One-shot N° 2: I

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PARTE I

Estar sentado esperando absolutamente nada por órdenes de alguien mayor, era frustrante para ambos; peor aun cuando la razón no es del todo lógica. Aunque eran distintas, seguía siendo desalentador.

La mayoría del tiempo en su corta vida, quejándose silenciosamente apartado en cuatro muros de concreto, y tener que oír los cantos sobre muñecos de nieve de su hermano menor, solo para recordar cada día que por su culpa no podían estar juntos. Pensar que jamás saldría de allí, a tal punto de llorar contemplando la extensión de la capa de hielo que había hecho en sus aposentos.
El niño caminaba agarrado de la mano de su madre, viendo a Andy trotar adelante de ellos, sin dejar de señalar todo lo nuevo que veía. Se sentía mejor dentro del barco, era tranquilo y cálido excepto por algunas turbulencias. Igual le parecía más seguro, tal vez era la costumbre del encierro, pero ahora tendría que ser más cuidadoso en no revelar sus poderes ante Andy por su propio bien. Miró los guantes que su padre le había regalado, al menos eso ayudaba un poco.

-Aquí nos quedamos a pasar la noche -dijo el rey, deteniéndose.

-¡Elián, Elián ven, vamos jugar!

El mencionado sintió que su mano era soltada por su madre, ella se acuclilló tomando de sus hombros.

-Anda hijo, ve con él - le habló dulcemente -tómalo como distracción, sé que puede ser difícil ocultarlo... - agarró sus manos, donde provenía su magia atrapada en la tela- ...pero hazlo por tu hermano, ¿si?

El muchacho asintió con la cabeza, aceptando sus palabras y caminó donde Andy lo esperaba.

-¡Vamos hijo, sé fuerte! -exclamó su padre con barrotes y cosas para acampar en el suelo- A su derecha hay un río por si quieren ir, pero no vayan más lejos.

Elián se despidió de su padre y al fin llegó a donde su hermano lo esperaba con ansias.

-¿Qué quieres ha..? -fue interrumpido por su abrazo.

-¡Por fin podemos hacer algo juntos!

-Si, eso creo —murmuró Elián, dejándose abrazar.

-Ahora dime por qué no salías de tu habitación. Papá y mamá dicen que estabas enfermo.

-Pues... aún lo estoy, así que no te acerques mucho -cambió la mirada-. Dijeron que había un río cerca.

-¡Ahh! -jadeó -¡¿Hay un río por aquí?! -puso las manos en la cara del asombro-.

-Si, no está tan lejos.

-¡Vamos! -echó a andar, seguido por Elián.

Los ojos de los príncipes cruzaron por en medio de los grandes sauces de hojas de tonos otoñales que se decidían en caer. Elián no sabía qué tenía de especial aquel lugar, para llegar hacer el viaje hasta ahí. Unos rayos de sol brillantes hicieron que se cubriera la vista por donde venía, y de un mejor ángulo se dio cuenta que el astro ya no estaba en lo alto del cielo.

-¿Sabes por qué vinimos hasta aquí? -preguntó el mayor.

-¡Si! -volteó -¿Papá no te lo contó? Lo dijo cuando estábamos cenando... -recordó que él no estaba presente -... perdón.

Pues Elián no tenía permitido el contacto con Andy, masticaba su efímera e insípida comida sobre un plato en su habitación, divirtiéndose a solas con un muñeco de nieve que él había creado con esfuerzo para sus tiempos de soledad. Sin olvidar que este no se movía. Ni hablaba.

-Continúa -dijo Elián.

-Pues, papá nos dijo que aquí conoció a los cuatro guardianes -elevó su tono -cuatro seres que reparten felicidad a los niños por todo el mundo. ¿Sabes quién ponía las monedas bajo la almohada y se llevaba tus dientes a cambio, los huevos en Pascua, los mejores sueños, y los regalos en Navidad? ¡Ellos! Dijo que los encontró aquí discutiendo, y de la nada lo pusieron a dormir, papá cree que aquí se reúnen.

La Misma Luna (Jack Frost x Elsa Male)❄ 𝐎𝐧𝐞-𝐬𝐡𝐨𝐭𝐬✨Where stories live. Discover now