrentaba, aunque era una perdida dolorosa, eso significaba que se estaba volviendo fuerte, se levantó de nueva cuenta, camino hasta el buró y saco una pistola semiautomática, plateada, sin registro, cargada, lo apuntó sin rencor en su mirada o una pizca de sentimiento cálido.

—Vete o no respondo a mis acciones, no quiero un bastardo como tú ante mi presencia. — Su voz era cansada, molesta, y autoritaria. — Ahora vas a ver lo que es bueno, tu no protegiste a la mía, yo te mato a la tuya. 


Xixi ante tal advertencia, alzó las manos y se encaminó fuera de aquella residencia, Qiu lo despidió con un movimiento de cabeza, sintiendo lastima por el chico, después de todo el era causante de que aquella persona que estaba dentro fuera una máquina de dolor, ira y venganza, y entre más perdía personas más fuerte se tornaba, era como un huracán, aunque dentro no dejaba de ser ese niño que el protegía a toda costa, era como el hermano o el hijo que nunca tuvo.
—Señor Yi, ¿Qué procede? — Entro mostrando su fidelidad al clan y viéndolo devastado.

Cadenas.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora